Es falso que el robot Curiosity de la NASA haya encontrado evidencias de vida salvaje en Marte

En los últimos días circularon en redes sociales videos en los que se asegura que las últimas imágenes enviadas por el rover Curiosity de la NASA supuestamente mostraron “evidencias de pisadas, restos óseos, organismos y arena removida por una batalla”, lo que permitiría pensar que nuestro planeta vecino estaría habitado por “peligrosos especímenes salvajes” o “bestias súper desconocidas”.

“La NASA quedó aterrada al ver esta imagen de Marte y rápidamente al darse cuenta de lo que estaba pasando movió a toda prisa el robot Curiosity huyendo de esta zona”, sostiene el video que en Facebook obtuvo más de 10 mil “Me gusta” y en Tik Tok 470 mil interacciones, según los datos aportados por las propias redes sociales. 

Sin embargo, esto es falso. El Curiosity, el robot de la NASA que explora suelo marciano desde hace más de una década, no ha hallado hasta el momento vida en Marte ni ninguna “evidencias de vida salvaje”, como afirma el video viral. 

“No, nunca hemos descubierto vida en el planeta rojo, pero hemos encontrado mucha evidencia que sugiere que Marte podría haber albergado vida alguna vez en su pasado remoto”, afirmó Heather Graham, astrobióloga de la NASA.

Tampoco Curiosity ha modificado “súbitamente” su recorrido planificado, como se puede comprobar en esta página web, donde puede seguirse casi en tiempo real el movimiento del robot, descargar todas las fotografías que tomó desde su llegada al planeta rojo, en agosto de 2012, e incluso experimentar de manera interactiva su recorrido.

Curiosity no encontró evidencias de vida salvaje

En efecto, los videos que aseguran que el Curiosity habría retratado huellas o fósiles no evidencian nada diferente del paisaje polvoriento y rocoso que suelen mostrar las fotografías enviadas desde el suelo marciano desde que la humanidad logró amartizar sus primeras naves, las misiones Viking, en 1976. No hay a la vista nada fuera de lo esperado, las imágenes no revelan ninguna forma ni huella reconocible ni se ven fósiles. 

En cuanto a los motivos de los aparentes “cambios de recorrido” que señalan los videos virales, se explican claramente en este comunicado: entre mayo y julio último, el Curiosity debió “escalar” una cuesta cubierta de arena y rocas para completar el ascenso más difícil en lo que va de la misión, que ya cumplió los 11 años de actividad.

Como señala la NASA en este artículo: “Mientras luchaba por superar una pendiente de 23 grados cubierta de arena resbaladiza y rocas del tamaño de una rueda, el rover experimentó una serie de fallas que lo detuvieron a mitad de camino. Finalmente se decidió desviarlo unos 150 metros, acercándose a una parte de la pendiente de unos 15 grados con menos arena y rocas. Así, Curiosity pudo llegar a la cima”. 

En este video puede verse la explicación completa acerca de las dificultades y los riesgos que representó este desafío para el equipo de técnicos y científicos que manejan los rovers marcianos, y los diferentes abordajes con los que los enfrentaron.

“No sé ni por dónde empezar a desmentir el video: es tan simple como entrar a la página del Curiosity y ver con los propios ojos las últimas imágenes para verificar qué hay alrededor. Me encantaría que me muestren dónde están esas huellas de supuestas batallas y fósiles, porque yo no las veo por ningún lado en las fotos que muestran”, señaló a Chequeado Mariano Ribas, jefe de divulgación científica del Planetario de Buenos Aires Galileo Galilei. 

Una teoría conspirativa

El video viral se inscribe dentro de una teoría conspirativa que afirma que la NASA posee información sensible sobre vida extraterrestre en Marte y existirían pruebas que demuestran su existencia pero que el Gobierno de los Estados Unidos las oculta, sin dar ningún crédito a la palabra de la agencia de exploración espacial estadounidense. 

No es la primera vez que sucede: desde que una sonda de exploración pisó el suelo marciano, cuando llegaron las pioneras Viking, empezaron a correr las noticias que aseguraban que los instrumentos de estas misiones habían encontrado evidencias que demostrarían la existencia de microorganismos vivos, e incluso se publicaron artículos científicos que señalaban que esa vida podría haberse destruido en el mismo procedimiento de extracción de las muestras. 

Pero las historias en torno a la supuesta existencia de vida en Marte había empezado mucho tiempo antes, cuando en el siglo XIX el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli creyó ver a través de su telescopio canales artificiales que atravesaban todo el planeta y lo difundió en lo que tal vez haya sido una de las primeras desinformaciones de alcance global de la historia. 

La polémica sigue hasta el día de hoy: así como los videos de supuestos ovnis, las imágenes de Marte en las que parece verse algo parecido a un ser humano, un animal o un objeto como un libro o una cuchara se difunden mucho más rápidamente y llegan mucho más lejos que las explicaciones acerca de la perspectiva, las sombras y los enfoques que pueden explicar esa semejanza. 

De hecho, algunos de estos hallazgos casuales cobraron tal entidad que la misma NASA decidió tomar cartas en el asunto. Es lo que pasó con la “cara de Marte”, una famosa fotografía de la primera Viking en la que parecía verse un rostro, y que nuevas imágenes de alta definición y altimetría tridimensional del Observador Global de Marte (Mars Global Surveyor), una misión que orbita al planeta tomando imágenes y recabando datos para la investigación científica, revelaron como lo que verdaderamente es: una simple meseta. 

Al fotografiarla desde otro ángulo, se pudo demostrar que solo se trataba de un caso más de pareidolia, ese sesgo evolutivo que nos hace ver rostros y reconocer formas familiares incluso allí donde no existen.

La búsqueda de vida en Marte

Así las cosas, ¿puede descartarse por completo la idea de que haya existido o incluso que aún exista alguna forma de vida habitando el planeta rojo? Lo cierto es que la comunidad científica no es categórica al respecto: si bien aparentemente en el presente las condiciones de nuestro vecino no son las ideales para la vida, todavía no puede descartarse por completo la posibilidad de que existan en algún lugar del planeta organismos simples como las bacterias extremófilas que poblaron la Tierra hace miles de millones de años. 

Sin embargo, lo más probable es que, de haber existido, estas formas primitivas de vida se hubieran extinguido hace mucho tiempo. Tan importante es esta investigación que en 2021 la misma NASA envió otra misión, el rover Perseverance, con el objetivo de analizar y tomar muestras del suelo para encontrar indicios que permitieran determinar si en algún momento hubo vida en el planeta rojo. 

Y, efectivamente, esta misión exploratoria encontró rastros que confirmarían la hipótesis de que, hace mucho tiempo, había agua líquida en la superficie marciana, lo que sustentó la idea de que la vida podría haber florecido allí, e incluso dio lugar a la posibilidad de que las primeras moléculas orgánicas hubieran llegado desde ese planeta hasta la Tierra a bordo de un asteroide. Pero esa, claro, es otra historia. 

Lo que por el momento no se probó, y por lo tanto se descarta -al menos hasta que aparezca alguna nueva evidencia real en ese sentido- es la existencia de “vida salvaje” o “súper bestias”, como aseguran los videos. Porque, como decía el gran científico Carl Sagan: “Afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria”.