De Flores al Vaticano: los rincones porteños que marcaron a Jorge Bergoglio antes de convertirse en el papa Francisco

- En la Ciudad de Buenos Aires hay más de una decena de sitios que fueron claves en la vida de Jorge Bergoglio antes de convertirse en el papa Francisco.
- Los lugares que marcaron su vida incluyen la Basílica de San José de Flores, la escuela pública “Pedro Cerviño”, la Catedral Metropolitana y su modesta oficina donde vivió en lugar del Palacio Arzobispal.
- Además de los sitios religiosos, la vida cotidiana de Bergoglio se desarrolló en lugares como un puesto de diarios, la Peluquería Romano y el club San Lorenzo, del que era fanático.
Antes de ser el papa Francisco, antes de ser cardenal, antes incluso de ser sacerdote, Jorge Mario Bergoglio fue un vecino porteño. Nació en el barrio de Flores el 17 de diciembre de 1936 y vivió su infancia y juventud transitando por distintos rincones de la Ciudad de Buenos Aires hasta su partida al Vaticano en 2013, cuando fue elegido como el primer papa latinoamericano de la historia.
¿Qué lugares marcaron la vida de Bergoglio antes de ser papa? ¿Dónde vivía, a qué escuelas fue y en qué parroquias ofició misa? ¿Qué queda hoy de esos rincones de su historia en la Ciudad de Buenos Aires? Te lo contamos en esta nota.
De Flores al Vaticano: los rincones porteños del papa Francisco
La ruta de Jorge Bergoglio en Buenos Aires antes de ser el papa Francisco
La Legislatura halló el acta que certifica que Jorge Bergoglio nació el 17/12/1936 en Varela 268.
Fue el único hijo nacido allí.
Luego, la familia se mudó a la calle Membrillar. Allí hoy vive solo su hermana María Elena. Su padre murió antes de su ordenación sacerdotal.
La Basílica de San José de Flores es la iglesia principal del barrio donde se crió Bergoglio. Fue inaugurada en 1883.
Francisco iba allí con su familia desde pequeño y es en este lugar donde tuvo “el primer llamado de Dios”. Hoy placas, lámparas y cuadros recuerdan su historia como arzobispo y luego como papa.
En 1875 llegaron a Flores las Hermanas de la Misericordia y fundaron una escuela. Jorge Bergoglio asistió al jardín de infantes, único nivel mixto.
Sus padres, de raíces italianas como las hermanas, eligieron ese lugar para mantener el vínculo cultural.
Bergoglio cursó hasta quinto grado en la escuela pública “Pedro Cerviño” tras pasar por el jardín de la Misericordia. En 2014 allí se colocó una placa.
Bergoglio terminó sexto grado de primaria como pupilo en el colegio Wilfrid Barón, de la Obra de Don Bosco, en Ramos Mejía, La Matanza.
Volvamos a Flores… En la Plazoleta Herminia Brumana, antes un potrero, Jorge Bergoglio jugaba con sus hermanos y amigos.
En 2015, la plazoleta fue restaurada y se colocó una placa recordatoria.
Bergoglio hizo de la Catedral Metropolitana su lugar, ya que en 1992 fue electo como Obispo Auxiliar y, gracias a la trascendencia de su trabajo, más tarde fue destacado como Vicario General.
En 1998, al fallecer Antonio Quarraccino, Bergoglio se convirtió en Arzobispo de Buenos Aires.
Al asumir como arzobispo, Bergoglio prefirió vivir en una modesta oficina junto a la Catedral en lugar del Palacio Arzobispal.
Recorría barrios y provincias celebrando misas. Usó su gran oficina para recibir donaciones. Vivió allí hasta ser Papa en 2013.
En 2000, el cardenal Bergoglio plantó un árbol de olivo con representantes de diversas religiones, como símbolo de paz, siguiendo la iniciativa del Papa Juan Pablo II en Tierra Santa.
El “Olivo del Papa Francisco” es parte de los más de 460 árboles históricos de la Ciudad.
En esta zona se cuentan muchas anécdotas del ex cardenal Bergoglio. Compraba su diario en un puesto y discutía sobre San Lorenzo.
Al ser elegido Papa, llamó para avisar que ya no necesitaba el diario, pero no le creyeron. Bergoglio, paciente, se identificó y emocionó al diariero.
El Papa Francisco fue socio y fanático del Club San Lorenzo de Almagro.
El club le rindió homenaje en varias camisetas y placas, muchas de ellas expuestas en el Museo del Vaticano.
Durante su papado, recibió al plantel campeón de la Copa Libertadores de 2014 en la Catedral de San Pedro.
En una de sus primeras entrevistas como Francisco, eligió cerrar con una frase que preanunciaba su estilo fuera de lo común:“Y que gane San Lorenzo”.
Rincones menos conocidos del paso de Francisco por la Ciudad
Algunos lugares que fueron parte del día a día de Jorge Bergoglio en Buenos Aires no figuran en las postales clásicas, pero también guardan historias personales que ayudan a reconstruir su recorrido.
Uno de ellos es el Arzobispado de Buenos Aires, en la Avenida Rivadavia al 400. Fue allí donde trabajó como máxima autoridad eclesiástica de la Ciudad antes de ser elegido papa. A pesar de tener disponible el Palacio Arzobispal, eligió vivir de manera austera en una oficina sencilla junto a la Catedral.
En el barrio de Flores, la Peluquería Romano fue durante años el lugar donde se cortaba el pelo. En una entrevista con La Prensa, Mario Sariche, uno de los peluqueros del establecimiento, recordó que Bergoglio era un cliente habitual que no pedía turno previo y esperaba su turno como cualquier otro vecino.
Y como hincha apasionado de San Lorenzo, también solía frecuentar la sede del club en Boedo, donde participaba como socio activo. Su fanatismo por el “Ciclón” quedó inmortalizado cuando, ya como Papa, recibió al plantel en el Vaticano y también cuando cerró una entrevista con la frase: “Y que gane San Lorenzo”.
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