Designación de jueces: un proceso lento y trabado
El sistema federal está lleno de jueces subrogantes, reemplazantes que cubren las vacantes de los titulares que tardan años en designarse. Con menos estabilidad, y por lo tanto más posibilidad de ser presionados, y mayor cantidad de expedientes que atender, es uno de los problemas crónicos de la Justicia de los últimos años.
Un ejemplo de la situación: están por cumplirse nueve años desde que el juez Eduardo Farah asumió como subrogante en la Sala I de la Cámara Federal porteña, tribunal que trata, entre otros delitos, causas de corrupción de funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). El órgano que debería seleccionar al juez para ocupar ese cargo, el Consejo de la Magistratura, tiene trabada la resolución por falta de mayoría. El concurso está en proceso, el plenario del Consejo tiene que aprobar la terna propuesta por la Comisión de Selección de Magistrados, pero no se logra la mayoría necesaria de nueve de los 13 miembros. Una vez que haya acuerdo, la terna se envía al Ejecutivo que elige a un candidato que luego debe ser ratificado por el Senado.
Durante buena parte de las tres gestiones kirchneristas, el oficialismo tuvo en el Consejo una mayoría simple de siete miembros sobre seis opositores, que no llegaba a los dos tercios necesarios para la aprobación de las ternas. En la actualidad, tras la asunción del diputado del PRO Pablo Tonelli como consejero, el macrismo cuenta con una mayoría de ocho miembros y está a sólo un consejero de alcanzar la mayoría especial necesaria para nombrar jueces. La misma con la cual se puede también iniciar juicios políticos para remover jueces.
En la actualidad existen 253 cargos vacantes sobre un total de 991. La mayoría de las vacantes están hoy en la fase de concurso: hay 206 vacantes con concurso abierto. De las restantes, 10 se encuentran en manos del Poder Ejecutivo, siete esperan acuerdo del Senado y en los 30 casos restantes aún no se abrió concurso, según datos del Consejo de la Magistratura de diciembre pasado.
Mendoza es la provincia del país en la que más se extiende este fenómeno. De los seis jueces que componen la Cámara Federal de esta provincia, cinco son subrogantes. El concurso destinado a cubrir estas vacantes se puso en marcha a fines de 2011, pero ni siquiera se llegó a la etapa de entrevistas personales, que viene después de los concursos de antecedentes y oposición.
La alta proporción de jueces subrogantes provoca situaciones atípicas. Los magistrados, por ejemplo, se excusan de intervenir en algunos expedientes por causales que no están establecidas en la ley. Héctor Cortés, juez titular de un Tribunal Oral y subrogante en la Cámara Federal mendocina, suele aducir “cúmulo de trabajo” para no intervenir en algunas causas. En toda la jurisdicción que está bajo la órbita de la Cámara Federal de Mendoza, las subrogancias alcanzan el 44%, es decir que casi la mitad de los jueces son suplentes y no elegidos de acuerdo con el sistema que establece la Constitución Nacional.
Otro fuero con problemas es la Cámara Nacional de Casación Penal, el máximo tribunal penal de país. En la actualidad hay cuatro cargos vacantes sobre un total de 13. El concurso para cubrirlas se puso en marcha en mayo de 2012 y el plenario del Consejo debe aprobar las ternas propuestas por la Comisión de Selección.
En la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo seis de los 30 jueces son subrogantes, pero en los juzgados de primera instancia están vacantes 29 de los 80 juzgados, más del 35 por ciento. Similar porcentaje se alcanza en la Justicia Civil y Comercial Federal: de los 20 jueces (entre primera instancia y Cámara) siete son subrogantes. Los concursos para cubrir los cargos de este fuero comenzaron hace más de cinco años y aún deben ser aprobados por el plenario del Consejo.
Contraste
Aunque los candidatos a integrar una terna obtengan un rápido consenso en el Consejo de la Magistratura, el proceso de selección de un juez siempre demora más de un año, según un relevamiento hecho por Chequeado de los jueces nombrados desde la creación del Consejo. Uno de los casos en que la vacante se cubrió con mayor rapidez se produjo en la Justicia Federal de La Plata. El 8 de mayo de 2014 el Consejo convocó a un concurso para cubrir la vacante producida por la renuncia de Arnaldo Corazza en el Juzgado Federal N° 3. El 2 de julio de 2015 (catorce meses más tarde) asumió como titular del juzgado Ernesto Kreplak, ex funcionario del Ministerio de Justicia de la Nación.
Datos
En la Justicia Nacional y Federal se encuentran vacantes el 25,5% de los cargos. Esto significa una leve baja respecto de lo que se registraba a mediados de 2015, pero es una proporción superior a la que se registró entre 2011 y 2014.
Demoras en todas las instancias
Así como existen casos como el de Farah de la Cámara Federal porteña, en el que el Consejo lleva casi ocho años tramitando un concurso que aún no ha terminado, también existen casos en el que las demoras se producen en las otras etapas de la designación. En diciembre de 2001 el Consejo aprobó la terna para cubrir una vacante en lo Cámara Nacional en lo Civil y un mes más tarde el Poder Ejecutivo envió el pliego de Luis Álvarez Juliá al Senado. Sin embargo, la Comisión de Acuerdos del Senado recién trató su caso en noviembre de 2004, casi tres años más tarde.
Sin embargo, lo más frecuente en los últimos años son las demoras por parte del Poder Ejecutivo en mandar el pliego al Senado. En diciembre de 2009 el plenario de Consejo aprobó la terna para cubrir tres cargos vacantes en la Cámara Federal de Córdoba. El Poder Ejecutivo envió los pliegos al Senado en noviembre de 2014, casi cinco años más tarde.
Distinto es el caso de María Delfina Denogens, que el 12 de diciembre de 2007 recibió acuerdo del Senado para ser camarista federal de Resistencia, y recién fue designada por el Poder Ejecutivo Nacional en febrero de 2016.
Fecha de publicación original: 24/02/2016
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