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Esta nota tiene más de un año

¿Cómo, quiénes y cuántos libros se producen en el país?

Hoy abre sus puertas la 42º edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y el escritor Alberto Manguel, designado director de la Biblioteca Nacional, brindará el discurso de inauguración oficial. A propósito, la Cámara Argentina del Libro (CAL) publicó estos días su informe anual sobre la producción del sector. Un repaso por los principales indicadores de la industria editorial.

– Las cantidades

“Mientras la producción de títulos se mantuvo estable respecto del último quinquenio, la cantidad de ejemplares muestra variaciones interanuales fundamentalmente relacionadas con las compras institucionales”, consignó la CAL en la presentación de su trabajo. El número de títulos se ubicó entre 2011 y 2015 en torno a los 28 mil por año; los ejemplares impresos alcanzaron picos en 2011 y 2014, cuando superaron los 100 millones de libros, pero para 2015 totalizaron 83 millones. Estos datos no incluyen las reimpresiones de títulos.

Las compras institucionales refieren a las que realizan dependencias estatales, como el Ministerio de Educación de la Nación, o por ejemplo las bibliotecas, que tienen distintos sistemas de descuentos.

Del total de lo publicado, el 42% corresponde al sector comercial, que agrupa a las empresas editoriales que distribuyen sus títulos a través de librerías, venta directa o distribuidoras, entre otras formas. Las ediciones realizadas por los propios autores representan un 11%, y el resto se divide entre otro tipo de instituciones, como las ediciones de universidades, de ONGs o de organismos oficiales.

Casi la mitad de los títulos comerciales son obras literarias (26%) o infantiles/juveniles (23%). Las Ciencias Sociales alcanzan otro 15 por ciento. En lo que responde a la concentración del sector, los dos principales grupos (Planeta y Penguin Random House) representan el 14% de los títulos, pero más del doble (31%) en lo que respecta a la cantidad de ejemplares impresos.

– El formato

El papel sigue siendo el soporte más importante, con los libros digitales estancados en el mismo porcentaje que en 2012 (17%) si se tiene en cuenta toda la industria editorial, aunque es menor,15%, en el sector comercial. Hay algunas diferencias, sin embargo, entre los diferentes temas: en Ciencias Sociales y libros de texto los libros digitales llegan al 20%, pero en los Infantiles y Juveniles solo representan el 5 por ciento.

Estas cifras coinciden con los resultados de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales 2013, realizada por el Ministerio de Cultura de la Nación, según la cual “sólo un 7% lee en ambos formatos y apenas un 1% dice leer sólo libros electrónicos”, por lo que “el formato libro electrónico es un fenómeno marginal”.

– El comercio

El informe de la CAL muestra que el intercambio de libros de la Argentina con el exterior presenta déficit todos los años del período 2002-2015. Entre 2002 y 2003, con la contracción de las importaciones por la salida de la convertibilidad, el déficit mostró sus valores más bajos, y se fue incrementando hasta 2011. A partir de 2012 el saldo comercial siguió siendo negativo, pero se redujo considerablemente.

“Esta evolución de las importaciones se explica por las políticas que intentan reemplazar parte de las importaciones editoriales por fabricación nacional, o bien, que las empresas compensen sus importaciones con los mismos valores en productos vendidos al extranjero (aun cuando no sean editoriales)”, explica un documento del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano (CEDEM) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

A principios de enero último, la actual gestión dictó una resolución por la cual exceptuaba a los libros de las restricciones aduaneras existentes, que implicaban muchas veces que las empresas presentaran una declaración jurada que certificara que sus productos se ajustaban a los límites de plomo en tinta vigentes.

Trinidad Vergara, presidenta de la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), declaró entonces que “el argumento de la sustitución de importaciones resulta absurdo de aplicar al libro: pretender sustituir un libro por otro es tan absurdo como pretender sustituir una persona por otra”.

Al contrario, uno de los vicepresidentes de la Cámara Argentina del Libro (CAL), Luis Quevedo, se mostró preocupado por la impresión de títulos en otros países, y mencionó que desde diciembre de 2015 a la fecha las importaciones habían aumentado un 40 por ciento. Además Oche Califa, director Institucional y Cultural de la Fundación El-Libro que organiza la Feria, apuntó contra los aumentos de precios de los últimos meses, como en la luz. “En enero y febrero las ventas en las librerías cayeron más del 10%”, advirtió.

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Comentarios

  • Pedropedro22 de abril de 2016 a las 3:18 pmUmberto Eco tenía razón...
  • José Núñez27 de abril de 2016 a las 9:10 pmHola, Los datos de PRODUCCIÓN no significan nada si no pueden tener el dato de VENTAS al lado. Por otro lado, ¿Por qué omitir los libros REIMPRESOS (esenciales en editoriales con catálogo de largo aliento)? Las imprentas, que no son propiedad de las editoriales, son las que producen. La nota habla de la salud de la industria gráfica, no de la industria editorial.
  • Lola29 de abril de 2016 a las 2:05 pmHola! Podrían decirme si saben, qué género de libros se vendió más en el 2007? (ficción, no-ficción, histórico, político, ensayo...) y cómo fueron esos libros en tamaño (pocket, largos)?

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