Cómo impacta en la salud el humo de los incendios forestales
- La exposición al humo está relacionada a corto plazo con síntomas como tos, ardor en los ojos, goteo nasal e irritación en la garganta, y a largo plazo con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer.
- Los niños y los adultos mayores son los más susceptibles dentro de la población general.
- Cuando se registra mucho humo en el ambiente, se recomienda utilizar barbijo y evitar realizar actividad física al aire libre.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que “se observa humo sobre el Litoral y la región Pampeana por incendios en el Delta del Paraná”. Además, el organismo oficial registró “reportes de olor a quemado en Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe”.
Una situación similar también se vivió días atrás en la zona del Delta del Paraná. Un informe de Monitoreo de la Calidad de Aire, realizado por el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en los primeros días de agosto en la zona del Gran Rosario, determinó que “no se cumplen con los valores guía establecidos” [por el gobierno de la provincia de Santa Fe], es decir que la calidad del aire puede tener efectos nocivos en la salud.
El estudio registró un exceso en la concentración máxima permitida de material particulado (PM10). Según explican los investigadores, este indicador “mide la concentración de partículas hasta 10 micrones, lo que significa que en la muestra se pueden encontrar partículas respirables menores a ese tamaño que son las que pueden llegar hasta los alveolos pulmonares”, es decir, “las más perjudiciales para la salud”.
Por su parte, la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR dio cuenta de múltiples consultas por “síntomas como tos, dificultad para respirar, silbidos en el pecho, ardor en los ojos, irritación faríngea, rinorrea y dolor de pecho, característicos de la intoxicación por humo con materias particuladas pequeñas”.
Un informe de la misma casa de estudios que fue publicado en 2020 recopila la evidencia científica nacional e internacional sobre el vínculo entre la “contaminación del aire por humo” y “la morbilidad respiratoria y cardiovascular”.
Impacto en la salud del humo
Como contamos en esta nota, en el 95% de los casos los incendios son provocados por la acción humana: se queman terrenos para que rebroten los pastos con que se alimenta todo tipo de ganado o también para generar nuevas áreas para el cultivo intensivo. Esto tiene como consecuencia, entre otras cosas, la liberación a la atmósfera de grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Esto contamina el aire con material particulado diverso y gases como el monóxido y dióxido de carbono, óxidos nitrosos, metano, ozono, dioxinas y furanos.
“Las consecuencias para la salud de la aspiración de humo en lo inmediato tienen que ver fundamentalmente con el aparato respiratorio: se inflama la nariz, lo que produce síntomas de rinitis; se inflama la laringe, lo cual da una sensación de garganta seca y produce cuadros de tos y puede dar descompensación (agravamiento de la situación respiratoria) en los pacientes con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”, explicó a Chequeado Daniel Buljubasich, médico neumonólogo y ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Y agregó: “Como las partículas son tan pequeñas llegan al fondo de los pulmones, toman contacto con la sangre y circulan por todo el organismo provocando un daño potencialmente más grave”.
Si bien la población en general puede sufrir consecuencias, los más afectados serán los niños, los adultos mayores y las personas con enfermedades respiratorias o cardíacas previas.
Marisa Gaioli, médica pediatra, integrante de la Comisión de Salud Infantil y Ambiente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) indicó: “La vulnerabilidad de los más pequeños se debe a que tienen un organismo inmaduro, con condiciones anatómicas diferentes y que se encuentra en crecimiento y desarrollo. Consumen más cantidad de aire por kilo de peso y por día, respiran en forma más acelerada y su demanda de oxígeno es mayor; esto los coloca en una situación de mayor riesgo al respirar aire contaminado”.
Por su parte, los doctores Jorge Luis Molinas y Pablo Arias, autores del informe de la UNR, advirtieron que “aunque es intuitivo que la contaminación del aire es un estímulo importante para el desarrollo y la exacerbación de enfermedades respiratorias, como el asma, la EPOC y el cáncer de pulmón, generalmente hay menos conciencia pública de su impacto sustancial en la enfermedad cardiovascular”.
“La evidencia científica ha demostrado que las partículas finas y ultrafinas alcanzan los alvéolos pulmonares, penetran en la circulación sanguínea y se depositan en el corazón, lo que refuerza la posibilidad de efectos extrapulmonares, por ejemplo cardiovasculares (por la proximidad del corazón al lecho capilar pulmonar), y también a distancia: se ha asociado la exposición a niveles elevados de PM2.5 a un aumento del riesgo de desarrollar diabetes mellitus y distintos tipos de cáncer”, agregaron.
Un estudio de la Universidad McGill (Canadá) publicado en la revista científica The Lancet Planetary Health realizó un seguimiento a más de 2 millones de canadienses durante un periodo de 20 años. El trabajo reveló que las personas que vivían a menos de 50 kilómetros de incendios forestales tenían una incidencia un 10% mayor de tumores cerebrales y un 4,9% más de cáncer de pulmón, en comparación con las personas que vivían más lejos.
Sin embargo, los autores indicaron que se requieren más investigaciones para desarrollar estimaciones a largo plazo sobre los incendios forestales “para capturar la compleja mezcla de contaminantes ambientales liberados durante estos eventos”.
Las recomendaciones
Ante la posible exposición al humo de incendios forestales, la SAP recomendó que, en la medida de lo posible, las personas permanezcan en sus viviendas con puertas y ventanas cerradas. Además, sugirió no aumentar la contaminación del aire interior con velas, chimeneas o salamandras. En el caso de ser imprescindible salir, aconsejan el uso de barbijos como los N95.
“Otra recomendación es no hacer actividad física al aire libre, porque eso aumenta la frecuencia respiratoria, la profundidad de la respiración y eso hace que las partículas penetren mucho más profundamente en el pulmón”, sostuvo Buljubasich. Y agregó: “El humo penetra estemos donde estemos. La solución de esto es que no se queme más, porque no nos damos cuenta del daño que estamos provocando”.
Comentarios
Valoramos mucho la opinión de nuestra comunidad de lectores y siempre estamos a favor del debate y del intercambio. Por eso es importante para nosotros generar un espacio de respeto y cuidado, por lo que por favor tené en cuenta que no publicaremos comentarios con insultos, agresiones o mensajes de odio, desinformaciones que pudieran resultar peligrosas para otros, información personal, o promoción o venta de productos.
Muchas gracias