Nuevas reglas y desafíos del Sistema de Boleta Única
El domingo, la provincia de Santa Fe, uno de los principales distritos del país, convocará a la ciudadanía a votar en las elecciones primarias, para determinar los candidatos en los comicios generales de julio. Será un hecho novedoso en el escenario electoral, ya que se utilizará por primera vez en la Argentina el sistema de boleta única por categorías, es decir que un elector deberá votar por su candidato a gobernador y vice, senador, diputado, intendente y concejal en cinco boletas diferentes. Sin embargo, la nueva reforma plantea desafíos, como la posible demora en el escrutinio. En ese escenario fue el diputado del Frente para la Victoria (FPV) y precandidato a gobernador, Agustín Rossi, quien criticó el método: “Que en la Argentina del siglo XXI tengamos (…) un sistema electoral que se presentó como moderno (…), y al resultado lo tengamos recién a la madrugada del lunes es una vergüenza.”
Los especialistas no piensan lo mismo. La demora en el conocimiento de los primeros resultados “sería razonable y es producto de la inclusión de una reforma en una primaria compleja, porque hay cinco categorías en juego. La rapidez dependerá de la adecuación de las autoridades de mesa, que ahora contarán con un presidente y dos auxiliares para facilitar el trabajo”, explicó a Chequeado.com María Page, coordinadora del Programa de Política y Gestión de Gobierno del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). Es por eso que, según Page, “las autoridades provinciales han fomentado una difusión masiva del sistema”, lo que incluyó capacitación retribuida a los docentes y otras estrategias relacionadas con el marketing electoral, como guías de bolsillo, folletines, afiches y manuales para la ciudadanía y las autoridades de mesa.
La ley de boleta única fue aprobada en noviembre de 2010 en Santa Fe (ver recuadro). El sistema de una boleta/un voto por cada categoría tendrá lugar por primera vez en el país, ya que Córdoba cuenta con el sistema pero incluye todos los cargos en una única boleta única. Los objetivos principales son brindarle mayores garantías de transparencia a los electores y garantizar la equidad entre los competidores, además de terminar con las prácticas desleales o clientelares, como el faltante de boletas en el cuarto oscuro, el intercambio de favores por votos, la distribución de boletas falsas, entre otras. Además, el nuevo sistema plantea las siguientes reformas:
- El Estado asume la responsabilidad del diseño, impresión y distribución de las boletas.
- Todas las opciones electorales son presentadas en una única boleta oficial (confeccionada por la autoridad estatal).
- Las boletas sólo son accesibles en los lugares de votación, de donde no pueden ser sustraídas.
- El votante recibe la boleta del Presidente de Mesa. Para votar debe marcar en la boleta el casillero de la lista a la que quiere votar y sólo ese casillero.
- Con la boleta única por categoría cada cargo se elige independientemente. Elimina el “efecto arrastre”.
Quienes se deberán adaptar también son los partidos políticos. Según Gerardo Scherlis, investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Derecho (UBA), esto se debe a que la reforma aumenta las probabilidades del voto cruzado: “Si bien la boleta única fortalece la representatividad también puede contribuir a perder en gobernabilidad. Esto es cuando el electorado elige a un gobernador de determinado partido pero a diputados y senadores de otro”. Otros desafíos que trae el cambio de sistema es la generación de fatiga en el elector (exige que elija cinco opciones electorales) y el conocimiento de los votantes de la modalidad del sufragio, para evitar los votos nulos por errores.
En cuanto al fin de la lista sábana, Scherlis aclaró que “eso depende de qué se entienda por lista sábana, un concepto escasamente técnico. Si se refiere a la lista sábana en sentido vertical, es decir que uno conoce al primero de la lista y no a los siguientes candidatos, obviamente no termina con eso, porque es parte inevitable del sistema de representación proporcional, y aquí no se cambió el sistema sino el instrumento de votación”. Y, además, agregó: “Con lo que sí termina es con lo que se conoce como sábana horizontal: antes vos elegías al gobernador (o al presidente) y te llevabas toda la ‘sábana’: diputados, concejales, intendente, sin saber quiénes eran. Ahora hay que hacer una opción por cada cargo que se quiere votar.”
El sistema de boleta única, con sus diferentes variables, es utilizado actualmente en Chile, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, mientras que Brasil y Venezuela pasaron al sistema de voto electrónico. Argentina y Uruguay, por su parte, son las únicas dos naciones sudamericanas que mantienen el sistema de boletas partidarias. La experiencia de Santa Fe, en caso de ser positiva, abre las puertas para la adopción de un nuevo sistema a nivel nacional, algo que fue sugerido por la Cámara Nacional Electoral en una acordada publicada en 2009.
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