Gustavo Hornos tuvo un destacado ascenso en la Justicia durante la década del ´90. En menos de cinco años, pasó de fiscal federal de primera instancia a juez del máximo tribunal penal del país, la Cámara Federal de Casación Penal, en la que permanece hasta la actualidad. Hijo de un coronel del Ejército, Hornos nació en Córdoba en 1957 y a los 21 años ingresó al Poder Judicial. Su hermano es el juez de la Sala B de la Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico, Roberto Hornos, cuya esposa es prosecretaria del mismo tribunal. Gustavo Hornos fue designado fiscal en lo Criminal y Correccional Federal a fines de 1990. A principios de 1992, con la firma del entonces ministro de Justicia León Arslanián, fue designado fiscal ante la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, en reemplazo de Luis Moreno Ocampo. Y en marzo de 1995, con previo acuerdo del Senado, fue nombrado juez de Casación. Su hermano Roberto no es su único pariente en la Justicia: su hija, Rosario, es secretaria privada de Carlos Fayt en la Corte Suprema de Justicia, y su sobrina, Josefina (hija de Roberto), es secretaria del Juzgado Federal N° 8, a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi. Catalina Hornos, también hija de Roberto Hornos, lidera la ONG Haciendo Caminos, que ayuda a familias en situación de vulnerabilidad en la localidad de Añatuya, provincia de Santiago del Estero. Hornos, además, es docente en la Universidad Católica Argentina (UCA) y profesor titular de Derecho Procesal Penal en el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina. En 2013 presidió la Junta de presidentes de Cámaras Federales de todo el país. En la actualidad, integra la Sala IV de Casación, junto a Mariano Borinsky y Juan Carlos Gemignani.