Qué provincias tienen más beneficiarios de la tarjeta Alimentar

Las medidas de confinamiento adoptadas para prevenir los contagios de COVID-19 durante 2020 tuvieron un impacto económico sin precedentes en todas las economías del mundo. La Argentina no fue la excepción. La actividad económica cayó un 12%, aumentó el desempleo y hubo ajustes en horas trabajadas, salarios e ingresos de cuentapropistas por caídas en las ventas, y subió la pobreza.

Entre el 20 de marzo último -el comienzo de la cuarentena- y noviembre de 2020 -el último dato disponible-, el costo de la canasta básica alimentaria (CBA) pasó de $ 5,6 mil a casi $ 7 mil, lo que implica un aumento del 25%. Entre el primero y el segundo trimestre de este año, el porcentaje de personas residentes en hogares con ingresos que no logran cubrir el costo de la CBA pasó del 9% al 12% y el porcentaje de niñas y niños residentes en esos hogares pasó del 14% al 17%.

En números absolutos, lo anterior supone un total de 5,4 millones de personas, de las cuales 2,2 millones (40%) tienen menos de 18 años. La cuarentena provocó también aumentos en los problemas de empleo, principalmente en los hogares con niñas y niños.

Ante este desmejoramiento generalizado de las condiciones de vida, el Gobierno nacional tomó una serie de medidas y reforzó otras que ya venía aplicando antes de la cuarentena. Entre estas últimas, figura la tarjeta Alimentar, un instrumento que busca garantizar a las familias argentinas el acceso a la canasta básica alimentaria, financiando la compra de todo tipo de alimentos.

¿Qué provincias tienen más beneficiarios?

Actualmente, la tarjeta llega a más de 1,5 millones de titulares en la Argentina que residen en distintos lugares del país. Así, el 70% de los beneficiarios vive en 7 provincias: Buenos Aires agrupa al 36% de titulares, y le siguen Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Chaco y Salta.

En esta distribución se mezclan cuestiones demográficas (cantidad de población) y sociales (condiciones de pobreza). La Provincia de Buenos Aires tiene la población más numerosa del país y, a la vez, una alta prevalencia de pobreza por ingresos. Córdoba, Santa Fe y Mendoza están también entre las más pobladas del país, pero el resto de las 10 primeras, como Chaco, Tucumán y Salta, se encuentran en esas posiciones más por pobreza que por población.

Provincias con más beneficiarios de la tarjeta Alimentar

Fuente: elaboración de Chequeado en base a datos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Pero dada la fuerte heterogeneidad social dentro de cada provincia que compone el país, resulta más ilustrativo mirar cómo impactó este programa a nivel departamental. En la lista de los distritos con mayores tasas de impacto de la tarjeta Alimentar figuran aquellos que están localizados en Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Salta y Misiones.

Está claro que la tarjeta Alimentar llega a las familias más vulnerables del país y a las geografías que registran menor diversificación productiva y, en consecuencia, menores posibilidades laborales para su población. Se trata de una herramienta clave de la recuperación post-pandemia.

Puede ser que por este motivo la pobreza no aumentó más de lo que lo hizo en 2020 (pasó de 35,5% a 40,9%) y que, de concretarse, los aumentos programados para 2021 pueda evitarse que, al menos, más personas se sumen al grupo de los que ya son extremadamente pobres.

Aumentos no tan importantes en términos reales

En diciembre, el Gobierno nacional anunció un refuerzo y la duplicación del monto acreditado: para quienes tienen una hija o hijo, pasa de $ 4 mil a $ 8 mil; y de $ 6 mil a $ 12 mil, para quienes tengan 2 o más hijos.

Sin embargo, esto no es un gran aumento en términos reales. Entre el comienzo de la cuarentena y el último dato disponible, el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) pasó de $ 5,6 mil a casi $ 7 mil.

Es decir, mientras que a principios de la cuarentena la tarjeta Alimentar cubría casi una canasta completa para un adulto equivalente, con el aumento de los precios los nuevos montos conservarán el valor superando levemente el costo de una CBA. En otros términos, no se estaría mejorando la situación de los más pobres, sino manteniendo el poder adquisitivo del derecho, dada la inflación del período.

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