CFK: “El 4,5% de la población argentina está en las universidades y 3,5% está en las universidades públicas y gratuitas”
La ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, destacó la política educativa universitaria de su gobierno en el acto donde le entregaron el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) y sostuvo que “Cuba y la Argentina son los dos países con mayor proporción de población universitaria”.
“El 4,5% de la población argentina está en las universidades y, de ese 4,5%, 3,5% están en las universidades públicas y gratuitas”, agregó.
Los últimos datos disponibles muestran que en 2014 los estudiantes universitarios representaban el 4,4% de la población total del país, mientras que en 2003 esta cifra alcanzaba el 3,9%, por lo que aumentó más del 10% durante los tres gobiernos kirchneristas. Además, los estudiantes de universidades estatales representan el 3,4% de la población argentina y los de instituciones privadas casi el 1 por ciento. Estos números no incluyen a los institutos terciarios.
En 2003, la cantidad de alumnos (tanto en universidades privadas como estatales) eran cerca de 1,5 millones, mientras que en 2014 esta cifra aumentó a 1,9 millones. Igualmente, esta suba se debió principalmente al aumento de matrículas en las instituciones privadas, que en estos 11 años aumentaron casi un 90%, mientras que en las públicas crecieron un 15 por ciento.
Según datos de 2013 y 2014 publicados en los informes del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano -ver informes acá y acá-, la proporción de alumnos universitarios cada 10 mil habitantes de la Argentina (436) es mayor a la de Brasil (380), Chile (361), Colombia (273) y México (285). En 2011, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba, este indicador en ese país llegaba a 421.
Alieto Guadagni, director del CEA, explicó a Chequeado que “si bien la Argentina y Cuba tienen muchos más estudiantes por habitantes que otros países de la región, nuestro país tiene muchos menos graduados”.
En este sentido, Guadagni sostuvo que esto sucede porque “entran mal preparados” y destacó como causa “el ingreso libre”, o sea la falta de exámenes de admisión como sí existen en países vecinos. A su vez, aseguró que esta baja proporción de estudiantes que llegan a graduarse es negativa porque “es costoso e implica un gran desperdicio de recursos humanos”.
Al analizar el indicador de graduados cada 10 mil habitantes, la Argentina (28) se ubica, según datos de 2013 y 2014, por debajo de los países de la región que se analizan en los informes del CEA: superan al país Brasil (50), Chile (48), México (48) y Colombia (33). Según datos de 2011, Cuba, con 81 graduados cada 10 mil habitantes, supera a las naciones nombradas.
Fernández de Kirchner también señaló esta problemática de bajos niveles de graduación y sostuvo que durante su gobierno creció “exponencialmente el número de egresados”. Al ver la evolución de graduados sobre ingresantes en los últimos años, la Argentina pasó del 27% en 2009 al 33% en 2014, mientras que en Chile en ese mismo período se mantuvo alrededor del 67% y en Brasil disminuyó del 62% al 44 por ciento.
Los datos del CEA muestran que esta diferencia de graduados sobre ingresantes también se da dentro de la Argentina: en las universidades estatales es del 27%, mientras que en las privadas alcanza el 43 por ciento.
Igualmente, en términos absolutos la Argentina aumentó menos su cantidad de alumnos y egresados que Chile y Brasil entre 2003 y 2014. En términos de matrículas, en la Argentina subieron un 26%, mientras que en Brasil aumentaron un 99% y en Chile un 70 por ciento. En cuanto a los estudiantes graduados, en el país subieron un 54%, mientras que en Brasil crecieron un 93% y en Chile un 164 por ciento.
Ana María García de Fanelli, investigadora del Conicet y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), y la economista Cecilia Adrogué de Deane aseguran en un informe de 2015 que la “Argentina se destaca en América Latina por tener una de las tasas brutas de educación superior más altas, similar a la de los países desarrollados, fruto de un sistema no selectivo de admisión”, aunque advierten que “la igualdad de oportunidades en el acceso no ha sido suficiente para garantizar la equidad en los resultados”.
En este sentido, el estudio muestra cómo entre 2003 y 2013 los quintiles más bajos (de menos ingresos) fueron los más beneficiados en cuanto al acceso universitario, aunque al mismo tiempo fueron los que más altos niveles de abandono tuvieron.
Finalmente, García de Fanelli y Adrogué de Deane señalan que “en un sistema de educación universitaria que ya alcanzó el estadio de universalización” es esperable que comience a ganar presencia el estudiante no tradicional, o sea “jóvenes adultos que trabajan y estudian, que interrumpen momentáneamente sus carreras por motivos laborales o familiares y que por tanto demoran mucho más de lo esperado en obtener un título universitario”.
Fecha de publicación original: 20/10/2016
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