Cómo hablar de la viruela del mono sin estigmatizar a ningún colectivo
- Desde el inicio del brote de viruela símica, los casos se han identificado principalmente -aunque no exclusivamente- entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
- De esta forma, comenzaron a circular en redes sociales y medios de comunicación algunas imágenes y mensajes estigmatizantes y desinformantes.
- Lo cierto es que cualquier persona puede contraer esta enfermedad, independientemente de su género u orientación sexual. Por qué es importante que la comunicación sobre viruela símica se realice desde una perspectiva de derechos.
A mediados de mayo último, varios países de Occidente detectaron los primeros casos de viruela símica, también conocida como “viruela del mono”, en un brote sin precedentes fuera del continente africano, donde es endémica en algunas regiones. Desde entonces, los casos no han dejado de crecer alrededor del mundo -incluida la Argentina- y la Organización Mundial de la Salud declaró el 23 de julio último la emergencia sanitaria internacional.
Los casos se han identificado principalmente -aunque no exclusivamente- entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. De esta forma, comenzaron a circular en redes sociales y medios de comunicación algunas imágenes y mensajes estigmatizantes y desinformantes que señalaban a los hombres que tienen sexo con hombres y a la comunidad LGTBI+ en general como foco del brote.
Sin embargo, cualquier persona puede contraer esta enfermedad, independientemente de su género u orientación sexual, mediante contacto estrecho con otra persona infectada, con sus lesiones en la piel o en las mucosas o con objetos que haya empleado (ropa, sábanas, toallas o juguetes sexuales). Hasta el momento, la evidencia disponible no es categórica sobre la posibilidad de que el virus de la viruela símica se transmita por vía sexual.
“Es importante entender que el contagio se produce a través del contacto físico con una persona infectada, no tiene que ver la orientación sexual o la identidad de género y esto es muy importante porque si no aquellas personas que no son hombres que tienen sexo con hombres van a pensar que no se pueden contagiar y esto no es así”, explicó la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, durante un encuentro con la Red Argentina de Periodismo Científico del que participó Chequeado.
Por su parte, Daniel Coso, activista del colectivo 100% Diversidad y Derechos, pidió criterio a la hora de informar: “Poner el foco en un solo grupo es ver la foto inicial y ya vimos lo que pasó [con el VIH] en otros momentos históricos. Hay que incentivar las medidas de cuidado para todos y todas, conocer las señales de alerta y consultar al médico”.
Desde el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), remarcaron que la viruela símica no es algo de lo que haya que avergonzarse y no está asociada a una orientación sexual específica. “No dejes que el estigma te impida acceder a la atención sanitaria que necesitas. Cada uno puede ayudar combatiendo el estigma, compartiendo información, prestando atención a los síntomas y, en caso de ser diagnosticado, siguiendo las recomendaciones del médico (por ejemplo, autoaislándose y ayudando a las autoridades sanitarias a notificar a los contactos cercanos).
Lecciones de la respuesta al VIH
El programa de las Naciones Unidas dedicado al VIH/SIDA, Onusida, también expresó en un comunicado difundido el 23 de mayo último su “preocupación” por la caracterización que se ha hecho de las personas LGBTI y africanas relacionándolas con los casos de la viruela del mono. “Tales representaciones refuerzan los estereotipos homofóbicos y racistas y exacerban el estigma”, sostuvo y advirtió que “las lecciones de la respuesta al Sida demuestran que el estigma y la culpa dirigidos a ciertos grupos de personas pueden socavar rápidamente la respuesta al brote”.
Sergio Villanueva Baselga, profesor de Comunicación en la Universidad de Barcelona, España, recuerda en esta nota de The Conversation que el VIH dejó durante mucho tiempo marcas físicas fácilmente reconocibles que enseguida fueron etiquetadas y asignadas con atributos negativos que son reflejo de la moral del momento: promiscuo, sucio, irresponsable, drogadicto, buscona, paria.
“La separación social de las personas que vivían con VIH no tardó en llegar, y muchas de ellas fueron acosadas mediante pintadas en sus casas o sufrieron escarnio público. Como consecuencia, se produjo una fuerte discriminación, y las personas con VIH vieron restringidas sus posibilidades de acceso al trabajo, a viajar o fueron criminalizadas solo por ser portadoras del virus”, sostuvo.
Vincular una enfermedad con un colectivo tiene repercusiones tanto a nivel social, como personal y psicológico. Revisiones de estudios científicos que exploran cómo estos mensajes han afectado a las personas con VIH revelan que este estigma se asocia de forma significativa con bajo apoyo social, mala salud física y mental y dificultades para acceder al mercado laboral.
Informar sin estigmatizar
Desde el Ministerio de Salud de la Nación remarcaron que es importante que la comunicación sobre viruela símica se realice desde una perspectiva de derechos y evitar discursos que puedan resultar estigmatizantes para los individuos o las comunidades.
Los mensajes principales deben explicar: qué es la viruela símica, cuáles son los síntomas, cómo se transmite y cómo se previene. Además, se debe alentar la consulta temprana y comunicar la probabilidad de enfermedad grave en personas con inmunidad disminuida.
Cabe recordar que los síntomas más frecuentes son lesiones en la piel que pasan por distintos estadios hasta formar una costra que luego se cae. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido claro o amarillento, y luego pueden formar costras, secarse y caerse. Otros síntomas de la enfermedad son fiebre, fatiga, dolor de cabeza e inflamación de ganglios.
En ese sentido, Vizzotti destacó que la presentación clínica de la enfermedad “no tiene nada que ver con las fotos de cuerpos llenos de vesículas” que se difundieron a comienzo del brote. Y agregó: “Lo que estamos viendo son pocas lesiones, en muchos casos localizadas en la zona genital o alrededor del ano pero también en otras partes del cuerpo”, por eso es clave que las personas se automonitoreen, identifiquen las lesiones precozmente y se acerquen a un centro de salud para hacer la consulta y minimizar los contagios.
Para prevenir la enfermedad, se recomienda evitar el contacto estrecho con casos confirmados y con personas que tengan síntomas compatibles aunque no tengan todavía el diagnóstico confirmado. El uso del preservativo puede disminuir el riesgo de transmisión previniendo el contacto directo con lesiones en las mucosas vaginales o anales, pero no previene la transmisión debido al contacto estrecho con lesiones en otras partes del cuerpo que suceden durante los contactos estrechos sexuales.
Desde el inicio del actual brote de viruela símica, la enfermedad se ha extendido por 85 países, causando más de 25 mil casos y 11 muertes alrededor del mundo. La mayoría de los casos en Estados Unidos y Europa han sido leves, y sólo muy pocos han requerido hospitalización. Al menos 3 fallecimientos se dieron en áreas no endémicas: 2 en España y uno en Brasil, en personas que tenían antecedentes de enfermedades previas. En Brasil, también se confirmaron 3 casos en niños, que se contagiaron de adultos, en el estado de San Pablo (estado con mayor cantidad de casos).
En la Argentina, hasta el 3 de agosto último se notificaron 37 casos en Ciudad y Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. El 70% de los casos adquirió la infección fuera del país.
Fecha de publicación original: 06/08/2022
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