Jorge Lozano: la Argentina se ubica “en el segundo o en el tercer lugar entre los países de América Latina por sus prácticas corruptas”

Según el presidente de la Pastoral Social del Episcopado, monseñor Jorge Lozano, relevamientos internacionales ubican al país por sus prácticas corruptas “entre el segundo y tercer lugar” en América Latina. Sin embargo, según el Corruption Perception Index 2011 (CPI, por sus siglas en inglés), de Transparency Internacional, el principal índice de corrupción, el país se ubica en el pusto número 13 en Latinoamérica.

El instituto privado informó, en 2011, que Venezuela fue percibido como el país más corrupto en Latinoamérica, mientras que Chile se encuentra en el otro extremo. Por su parte, Argentina se ubica entre los dos, compartiendo el puesto con México.

Nota: el puntaje va de 1 a 10, mientras más bajo mayor corrupción se percibe.
Fuente: CPI, Transparency International 2011.

El CPI clasifica a los países según la percepción de corrupción del sector público. Es un índice compuesto, una combinación de encuestas, que realizan 10 organismos, entre ellos el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial. Las encuestas se basan en la opinión de expertos y analistas de cada país. El índice busca medir el “mal uso del poder público para beneficio personal”, por lo que considera la corrupción en el sector público, funcionarios o políticos.

Al ser imposible medir la corrupción efectiva, se utiliza la percepción para estimar su nivel, aunque existen variantes entre los indicadores. El índice de fuentes de soborno, de Transparency International, por ejemplo “clasifica a 28 de las principales economías del mundo en función de la probabilidad de que las empresas de estos países, según la percepción de los encuestados, paguen sobornos en el exterior”, explica el informe. La Argentina aparece en la posición 23, mientras China y Rusia se encuentran el puesto 28, los más propensos a reucrrir al soborno en el extranjero. De los países de América Latina relevados, México está en el puesto número 26 y Brasil en número 14.

La corrupción es el segundo mayor problema, después de la inflación, a la hora de hacer negocios en el país, según El Foro Económico Mundial, aunque también se trata de un estudio de percepción discutido (ver: “La Argentina cayó en competitividad“).

Existen críticas a este tipo de indicadores por tratarse justamente de percepciones. El  “Manual para medir la corrupción” de Global Integrity  enumera, entre otros, los siguientes problemas: a) los indicadores subjetivos pueden no ser fiables cuando se miden tendencias a largo plazo y cambios; b) las mejoras pueden ser difíciles de capturar; c) puede haber distancias entre los resultados y la realidad experimentada por el público. Finalmente, d) la mayoría de los indicadores subjetivos está enfocada en las percepciones de la elite de negocios y puede no coincidir con las visiones del resto del público y los ciudadanos comunes.

Cecilia Vázquez, coordinadora del programa de transparencia del Centro de Investigaciones y Prevención de la Criminalidad (CIPCE), argumenta en el mismo sentido en contra de los índices de percepción, y propone “la medición del funcionamiento de la justicia en la investigación de estos delitos” utilizando “el índice del tiempo entre otros índices. Esto es medir sobre un total de causas, cuánto demora la justicia en llegar a una resolución, sea condena o absolución. Otro indicador en esta misma línea de trabajo es cuantificar el nivel de condenas que hay en la justicia federal en relación a la totalidad de los delitos institucionalizados“, evaluó.

Hay que considerar también la corrupción del sector privado, que es parte del fenómeno y no está contemplada en el CPI. Aldo Ferrer, economista, señala: “Ambas [la pública y la privada] son las dos caras de una misma moneda.”