Eclipse total de Luna: por qué se produce y cómo ver el fenómeno astronómico
- Durante la noche del domingo 15 de mayo y las primeras horas del lunes 16 se producirá un eclipse total de Luna que será visible a simple vista (sin necesidad de un instrumento de observación especial) desde todo el territorio argentino.
- La entrada de nuestro satélite natural en el cono de sombra de la Tierra (umbra) comenzará alrededor de las 23:30 y durará hasta casi las 3 de la madrugada.
- Durante aproximadamente una hora y media, el disco lunar se teñirá de un color anaranjado-rojizo debido a la refracción de la luz solar que recibirá desde la Tierra.
En la noche del domingo 15 de mayo y las primeras horas del lunes 16, la mayor parte de quienes vivimos en el continente americano, África y el área más occidental de Europa podremos volver a disfrutar en todo su desarrollo y esplendor de un eclipse total de Luna, algo que no sucede desde enero de 2019 y que no volverá a pasar hasta 2025.
Es importante recordar que este evento astronómico es un fenómeno totalmente natural y previsible –de hecho, lo estamos prediciendo con exactitud milimétrica gracias a las leyes del movimiento planetario descubiertas por Johannes Kepler hace más de 4 siglos–, y que no nos afecta física ni anímicamente de ninguna manera, aunque sí puede maravillarnos y conectarnos con la naturaleza y el Universo.
¿Qué es un eclipse lunar? ¿Dónde y cómo observarlo? Te lo contamos en esta nota.
Por qué suceden los eclipses lunares
Los eclipses lunares se producen cuando el Sol, la Tierra y la Luna están alineados y el satélite atraviesa la sombra proyectada al espacio por nuestro planeta. Tal como señala la web del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), este fenómeno ocurre siempre durante la fase de plenilunio, que es justamente el momento del ciclo lunar en el que la Tierra se encuentra interpuesta entre el Sol y la Luna. Ahora bien, ¿por qué no hay un eclipse cada vez que la Luna está en la fase llena? Simplemente porque la trayectoria lunar está ligeramente inclinada en comparación con la órbita de la Tierra alrededor del Sol, como explica la agencia espacial estadounidense (NASA).
La duración y el tipo del eclipse dependen entonces de la localización de la Luna en su órbita alrededor de nuestro planeta: según el porcentaje de cobertura del diámetro lunar, pueden calificarse en penumbrales, parciales y totales. Los eclipses penumbrales, los menos llamativos, suceden cuando la Luna cruza la parte menos oscura del cono de sombra terrestre, llamada penumbra. Los eclipses parciales y totales también poseen una etapa penumbral, pero resulta prácticamente imperceptible a simple vista.
Recién cuando nuestro satélite ingresa en la umbra, la parte central y por lo tanto la más oscura de la sombra de la Tierra, comienza el eclipse realmente observable, que será parcial o total según si el disco lunar llega o no a quedar completamente cubierto. Y, si esto sucede, una vez que la Luna termina de ingresar en el cono de sombra de la Tierra se produce el fenómeno conocido como “Luna roja”: nuestro satélite se tiñe de un tono anaranjado o amarronado, con algunos tintes rojizos.
Cómo disfrutar del próximo eclipse de Luna
El próximo eclipse total de Luna será un verdadero espectáculo astronómico, y las condiciones para disfrutarlo son muy favorables para quienes habitan en toda América del Sur (aquí un mapa de los lugares desde donde podrá apreciarse). Tal como señala la web del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires Galileo Galilei, la parte más interesante y apreciable del eclipse comenzará alrededor de las 23:30 del domingo 15 y durará hasta casi las 3 de la madrugada del lunes.
Es importante tener en cuenta que este horario refleja la hora oficial de Argentina (UTC -3), y que está dado para la Ciudad de Buenos Aires, por lo que puede variar ligeramente según la ubicación del espectador. En ese momento, la Luna –que estará en su fase llena o plenilunar, como en todos los eclipses– se encontrará bien alta en el cielo nocturno, a más de 60º de altura hacia el noreste, por lo que va a ser observable desde prácticamente cualquier lugar, siempre y cuando no haya grandes obstáculos visuales (edificios muy altos y muy cercanos, por ejemplo).
Para tener en cuenta: los grados indican a qué altura del cielo se encuentra un astro. Si pensamos en el cielo nocturno como una especie de “bóveda celeste” (por más que sepamos que no lo es), o una semiesfera invertida sobre la superficie que ocupa 180º, los 90º se ubican exactamente en el punto más alto sobre nuestra cabeza. Si nos paramos con el brazo extendido y paralelo al piso, estamos señalando los 0º.
Por lo tanto, entre 60º y 70º, que es donde se desarrollará este eclipse, implica más de dos tercios del ángulo recto: una altura considerable. De todas maneras, lo más recomendable para asegurarse de que el eclipse se vea bien es ubicar dónde se encuentra nuestro satélite en el cielo el próximo sábado a la noche entre las 22:40 y las 2 de la madrugada del domingo: ese va a ser el lugar aproximado donde se producirá el show estelar al día siguiente.
Si bien el eclipse posee una primera fase penumbral, que habrá empezado aproximadamente una hora antes, lo cierto es que esta etapa es prácticamente imperceptible para el ojo humano, y no tiene punto de comparación con lo que vendrá después, cuando la Luna comience a atravesar la umbra, que es la parte central del cono de sombra que proyecta la Tierra al espacio.
En ese momento, el disco lunar comenzará a cubrirse con un velo de sombra que avanzará de manera lenta pero perceptible, hasta que poco más de una hora después, alrededor de las 00:30 del lunes quedará cubierto por completo: entonces, con la Luna incluso más elevada en el cielo (a casi 75º de altura hacia el norte, donde es muy poco probable que la tape nada), su superficie comenzará a teñirse de un tono anaranjado-rojizo debido al reflejo de la luz solar que recibe de nuestro planeta.
Esta etapa del eclipse, la de la denominada “Luna roja”, se prolongará durante casi una hora y media, y finalizará casi a las 2 de la mañana, con el satélite todavía muy alto sobre el horizonte, a casi 70º de altura. Luego, tan lentamente como se fue cubriendo, la Luna irá saliendo del cono de sombra de la Tierra y volverá a ser iluminada de manera directa por el Sol, hasta que poco antes de las 3 de la madrugada recuperará finalmente su color habitual.
¿Luna de sangre?
Es importante saber que durante los eclipses, sean parciales o totales, nuestro satélite no se oscurece por completo, no “tiñe de rojo el cielo” ni se vuelve de un color tan intenso como suele verse en los títulos y las imágenes que acompañan algunas publicaciones, como mínimo, exageradas. Para moderar las expectativas y evitar decepciones, es bueno tener en cuenta que las fotografías de los eclipses lunares que se publican generalmente se encuentran retocadas, con niveles de saturación modificados de manera artificial para maximizar el efecto del impacto visual y hacerlas más llamativas.
Lo que sí ocurre es que la Luna adquiere un color levemente anaranjado / rojizo, con algunas tonalidades más cobrizas, debido a la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre, tal como explica la NASA.
Sin misterios ni “malas ondas”
Los eclipses lunares resultan fascinantes y ofrecen una gran oportunidad para entender y explicar cómo funciona la mecánica celeste. Pero no son misteriosos, no se trata de un fenómeno extraordinario ni de un acontecimiento imprevisible. Ni, por supuesto, generan efectos de ningún tipo sobre las emociones, las acciones o los vínculos humanos. Al contrario: son un efecto absolutamente predecible del movimiento de los cuerpos celestes, descrito hace siglos por científicos como Johannes Kepler e Isaac Newton. En efecto, los eclipses se conocen y estudian desde hace siglos: ya en el siglo XV el matemático Johann Müller Regiomontano publicó una tabla en la que predecía numerosos eclipses con mínimos errores de cálculo.
En la actualidad, con ayuda de la informática se puede saber con absoluta precisión cuándo tendrán lugar los próximos eclipses, de qué tipo serán, en qué horario ocurrirán, desde qué lugares del planeta serán visibles y cualquier otro dato relacionado con el acontecimiento, con una sola excepción: la información meteorológica. De hecho, en esta web de la NASA hay mucha más información sobre el tema, y acá se puede encontrar un catálogo de eclipses lunares pasados y futuros, en un rango que abarca más de 4.000 años de historia y que prevé todos los que se producirán durante el próximo milenio.
Fecha de publicación original: 12/05/2022
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