Cristina Fernández: Paraguay era “el primer país industrial de la región”

En el acto de finalización de llenado del embalse de Yaciretá, y en presencia del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, la presidenta Cristina Fernández habló de “la vergüenza que significó para la historia del continente la Guerra de la Triple Alianza, que arrasó con el primer país industrial de la región”, y recordó la situación del país guaraní en 1865: “Paraguay, gobernada por el mariscal Francisco Solano López, había tenido los primeros hornos de fundición, los primeros ferrocarriles, las primeras fábricas.”

Antes de la guerra, el país había logrado importantes avances para la época, como el de la organización de las primeras fundiciones de hierro en la región.  Sin embargo, los especialistas destacan que Paraguay no logró ser el primer país industrializado en los hechos.

Al respecto, Eduardo Madrid, historiador e investigador del  Centro de Estudios Internacionales y Latinoamericanos de la UBA, explicó a Chequeado.com: “Paraguay se perfilaba como un país industrial. Esto quiere decir que estaban dadas las condiciones, pero Brasil, Chile y México, ya tenían fábricas aunque no llegaron todavía, en esa época, a tener fundiciones de hierro. Aunque se perfilaba su desarrollo, Paraguay no se industrializó”. Respecto a los medios de transporte de aquella época, el especialista en historia económica y social también destacó que el ferrocarril en el país vecino “comenzó a operar recién en 1861, mientras que en enero de 1851 ya había comenzado a circular el ferrocarril entre Lima y Callao en Perú”, y en diciembre de ese mismo año “también funcionaba el que unía Caldera y Copiapó, en Chile”. A su vez, destacó que el ferrocarril más antiguo de América latina es el que se instaló en Cuba en 1837; en Argentina, Madrid señala que el ferrocarril comenzó a circular en 1857. 

En su libro “Maldita Guerra. Nueva historia de la Guerra del Paraguay” el historiador Francisco Doratioto hace alusión a la situación de Paraguay antes de la guerra. Doratioto destaca que el país había logrado, a partir de 1850, una “rápida modernización-básicamente militar” gracias a “un crecimiento hacia afuera a través de las exportaciones de productos primarios”. Sobre la industrialización advierte: “Resulta fantasiosa la imagen construida por cierto revisionismo histórico de que el Paraguay anterior a 1865 promovió su industrialización a partir de ‘dentro’, con sus propios recursos sin depender de centros capitalistas”. Doratioto también resalta que “el comercio de la yerba mate, de la madera y del tabaco” eran “los productos más significativos de la economía nacional.”

Otra fuente que hace alusión a la época es el libro “La guerra del Paraguay y las montoneras argentinas” de José María Rosa. En su capítulo “La República del Paraguay en 1862” describe un país “rico (…) con una balanza comercial favorable que se traducía en mejoras como el ferrocarril, una numerosa flota mercante y el telégrafo”, entre otros. Como impulsores de la economía nacional, el historiador destaca “los inmensos yerbatales y tabacales y las madereras valiosas” que  se exportaban a Europa “donde alcanzaban alta cotización.”

Las consecuencias de la guerra fueron pérdidas territoriales para Paraguay; una disminución de la población masculina; y, según señala el historiador León Pomer, en su libro “La Guerra del Paraguay”, luego del conflicto, el gobierno guaraní tomó su primer préstamo internacional.