Cómo y cuándo aprender a usar datos
Jugar para aprender en la escuela secundaria.
Para los que formamos parte del mundo del periodismo de datos se vuelve casi un vicio mirar cualquier frase, declaración o incluso anuncio en la calle con los anteojos detectores de datos puestos. Diferenciar qué es un hecho y un dato y qué no comienza siendo una revelación, pero poco a poco se vuelve un juego cotidiano que se apodera de uno como la identificación de errores ortográficos o, en casos más cercanos a un TOC no reconocido científicamente, la sumatoria de los números de las patentes de automóviles.
Sin embargo, dudo que un TOC como sumar las patentes sea tan útil como el de diferenciar hechos y datos en el discurso público de lo que no es más que prejuicios, supuestos u opinión. Lo segundo puede ayudarnos a tomar grandes decisiones como evaluar el resultado de una política pública o de un conjunto de políticas, saber si un candidato tiene un buen diagnóstico del problema que denuncia e incluso elegir a quién votar.
En 2012 la Argentina incorporó formalmente a los adolescentes desde los 16 años a las elecciones nacionales. La sanción de la Ley 26.774 provocó grandes discusiones y debates sobre si los adolescentes argentinos tenían la madurez y preparación suficiente para incorporarse al sistema electoral.
Una vez puestas sobre la mesa las primeras argumentaciones lo que quedó claro para muchos de los que trabajábamos en Educación fue que teníamos que ayudar a estos nuevos votantes a incorporarse en el debate para que aprendan a elegir mejor que sus padres y abuelos.
Con el objetivo de brindar herramientas de toma de decisión basada en datos en Chequeado creamos la actividad “Discurso público, una historia de amor”, una propuesta libre, abierta y transmedia para aprender a diferenciar hechos y datos de información e incorporar nociones básicas de investigación. Libre, porque puede ser utilizada por quien la quiera utilizar en el momento y lugar que desee. Abierta porque es modular y sus materiales pueden ser reagrupados para dar lugar a tantos recorridos como se les ocurra a quienes la implementen. Y transmedia porque propone la utilización simultánea de la web, materiales audiovisuales y redes sociales.
En las últimas semanas hemos tenido la posibilidad de hacer esta actividad en algunos espacios educativos y la respuesta de los chicos fue notable. Al comenzar la actividad uno de cada 30 era capaz de diferenciar claramente datos de prejuicios, supuestos u opinión. Con muy poco esfuerzo y al cabo de una hora de trabajo la mayoría de ellos podía identificar a grandes rasgos qué es dato y que no.
Sabemos que les estamos enseñando un pequeño juego que podrán jugar por su cuenta: distinguir qué es un dato y qué no. Esperamos que este concepto básico les ayude a tamizar el discurso de los candidatos, adhieran a la corriente política que adhieran, para poder tomar una mejor decisión y evaluar los resultados de las políticas de quién salga elegido.
Soñamos con que en la mesa de su casa, cuando alguno de sus padres repita una frase que escuchó en la tele o leyó en un diario, ellos puedan decir: ¿De dónde sacaste ese dato? ¿Estás seguro? ¿Podés mostrarme la fuente?
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