Cómo se ubica la Argentina respecto de las cuarentenas que existen en el mundo

Con una cuarentena decretada el 20 de marzo, ya van más de 160 días en los que se fueron sucediendo distintas fases del aislamiento. Varios medios y figuras públicas (ver acá, acá y acá) aseguraron que la Argentina tiene una de las cuarentenas más largas y estrictas del mundo. ¿Esto es así?

Cuál es la situación en la Argentina

El concepto de cuarentena engloba situaciones bien distintas. La cantidad de restricciones no fueron las mismas en marzo que ahora, y hay muchas diferencias entre las distintas zonas del país, por lo que el concepto puede ser confuso por su grado de imprecisión. Hoy la mayoría del país se encuentra en la fase de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) mientras que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y algunos aglomerados urbanos del país están en Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).

Hay, sin embargo, algunas restricciones generales que se mantienen para ambas fases (ASPO y DISPO), como las reuniones con más de 10 personas, tanto al aire libre como en espacios cerrados, el turismo, los cines y los teatros, entre otros espacios.

“No se aplicó la misma fase en forma equitativa o en forma igual en todo el país porque la situación epidemiológica es diferente en cada lugar”, señaló a Chequeado Angela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez e integrante del Comité de Expertos de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación. Y agregó que “a medida que se fueron dando las fases, se fueron flexibilizando actividades, por lo que no es lo mismo la cuarentena de marzo que la de ahora”.

Cuál es la situación en el resto del mundo y cómo se ubica nuestro país

La Universidad de Oxford elabora datos que miden la respuesta de los distintos gobiernos frente a la pandemia por la COVID-19. El indicador está basado en 9 tipos de medidas adoptadas por los gobiernos, que incluyen cierre de escuelas, cierre de lugares de trabajo y prohibiciones de viaje, entre otras. Es importante aclarar que si las políticas varían a nivel subnacional, como es el caso en la Argentina, el índice muestra la política más estricta para cada indicador, tanto si se aplica a nivel nacional como regional. Es decir que si algunas ciudades del país vuelven a fase 1, esto se refleja en el índice.

Según este índice, la Argentina es uno de los países del mundo que sigue sosteniendo una de las respuestas más estrictas a la pandemia, con un puntaje de 91,6, donde 100 es el máximo. Sin embargo, varios países de América Latina, como Bolivia (81,4), Chile (83,8), Guatemala (87), Honduras (82,4), Panamá (87), Perú (85,1) y Venezuela (82,4) tienen niveles de restricción parecidos. Por otro lado, Brasil (72,6), Colombia (62), Costa Rica (61,1), Cuba (77,7), Ecuador (70,8) y México (74,5) tienen niveles medios, mientras que Nicaragua (16,7) y Uruguay (29,6) tienen niveles muy bajos de restricción.

Fuera de América Latina, son pocos los países que están tomando medidas tan restrictivas con respecto a la pandemia. Algunos de estos son Eritrea (93,5), India (81), Libia (86,1) y Omán (86,1).

Hay algunas medidas que sí siguen presentes en muchos países del mundo, como el cierre de escuelas, la prohibición de eventos masivos y las reuniones sociales de más de 10 personas.

Según datos de Unesco, que realizó un seguimiento del cierre de las escuelas, hay todavía 52 países con cierres totales o parciales de sus establecimientos educativos, lo que afecta al 49,9% de los estudiantes del mundo. En América Latina sólo Nicaragua y Uruguay tienen abiertas sus escuelas en todo el país mientras que en otros países, como Cuba y Perú, solo se volvió a las clases en algunas regiones.

Sin embargo, en la Argentina se sostiene una de las medidas más estrictas respecto al cierre de escuelas, el movimiento de sus ciudadanos con un uso restringido del transporte público, el cierre de fronteras y un movimiento interno entre ciudades y provincias muy limitado.

Datos de movilidad

El proyecto de la Universidad de Oxford también analiza los datos de movilidad de Google, un informe que recoge evidencia de la circulación de las personas y los compara con lo que ocurría en enero y febrero último. Este informe muestra que en casi todos los países del mundo bajó la circulación en los lugares de trabajo, el transporte público, los parques, las tiendas y los lugares de recreación.

Los datos muestran una baja mayor en la Argentina que en la mayoría de los países en los lugares de recreación, aunque en los lugares de trabajo la baja es similar a la de otros países.

Según los datos de movilidad de septiembre, la Argentina es uno de los países del mundo en los que más bajó la movilidad a lugares de recreación (-40,1%), como restaurantes, bares o museos, junto con Panamá (-51,1%), Perú (-41,4%) y Chile (-36,1%). Por otro lado, en la mayoría de los países la baja en la movilidad a este tipo de lugares no superó el 20%.

Sin embargo, si se comparan los datos de movilidad a lugares de trabajo de este mes, la Argentina tuvo una baja parecida a la de la mayoría de los países en el mundo (-24,7%), y menor a la de algunos países de América Latina, como Perú (-43,2%), Chile (-35,2%) o Bolivia (-30%).

Medidas de aislamiento por más de 170 días

La idea de las cuarentenas y de las medidas que restringen la movilidad es limitar la circulación del virus al bajar drásticamente el contacto entre personas. Sin embargo, tienen consecuencias económicas y sociales que impiden mantenerlas en el tiempo, por lo que son necesarias otras medidas.

El ex ministro y secretario de Salud durante la última parte del gobierno de Cambiemos, Adolfo Rubinstein, explicó a este medio que el Gobierno abusó de la cuarentena como instrumento para la contención de la pandemia, “cosa que no hizo ningún país en el mundo, excepto en países latinoamericanos”, agregó.

“El momento en que se declaró la cuarentena fue correcto, pero no se tomaron otras medidas que se deberían haber tomado, como poner en marcha dispositivos comunitarios para ampliar el testeo, rastreo y aislamiento de casos y contactos estrechos cuando teníamos 100 casos diarios” analizó Rubinstein y aseguró que “la cuarentena per se lo que hace es mitigar, pero no elimina ni radica el virus”.

En esta línea, Roberto Etchenique, químico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó en esta nota que se perdió la “oportunidad de hacer un rastreo más activo al principio, cuando había menos casos”, y agregó que “se necesitan recursos para poder hacerlo”.

Por su parte, María Cristina Carrillo, presidenta de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica (SAIC) e investigadora del Conicet, señaló a Chequeado que “la restricción a la movilidad de las personas por sí sola ha mostrado efectividad en las aglomeraciones urbanas grandes sólo cuando se ha implementado de manera muy estricta, pero este recurso tiene altos costos sociales y económicos, por lo que quizás sólo puede sostenerse por períodos cortos de tiempo”.

Además, agregó que esto debe estar acompañado “por medidas básicas de cuidado, como mantener la distancia social, el uso del barbijo, la higiene permanente, y el rastreo, seguimiento y aislamiento de casos sospechosos”.

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