Skip to content
Esta nota tiene más de un año

La nueva Ley de Prepagas y el ordenamiento de los actores de la salud

El pasado jueves, la Cámara de Diputados dio la media sanción que faltaba para que la regularización a las empresas de medicina prepaga se convirtiera en ley. Las compañías del sector cuentan con un plazo de 180 días para adaptarse a las nuevas normas. A partir de ese momento, el sistema de salud argentino sufrirá modificaciones.

Pero antes cabe preguntarse, ¿cómo está compuesto el sistema de salud en la Argentina?

La cobertura de salud se conforma por tres subsistemas que, a su vez, están entrelazados de distintas formas:

  • el sistema de hospitales públicos (nacionales, provinciales y municipales);
  • el de la Seguridad Social, del que forman parte las obras sociales sindicales y el Programa de Atención Médica Integral (PAMI); y
  •  el sector privado, en el que se encuentran las empresas de medicina prepaga y las clínicas.

Según datos del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) y de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales de la República Argentina (Cimara) -publicados por Clarín en su edición impresa el pasado 27 de abril-, el 42% de la población recurre a la salud pública. A su vez, del total de habitantes que están afiliados a una obra social o una prepaga, un 83% cuenta con el primer servicio y el 17% restante con el segundo, respectivamente.

Cabe destacar que los tres subsistemas están cruzados por una gran complejidad de financiadores y prestadores de servicio, que permite una gran cantidad de combinaciones entre los sistemas.

El sistema de seguridad social

El esquema de protección social de los trabajadores por parte de los sindicatos se expandió a partir de la crisis nacional del 30, y fue en 1946 cuando el Gobierno nacional, en manos del presidente Juan Domingo Perón, empezó a alentar esta medida. Sin embargo, a partir de 1970 el presidente de facto Juan Carlos Onganía fomentó el sistema de seguro social obligatorio por rama de actividad con fuerte concentración en las dirigencias sindicales nacionales, tal como se lo conoce hoy. Esta tendencia se acentuó con los sucesivos gobiernos militares que rigieron el país hasta 1983.

En la actualidad, la cobertura de las obras sociales gremiales alcanza a los trabajadores en relación de dependencia, ya sean empleados públicos o privados. Los prestadores de servicio van desde clínicas o sanatorios propios del sindicato u obra social a profesionales particulares y clínicas y centros de salud contratados. A su vez, dentro de este subsistema, se utiliza o se contrata en menor medida servicios de hospitales o centros de salud públicos.

Las empresas de medicina privada

En la Argentina, este sistema comenzó utilizando la capacidad instalada ociosa de los sanatorios privados. Los primeros registros de esta modalidad datan de la década del 50. En aquel entonces, estos sistemas se caracterizaban por ser cerrados y centralizados en un solo edificio, por lo que un pequeño sector pudiente de la sociedad tenía acceso a los beneficios.

Los cambios se produjeron a principios de la década del 60, cuando las empresas de medicina prepaga comenzaron a descentralizarse. Con el correr de los años, la competencia hizo que los sistemas privados lograsen otros cambios como el de tener una cobertura en todo el país y una ampliación de servicios médicos hacia los clientes. En los ‘80, los cambios socioeconómicos que afectaron a las obras sociales, como la disminución del salario de los trabajadores y el incremento continuo de las prestaciones, que dañaron a las obras sociales, generaron condiciones favorables para las prepagas. De esa forma, muchas personas entraron a las prepagas directamente o a través de su obra social, que les permitió el acceso a los servicios del sistema privado. Desde entonces, esta modalidad creció en la Argentina a punto tal de consolidarse como uno de los tres subsistemas de salud.

En la actualidad, la medicina prepaga es ofrecida por empresas, mutuales y seguros de salud. Cuentan con prestadores propios y ajenos, como hospitales y clínicas.

La nueva Ley de Prepagas

La norma aprobada el pasado jueves obliga a realizar cambios claves en la medicina prepaga, relacionados con la edad de los afiliados, los períodos de carencia y las enfermedades preexistentes de los afiliados, como se detalla en la nota “Claves para entender la ley de prepagas”, publicada por La Nación el 5 de mayo. Además, exige a las empresas a cubrir planes de cobertura médico-asistencial, el Programa Médico Obligatorio (PMO) y el sistema con prestaciones básicas para personas con discapacidad.

El consultor internacional en temas de salud, Federico Tobar, explicó a Chequeado.com que como resultado de la ley las empresas “van a cubrirse y mostrarse reticentes a la hora de afiliar a nuevas personas”, puesto que, para algunas prepagas, “no es un negocio tomar un afiliado.”

Otra consecuencia, según el especialista, es que ante un nuevo escenario con mayores pacientes que presenten enfermedades catastróficas (por el alto costo económico que demandan), podría ocurrir “la concentración del sistema de prepagas” en manos de pocas empresas, ya que algunas no podrían soportar el costo de cubrir estas enfermedades.

En cuanto a los otros dos subsistemas, Tobar manifestó que la ley “no afecta en nada a las obras sociales sindicales”. Aunque las prestaciones de las empresas de medicina prepaga no podrán ser inferiores al PMO de las obras sociales. En ese sentido, Tobar criticó el hecho de que “el oficialismo considere solamente la regulación del negocio de la salud, que llega sólo a los sectores más altos de la sociedad, y no la inversión a la salud pública”.

Consultado por Chequeado.com, Daniel Maceira, especialista en economía de la salud y organización industrial, sostuvo que “lo que se mantiene es la garantía de la cobertura en el caso que haya demanda de mercado. Esta es una característica del sistema de salud argentino desde hace muchos años y el Gobierno nacional debería regular a los propios servicios públicos con criterios de protecciones sanitarias esenciales. De esta manera -subrayó-, todos tendrían exactamente la misma asistencia y el mismo cuidado ante ciertas enfermedades o en ciertos períodos del desarrollo humano.”

Temas

Comentarios

  • Ignacio11 de mayo de 2011 a las 2:37 amMuy bueno el comentario .
    Muy completa la vision desde varios angulos .
    Espero que esta ley no termine igualando para ABAJO . Parece la consigna .
  • Rodolfo Bertolotto11 de mayo de 2011 a las 3:18 pmExcelente nota. Pero se continua sin hacer reformas en la salud publica, que se desangra dia a dia, gastando dinerales en pacientes sin cobertura o que las OS y Prepagas no pagan por servicios a sus pacientes.
  • ana ester barrios1 de enero de 2012 a las 5:56 pmsoy prosecreteria de un centro de jubilabos.rada tilly chuhut.mi esposo paga medife hace muchisimos años.
    fui 3 veces a pami.
    dicen que por tener prepapaga,no me corresponde prosat.
    eso fue hace 2 años.
    en agosto con mi esposo internado en baires.
    vivo en comodoro..
    me explican que si no acepto la uota que me piden me dan de baja.
    soy jubilada universitaria.
    la gran puta de la abogada,me hizo firmar una moratoria,pues los 10 años finales fui monotributista.
    ademas de ser madre universitaria,viajar 5o km por dia.
    me corresponde que me paguen como ama de casa.
    si alguien puede entender porque pagamos subsidios,de vagos,apropiadores de tierras.por favor expliquenme.

Valoramos mucho la opinión de nuestra comunidad de lectores y siempre estamos a favor del debate y del intercambio. Por eso es importante para nosotros generar un espacio de respeto y cuidado, por lo que por favor tené en cuenta que no publicaremos comentarios con insultos, agresiones o mensajes de odio, desinformaciones que pudieran resultar peligrosas para otros, información personal, o promoción o venta de productos.

Muchas gracias

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *