Una mejora en la transparencia

Durante la primera mitad del año, quienes seguimos detalladamente la ejecución presupuestaria, nos enfrentamos sistemáticamente con la falta de datos. Desde el 18 de diciembre de 2011, se ha dejado de actualizar la información que utilizábamos para conocer cómo viene gastando el gobierno nacional.

Sin embargo, el día del amigo grata fue la sorpresa porque había vuelto la información sobre gasto público nacional y con una plataforma de acceso muy mejorada. Nuevamente, cualquier ciudadano puede conocer cómo gasta y cómo recauda el gobierno nacional con un altísimo nivel de detalle, con datos desde 2003 a la fecha y un grado de actualización superior al que exige la ley. Hay solo dos retrocesos. Por un lado, ya no se presenta el presupuesto “vigente”, que permitía seguir de cerca los cambios que el gobierno realizaba al presupuesto inicial aprobado por el Congreso. La segunda pérdida es que ya no se presenta el gasto por ubicación geográfica, que permitía tener una idea aproximada de cómo se asignaba el presupuesto nacional en las provincias. Si bien la información anterior tenía deficiencias, no tener nada ahora es ciertamente decepcionante.

A pesar de estas dos pérdidas, la nueva disposición de la información presupuestaria abre una luz de optimismo para los que defendemos la transparencia fiscal. Sería bueno que pronto se publique la información de seguridad social que antes estaba disponible. Y si de soñar se trata, algún día habría que recuperar la credibilidad del índice de precios al consumidor. Pero para eso falta.

Aprovechando que volvió la información, un somero análisis permite ver que el gobierno nacional está haciendo un intento de ajuste en el nivel de gasto. Habiendo cerrado el año pasado con un déficit de 30.000 millones de pesos y sin acceso a financiamiento, el gobierno nacional se ve obligado a frenar la inercia con la que venía el gasto, que en 2011 aumentó un 34% respecto de 2010. Pero el ajuste no parece indiscriminado. Con datos hasta julio de 2012, de los ingresos proyectados ya se recaudó el 52,4% mientras que del gasto presupuestado solo se devengó el 49%.

Abriendo el gasto en mayor detalle, se observa que se están priorizando los gastos sociales y en servicios económicos (que incluyen los subsidios) antes que en la parte administrativa del gasto. Las transferencias (que incluyen jubilaciones) y el gasto en salarios públicos intentan ejecutarse en mayor medida que las compras de bienes de uso y de consumo en el gobierno. Por supuesto, la clave está en la sintonía fina.

Ejecución presupuestaria*

*Corresponde al acumulado al mes de julio de cada año, en millones de pesos.
Fuente: CIPPEC, sobre la base del Ministerio de Economía.

*Directora del Programa de Política Fiscal del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)