Irán, el país del líder supremo
Luego de la victoria frente a Bosnia Herzegovina, la Selección argentina se medirá frente al equipo de la República Islámica de Irán, en su segundo partido del Mundial de fútbol que se juega en Brasil. Datos, estadísticas e historia del país que jugará contra la Selección nacional el próximo sábado.
Un poco de historia
La historia moderna de Irán comienza en 1978, cuando se desatan protestas contra el shah o monarca Mohammad Reza Pahlevi, quien terminó por abandonar el país a inicios del año siguiente. En febrero de 1979 el ayatolá (autoridad religiosa) Ruhollah Jomeini regresó del exilio al país, y el 11 de febrero de ese año se conmemora como día de la revolución que convirtió a Irán en una República islámica.
En 1980 Irán e Irak iniciaron una guerra por motivos de límites territoriales. A diferencia de varios de sus países limítrofes, la población de Irán no es árabe, sino persa, y esta razón también fue parte de la disputa. En 1988 se acordó el cese del fuego, con negociaciones auspiciadas por las Naciones Unidas.
El sistema político iraní actual combina elementos teocráticos islámicos modernos con otros democráticos. Existe un líder supremo, el ayatolá, que es elegido por una asamblea de expertos (compuesta por clérigos), estos sí electos por el voto popular. El puesto de líder supremo es vitalicio, y no tiene ninguna instancia de rendición de cuentas.
Por otra parte, el presidente y jefe del Ejecutivo es electo democráticamente, al igual que el Parlamento, y se supone que debe seguir los lineamientos del líder supremo. Esta división de poderes genera fricciones entre ambas instancias. Hoy, el ayatolá Seyyed Alí Jameneí es el líder supremo, desde 1989, y el presidente es el reformista Hassan Rohani desde el año último.
Indicadores socioeconómicos
Irán cuenta con una población superior a los 76 millones de personas, y es definido como un país de ingreso mediano alto por el Banco Mundial. El Producto Bruto Interno per cápita del país es superior al de casi todos los países con los que limita: es de US$ 7.228, contra US$ 7.165 de Azerbaiyán, US$ 6.625 de Irak, y lejos de los US$ 687 de Afganistán. Solo lo supera Turquía, con US$ 10.666.
Una de las razones de estos ingresos es la exportación de petróleo, ya que Irán es uno de los países con mayor cantidad de reservas. La Argentina, por su parte, cuenta con un PBI per cápita de US$ 11.573 (con datos previos al cambio de metodología anunciado este año). Todos estos datos corresponden al año 2012.
En lo que respecta al desempleo, en cambio, es superado por varios de sus vecinos. Así, la República Islámica de Irán tiene el 13,1% de su población en edad de trabajar desocupada, mientras que en Afganistán este número es del 8,6%, en Azerbaiyán del 5,4%, y en Turquía del 9,2 por ciento. Los datos son recopilados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y refieren también a 2012.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene en cuenta factores como la Salud, la Educación, los niveles de desigualdad y el crecimiento económico, y a partir de esto elabora un ranking. En 2013, Irán ocupó el puesto 76 entre 187 países, encima de Turquía (90) y de Irak (131), pero por debajo de la Argentina, que ocupó el puesto 45.
Género y trabajo
Irán se encuentra entre los países con menor proporción de mujeres en la fuerza laboral. En 2012, solo trabajaba un 16,4% de las mujeres activas de 15 años o más, cerca del país con la proporción más baja del mundo, la República Árabe Siria (13%). En la región, Irak y Afganistán tienen porcentajes similares, alrededor del 15%, al contrario de Armenia y Azerbaiyán, que superan el 50 por ciento. La Argentina tiene una tasa del 47,3 por ciento.
“Las tasas de participación femenina tienden a seguir una forma en “U” con respecto al nivel de desarrollo de los países. La participación femenina en el empleo es alta y la brecha de género baja en muchas naciones de ingreso bajo, en las que las mujeres se dedican a la agricultura de subsistencia no remunerada, aunque participan menos en actividades remuneradas fuera del hogar. Las mujeres también suelen ser activas en los países de ingreso alto, en los que más de dos tercios de la población adulta femenina participa en el mercado laboral y la brecha de género en las tasas de participación es inferior al 15% en promedio”, destaca un informe del Banco Mundial.
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