Balotaje Elecciones 2023: qué es y qué no es un fraude electoral

La palabra fraude apareció de manera recurrente en las elecciones de 2023. La Libertad Avanza, cuyo candidato presidencial es Javier Milei, ha recurrido a este argumento en varios tramos de la campaña. Desde los resultados de las primarias hasta la denuncia presentada por sus apoderados a menos de 3 días del balotaje.

Pero, ¿qué es el fraude electoral? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a este fenómeno? ¿Es lo mismo hablar de fraude que de irregularidades? En esta nota, analizamos este concepto.

¿Qué es y qué no es un fraude electoral?

“Las elecciones en Argentina funcionan, son justas y son transparentes. Esto no quiere decir que no haya irregularidades, sino que tenemos los mecanismos para detectar las irregularidades y actuar al respecto para que esas irregularidades no tomen el status de fraude”, explicó en una entrevista en CNN en Español la especialista Gala Díaz Langou, directora ejecutiva del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

Y agregó: “Irregularidades no es lo mismo que fraude. Fraude es cuando las irregularidades tienen una sistematicidad tal que pueden afectar el resultado de una elección. Eso nunca se corroboró que haya sucedido en la Argentina en 40 años de democracia. En 10 elecciones presidenciales, en 20 elecciones legislativas, nunca se pudo evidenciar que haya habido fraude”.

5 tipos de denuncia de fraude que no son tales

Hay algunos formatos de denuncia de fraude que suelen aparecer durante las elecciones y en las horas o días posteriores. Sin embargo, no son hechos que prueben un fraude sistematizado. A continuación, analizamos uno por uno, luego de consultar a la Cámara Nacional Electoral (CNE).

Boletas no oficializadas. Suelen circular imágenes de supuestas boletas truchas que buscarían anular los votos de determinado candidato o agrupación. Pero la existencia de boletas no oficiales puede ser subsanada en etapas posteriores a la emisión del voto. El presidente de mesa puede considerar válidos o nulos esos votos. En caso de que algún fiscal disienta con esa calificación, puede recurrir el voto, y de ese modo será la Justicia electoral la que resolverá, durante el escrutinio definitivo, si el voto es válido o nulo. De todas formas, a la hora del conteo de votos se prioriza la voluntad del elector aunque la boleta no sea oficial.

Si el votante cree que dentro del cuarto oscuro hay boletas no oficializadas, puede avisar a la autoridad de mesa, que debe controlar y actuar para asegurar que las boletas estén.

Boletas rotas. También se utiliza el argumento de las boletas rotas en el cuarto oscuro para denunciar fraude. Si una boleta tiene tachaduras, agregados, roturas (incluida la parte donde está el número de lista) o sustituciones pero el encabezado se encuentra intacto, ese voto será contado como afirmativo en el escrutinio. Si la boleta se encuentra destruida parcialmente y no contiene el nombre completo de la agrupación política y la categoría de cargos a elegir, ese voto será contabilizado como nulo. La solución para el votante es la misma que en el caso anterior: debe avisar a la autoridad de mesa.

Faltante de boletas. Es uno de los tipos de denuncia más recurrente durante las jornadas de elecciones. En caso de faltantes, los fiscales partidarios las repondrán a pedido del presidente de mesa o, en su defecto, el presidente lo hará con las boletas de contingencia entregadas por el Correo Argentino. En caso de que se agoten las boletas de contingencia, la responsabilidad de reponerlas es de los fiscales partidarios. El votante que advierta faltantes debe dar aviso a la autoridad de mesa, pero sin revelar el voto.

Telegramas con tachaduras o errores. Es un clásico de las horas posteriores al cierre de los comicios. El telegrama es el documento que se utiliza en la noche del domingo de elecciones para la realización del escrutinio provisorio. Los telegramas con errores o tachaduras existen desde 1983 y representan menos del 1% del total; su existencia no implica que hubo fraude porque no tienen validez legal. El escrutinio definitivo, el que tiene valor legal, se realiza en base a las actas de escrutinio. Cualquier inconsistencia se puede subsanar en el escrutinio definitivo que realiza la Justicia electoral. También existe un portal público de denuncias que depende de la Cámara Nacional Electoral.

Mesas con 0 votos para algún candidato. Esta presunta irregularidad tuvo mucha repercusión en las recientes elecciones generales del 22 de octubre. Sin embargo, tampoco se probó la existencia de un fraude. Los datos del escrutinio provisorio revelaron que en más de 7 mil mesas al menos una fuerza política no obtuvo votos, y que los 3 principales candidatos (Sergio Massa, Javier Milei y Patricia Bullrich) terminaron con 0 votos en casi 1.700 mesas cada uno: el 1,5% de las más de 108 mil habilitadas. Es decir que esta presunta irregularidad afectó a los 3 por igual. En cualquier caso, los errores se pueden corregir en el escrutinio definitivo.

El escrutinio que tiene valor legal está a cargo de la Justicia

El escrutinio definitivo, el que tiene valor legal, comienza 2 días después de las elecciones y está a cargo de la Justicia electoral. El tribunal de alzada del fuero electoral es la Cámara Nacional Electoral, que forma parte del Poder Judicial de la Nación. Es decir que el Poder Ejecutivo Nacional no participa de este escrutinio.

La Cámara está compuesta por 3 jueces. Su actual presidente es Alberto Dalla Vía. Llegó al tribunal por concurso en junio de 2001. Su decreto de nombramiento fue firmado por Fernando De la Rúa (Unión Cívica Radical). En ese mismo año y bajo la misma presidencia fue nombrado Santiago Corcuera, otro de los 3 jueces actuales del tribunal electoral.

La tercera vacante se generó a partir de la muerte de Rodolfo Munné, que integraba la Cámara desde 1984. En su reemplazo fue nombrado Daniel Bejas, ex juez federal de Tucumán, que llegó al tribunal durante la presidencia de Alberto Fernández (Frente de Todos).