#NiUnaMenos: el 77% de las mujeres aseguraron haber sufrido violencia obstétrica
“El 97% de las mujeres y mujeres trans ha sufrido al menos una vez una situación de acoso en espacios públicos y privados, lo que refleja la enorme dimensión de la violencia machista”. El dato es una de las principales conclusiones del 1° Índice Nacional de Violencia Machista impulsado por #NiUnaMenos, el colectivo que realizó la primera marcha al Congreso en 2015, y que hoy presentará todos los resultados de la encuesta contestada por más de 59 mil mujeres que se hizo a nivel nacional principalmente en forma online.
Pero, en el marco de las distintas formas de violencia machista que recogió la encuesta, hay una en particular que comenzó a ser visibilizada en los últimos tiempos: la violencia obstétrica. Según la Ley de Protección Integral de las Mujeres, la violencia de este tipo es definida como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales”.
Los resultados de este primer índice nacional que se pueden ver en el sitio www.contalaviolenciamachista.com muestran que más del 77% de las mujeres aseguraron haber sufrido al menos una situación de violencia obstétrica, entre las que se destacan que el personal médico trató a la mujer “con sobrenombres o diminutivos” como si fuera incapaz de entender el proceso del parto o que la atención de los médicos en ese momento la hizo sentir “vulnerable, culpable o insegura”.
“Los índices más altos se registran entre las entrevistadas de Tierra del Fuego, Misiones, Santiago del Estero, y edades de 14 a 17 años”, destaca el informe de #NiUnaMenos.
“Existe mucha resistencia de los médicos con respecto al tema de la violencia obstétrica. Se sienten incómodos porque sienten que se ponen en cuestión sus conocimientos y sus prácticas”, explicó a Chequeado Ramiro de la Peña, abogado de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires vinculado con la temática de violencia obstétrica.
En este sentido, un informe realizado en base a cinco mil respuestas reportadas en un formulario online del Observatorio de Violencia Obstétrica, creado por la ONG “Agrupación Las Casildas”, denuncia que en la Argentina muchas de las prácticas utilizadas durante el parto presentan un aumento con respecto a lo que es considerado habitual para la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por citar un ejemplo: mientras la OMS considera que el estándar para la utilización de la oxitocina (droga que produce que las contracciones sean más frecuentes e intensas) es de una cada diez mujeres, 6,4 de cada 10 mujeres en nuestro país aseguraron en la encuesta de Las Casildas que les administraron la droga para conducir o acelerar el parto.
Por otro lado, según la misma encuesta, a seis de cada diez mujeres se les practicó una episiotomía y, de ese total, 8,5 de cada 10 eran madres primerizas. La episiotomía es una práctica médica en la que a la mujer se le realiza un corte en el periné para que pueda parir vaginalmente a su bebé, y es considerada una mutilación genital por la OMS cuando se estima que es innecesaria.
El maltrato verbal es otra forma de violencia obstétrica. Más de la mitad de las mujeres encuestadas, tanto en el informe de Las Casildas como en el Índice Nacional, aseguraron que el personal médico se dirigió a ellas con términos diminutivos o sobrenombres como “mamita” o “nena”.
Otra de las formas más habituales de violencia obstétrica es la falta de información que se les da a las mujeres sobre las prácticas médicas que les realizan tanto a la mujer en situación de parto como a su bebé o el no pedido de autorización para la realización de las mismas. Según Las Casildas, esto le ocurrió a 7 de cada 10 mujeres cuando les rompieron artificialmente la bolsa, mientras que para la práctica de una episiotomía a 8 de cada 10.
Además de los dos casos ya mencionados, en los resultados del 1° Índice Nacional de Violencia Machista las otras formas de violencia obstétrica que se registraron fueron: que el personal respondía de mala manera, que no le permitió a la mujer tener contacto con su hijo una vez nacido, que la obligaron “a permanecer acostada boca arriba” o que la criticó “por llorar o gritar del dolor” al atravesar la experiencia.
“Va a llevar tiempo erradicar la violencia obstétrica, que al ser violencia de género lleva mucho tiempo instalada en la sociedad”, explicó a Chequeado Catalina Gerasi, directora del Comité Científico de la Asociación Obstétrica Argentina. ‘’Sin embargo, no podemos decir que todas las parteras y las obstétricas sean violentas. Existe gente violenta en todos los rubros’’, agregó.
De la Peña destacó a este medio que en la Defensoría recibieron “más denuncias de mujeres atendidas en clínicas privadas que mujeres atendidas en hospitales del sector público”. Y concluyó: “Las personas que acceden a las cuestiones difundidas sobre el parto humanizado en general tienen acceso a internet o a otras formas de difusión. Las personas de más bajos recursos quizás no cuestionan las decisiones del médico”.
Fecha de publicación original: 25/11/2016
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