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Quién es Daniel Bejas, el candidato del Gobierno para la estratégica Cámara Nacional Electoral

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El presidente Alberto Fernández eligió su nombre de la terna en la que sobresalía, en primer lugar, la abogada Alejandra Lázzaro.
  • Bejas es juez federal de Tucumán desde 2011.
  • Un repaso por su trayectoria: de apoderado del Partido Justicialista a controlar la competencia electoral de Tucumán desde la Justicia.

En medio de tensiones entre el Gobierno nacional y la Justicia, un concurso para cubrir una vacante judicial despertó controversia. En el primer lugar de la terna para ocupar la vacante que existe desde 2016 en la estratégica Cámara Nacional Electoral figuraba la abogada Alejandra Lázzaro, que podría convertirse en la primera mujer en el tribunal que integran Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía. Pero el presidente Alberto Fernández eligió al segundo: Daniel Bejas, quien pasó del veto y las versiones de jubilación a convertirse, si obtiene acuerdo del Senado, en el primer tucumano que accede a uno de los tribunales más poderosos del país.

¿Quién es Bejas?

Desde enero de 2011, Bejas es titular del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, que tiene competencia electoral. Durante los cuatro años de gobierno de Cambiemos, en los que la Justicia Federal luchó por “parecer otra” y limpiar la imagen negativa que había dado en el tratamiento de las causas sensibles para el poder político, el juez permaneció firme en su postura afín al kirchnerismo.

La pasó mal: en diciembre de 2017, la senadora de Juntos por el Cambio, Silvia Elías de Pérez, lo tildaba directamente de “socio político y de garante de la impunidad” del peronismo, cuando no de “empleado” del ex gobernador y parlamentario José Alperovich, en uso de licencia por la denuncia de abuso sexual que articuló una ex colaboradora. En septiembre de 2018, Bejas fue descartado por el entonces presidente Mauricio Macri para un ascenso a la Cámara Federal de Tucumán.

En ese clima hostil, antes de los comicios nacionales abundaban las voces que lo daban por jubilado con el beneficio del 82% móvil. Pero Bejas no cedió y al fin todo se acomodó para que, elecciones mediante, el presidente Fernández le concediera el premio mayor de ser el primer tucumano que llega a la Cámara Nacional Electoral, el tribunal que controla la renovación de autoridades del Congreso Nacional y la Casa Rosada.

Si bien Bejas está ligado a Alperovich por haber sido abogado de sus empresas cuando ejercía la profesión, y al Partido Justicialista tucumano por haberse desempeñado como su apoderado entre 1984 y 1996, y como asesor de la Legislatura, lo cierto es que el gobernador Juan Manzur fue el beneficiario principal de sus decisiones.

En 2014, Bejas sobreseyó al ex ministro de Salud de la Nación y hoy mandatario provincial en una causa por presunto enriquecimiento ilícito del período 2009-2010, justo a tiempo para que aquel se lanzara a la carrera por la Gobernación. Gracias a ese sobreseimiento, Manzur nunca debió explicar cómo hizo para, pese a su juventud, su cuna humilde y el haber trabajado siempre en la función pública, convertirse en el ministro con más patrimonio declarado del gabinete de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El juez manejó personalmente la investigación -no la delegó-: su sentencia se basó en un peritaje del contador Héctor Roccatagliata practicada en Buenos Aires y sin control del Ministerio Público Fiscal, que omitió el análisis de numerosas inconsistencias detectadas en el patrimonio del ex ministro. Estas anomalías están descriptas y constan en el libro de investigación “A su salud. La historia de Juan Luis Manzur, el ministro más rico de la era kirchnerista” (2015).

Además de ese primer sobreseimiento, Bejas permitió que el gobernador transitara sin sobresaltos sus mandatos. Después de vueltas y contravueltas formales, se desprendió de dos denuncias de corrupción de altísimo voltaje: un caso sobre supuestas irregularidades en obras públicas municipales financiadas con el programa nacional Más Cerca y otro relativo a erogaciones discrecionales de la Legislatura por alrededor de $ 615 millones.

Además, el juez federal Nº 1 guardó máxima reserva acerca de la investigación abierta por el supuesto enriquecimiento ilícito de Manzur en el período 2011-2015. Hay quienes auguran que el mandatario recibirá otro sobreseimiento antes de que Bejas asuma en la Cámara Electoral, acto que depende de la votación de su pliego en la Cámara alta.

Loco por las motos

El candidato propuesto por Fernández al Senado es un representante auténtico del manual judicial kirchnerista. Fue subrogante en dos cargos: el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán y el Juzgado Federal N° 1, en el que luego fue designado juez titular durante la Presidencia de Fernández de Kirchner.

Allí impulsó las causas de delitos de lesa humanidad, y hasta consiguió en diciembre de 2007 elevar a juicio oral el expediente “Vargas Aignasse”, que posibilitó la condena del represor y ex gobernador Antonio Domingo Bussi, quien murió en prisión domiciliaria en 2011. La política de Bejas en los casos de derechos humanos dio un vuelco en febrero de 2015, cuando se negó a indagar al ex jefe del Ejército durante la Presidencia de Fernández de Kirchner, César Milani, por la supuesta falsificación del acta de deserción de Alberto Agapito Ledo, soldado riojano desaparecido durante la dictadura (Milani terminó absuelto en 2019). Ese doble estándar profundizó los cuestionamientos existentes hacia su imparcialidad.

La sospecha de un juez con dos justicias -una para los amigos y otra para los enemigos- apareció al principio de su subrogancia en el Juzgado Federal Nº 1. En la primera decisión como interino, Bejas favoreció a quien había sido su mentora en el Partido Justicialista, la ex senadora Olijela del Valle Rivas: ordenó cautelarmente su inscripción como precandidata, pese a que aquella aspiraba a un cargo electivo provincial.

En ese momento el juez todavía hablaba con la prensa, y decía a La Gaceta que “urgía recuperar el prestigio de la Justicia Federal”, al tiempo que prometía bregar por la apertura hacia la ciudadanía y practicar auditorías. Los años en el poder apagaron esa sed, y Bejas fue recluyéndose más y más, siempre fiel a las filias kirchneristas, y a la tendencia a ralentizar las causas de interés público, como ocurrió con una pesquisa por presuntos usos anómalos de los fondos que el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido había entregado a la militante antitrata Susana Trimarco para que construyera un jardín de infantes.

A Bejas lo apasionan las motos de alta gama y los viajes, y cada vez que puede se escapa a Amaicha del Valle, paraje donde tiene varias de las propiedades que declaró ante el Consejo de la Magistratura de la Nación. Pero hacía tiempo que aspiraba a mudarse a la capital del país, donde reside uno de sus hijos. Una impericia del macrismo le dará la oportunidad, puesto que la administración anterior desaprovechó, presuntamente por diferencias internas, la oportunidad de cubrir esa vacante.

Lázzaro pudo haber sido la primera mujer en llegar a la Cámara Nacional Electoral. La “conquista” de género, al parecer, quedará para otra oportunidad. Bejas fue el elegido del Presidente. No es fácil ser leal en la adversidad, muchísimo menos en ese espacio de traiciones legendarias llamado Justicia Federal.

Fecha de publicación original: 22/10/2020

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