Maravillados con Brasil
Comparar la Argentina con Brasil se ha transformado en uno de los ejercicios preferidos de analistas y periodistas locales. Si bien no existe una óptica totalmente homogénea en los artículos que se vienen repitiendo en diarios y revistas, el tono de la mayoría es de admiración por el vecino y algo de autocompasión. La serie de notas de Gustavo Sierra de los últimos días desde Brasil, si bien no se plantea como una comparación, puede ser ubicada en esta perspectiva. Probablemente, como consecuencia del encandilamiento frente a los progresos de Brasil, los pocos datos duros que se exponen -la nota está planteada como una pintura de la situación del estado de Pernambuco a través de entrevistas y apreciaciones del periodista-, se utilizan de manera errónea.
“De acuerdo con el FMI, en la última década Brasil tuvo un aumento de un 163% en su renta per cápita”, señala Sierra. Es un número astronómico aunque, tal como destaca el economista Lucas Llach en su blog, es incorrecto. El periodista, efectivamente, utilizó la base de datos del Fondo Monetario, pero eligió el indicador de PBI per cápita -se obtiene dividiendo el producto del país por la cantidad de habitantes- “a precios corrientes”. Eso quiere decir que los aumentos del producto que expone no tienen descontado el efecto de la inflación que se produjo en ese período. Utilizando esa medida se estaría reflejando el aumento de los precios y no de las unidades producidas. Para poner un ejemplo, si tomamos ese mismo indicador para Argentina observamos que en el año 2002 (en plena crisis) el PBI per cápita subió considerablemente (debido al aumento de precios que se produjo) y el período 1999-2009 arroja un aumento del…¡266%!
El PBI per cápita que importa a la hora de hacer un análisis es el que está “a precios constantes”, es decir, el que descuenta el efecto de la inflación. Y si tomamos ese indicador el aumento en Brasil fue del 22% y no del 163%. No es poco, pero hay que tener en cuenta que en nuestro país llegó al 26 por ciento.
“En el 2011 se prevé que (Brasil) traspasará la maravillosa barrera de tener cada brasileño un promedio de 10.000 dólares al año”. El periodista se sigue refiriendo así, de una forma algo confusa, al PBI per cápita. Pero ese indicador no quiere decir que cada habitante “tenga un promedio de 10.000 dólares al año” sino que el PBI dividido por la cantidad de habitantes es 10.000 dólares. La diferencia es que, leída rápidamente, la primera opción da una falsa idea de igualdad, que contrasta bastante con la situación actual de Brasil. De hecho, a pesar de las mejoras económicas y sociales que experimentó el país durante la última década, el país sigue estando entre los más desiguales del planeta, dato que no figura en el artículo.
Los últimos datos disponibles muestran que Brasil, si bien viene bajando sus niveles de desigualdad, tiene un coeficiente de Gini de 0,55 (va entre 0 y 1, siendo el primero el que le correspondería a una sociedad totalmente igualitaria en ingresos), el más alto entre los países del Mercosur. También figura número 75 en el último ranking de Desarrollo Humano que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, muy por debajo de otros países de América Latina como Chile (45), Argentina (49), Uruguay (50), Cuba (51), México (53) y Venezuela (58).
Sin hacer referencia a estas comparaciones internacionales, la nota pone el énfasis en los avances logrados en la distribución del ingreso: “Un ejemplo concreto de que este crecimiento está llegando a los más pobres puede ser el de la cifra de planchas y licuadoras vendidas sólo en el primer semestre de este año: 10,3 millones”. Más allá de que es discutible que la venta de licuadoras sea un indicador confiable de bienestar social, también resulta difícil saber si el número es alto o bajo porque no se da otro punto de comparación. ¿Cuánto se había vendido el semestre anterior? ¿Cuál es el promedio de los últimos años? ¿Qué sectores socioeconómicos tuvieron acceso a esos electrodomésticos? Más allá de estos datos de color, lo cierto es que la información estadística (ver gráfico) muestra que en el período 2003-2007 otros países de América del Sur experimentaron mayores mejoras de la igualdad social, como Argentina o Paraguay.
Fecha de publicación original: 20/09/2010
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