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La afirmación no es estrictamente cierta pero sí lo es el concepto o tendencia a la que se alude.

Alperovich: “[En Tucumán], prácticamente, no hay desnutrición”

Luego de su triunfo en las elecciones del domingo pasado, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, destacó en una entrevista en radio La Red que en la provincia que administra, “prácticamente, no hay desnutrición”. No existen datos actualizados de organismos nacionales o instituciones independientes que permitan medir la desnutrición en la provincia (ver: “Pocos datos sobre desnutrición en la Argentina”). Pero las cifras oficiales muestran una reducción de casos con respecto al 2003, año en que Alperovich asumió su primer mandato. Según los especialistas consultados, la política social implementada no terminó con la “desnutrición estructural”.

El Programa Focalizado de Rehabilitación Nutricional, a cargo del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) de Tucumán desde el 2003, consiste en atención médica primaria y una ayuda económica mensual de $50 destinada a niños -desde los 6 meses hasta los 14 años-, embarazadas y nodrizas en situación de riesgo nutricional o desnutrición aguda. De acuerdo con los datos más recientes de este programa, correspondientes a agosto de este año, el padrón actual cuenta con 8451 destinatarios, de los cuales 3525 son niños y embarazadas desnutridos.

Total padrón de beneficiarios del PFRN*

* Sólo se incluyen casos de desnutrición aguda. El programa no beneficia a personas con desnutrición crónica.
Fuente: Siprosa.

Tal cantidad de desnutridos está por debajo de los 17 mil registrados en la provincia a principios del año 2003. De ese total, 15.300 eran menores de 6 años (90%), 680 menores de 14 años con daños neurológicos (4%) y 1020 embarazadas desnutridas (6%). En 2002, de acuerdo con estimaciones del mismo organismo, esa cifra había sido mayor: 18 mil casos, de los cuales 11.790 eran niños que padecían esa deficiencia.

“En los años que siguieron a la crisis, Tucumán fue el claro ejemplo de una población con niveles nutricionales alarmantes. Desde ese momento, y con financiamiento de Nación, la provincia respondió con programas que redujeron el riesgo nutricional pero que no han resuelto el problema estructural”, explicó Federico Tobar, investigador principal del Programa de Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). Esto se debe, según el ex jefe de Gabinete del Ministerio de Salud (2002/2003), a que “la política social de un Ministerio de Salud no puede resolver lo que la política económica de la provincia genera, que es la pobreza y la inequidad en la distribución de los recursos.”

Actualmente, para ingresar al programa, el niño o la embarazada deben dirigirse a alguno de los 360 Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) que se encuentran en la provincia. Son evaluados por médicos estatales y, si cuentan con la edad requerida, entre otros requisitos, se los incorpora a un listado que el ministerio entregará al banco para generar la tarjeta magnética. Tobar destacó sobre este punto: “Este tipo de programas se concentra en los casos de mayor riesgo pero no genera una transformación social en el área infantil. Por cuestiones etarias, siempre hay una generación que queda fuera de este tipo de ayudas.”  

Consultado por Chequeado.com, el presidente de la Fundación Cooperadora para la Nutrición Infantil (CONIN), Abel Albino, señaló que “la desnutrición, en este caso, es el resultado final del subdesarrollo y deviene de una causa estructural”. Y, además, aclaró: “Debe existir un seguimiento de la rehabilitación nutricional. De nada sirve darle de comer a una persona si inmediatamente la vuelvo a insertar al sistema hostil del cual proviene”, concluyó el médico pediatra.

En Tucumán, para profundizar la ayuda nutricional, se modificó el programa en 2007, cuando se decidió suplantar los bolsones de comida por la tarjeta, y se estableció que la ayuda económica debía garantizarse durante el tratamiento de recuperación y los seis meses posteriores a la finalización del mismo (ya dentro del Programa Familias Críticas). Los resultados finales serán analizados a fin del presente año, confirmaron desde el Siprosa.

En cuanto a la desnutrición en otras provincias, este sitio trató de conseguir datos actualizados que permitieran hacer una comparación. Pero la última información al respecto data del año 2007 y proviene de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS), que sólo compara esta deficiencia por regiones. 

El tema de la mortalidad infantil también fue tratado por Alperovich en la misma entrevista, quien señaló: “(En Tucumán) bajó el índice de mortalidad infantil, que era el más alto del país, de 25 por mil a 13 por mil”. Aunque existen diferencias sobre la cantidad de muertes por 1000 nacidos vivos entre el Ministerio de Salud de la Nación y el de la provincia, éstas rondan el número citado por el gobernador.

Según datos del Ministerio de la Nación, en 2003 la tasa de mortalidad infantil de la provincia era de 23 muertes, siendo las de Chaco (27,7) y Formosa (25) las más altas del país. Siete años después, la tasa de mortalidad infantil se redujo a 13,1 muertes cada 1000 nacidos vivos.

Cabe recordar que, en 2009, el ex ministro provincial de Salud, Alejandro Sangenis, denunció irregularidades en la metodología de medición que, según él, explicaban el abrupto descenso que reflejó la mortalidad infantil en la provincia.

Fecha de publicación original: 01/09/2011

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