CFK sobre la mortalidad materna: “[Entre 2009 y 2013] la hemos reducido a la mitad”

Al anunciar la incorporación de tres vacunas al calendario obligatorio, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se refirió a la mortalidad materna: “Estos son los efectos de políticas públicas de salud, así la evolución de la tasa de mortalidad materna, que se calcula por cada 10.000 chicos, nacidos vivos, y que en el año 2009 llegó a ser un 5,5; en el año 2013, a solo cuatro años, lo hemos reducido a la mitad: 2,8 cada 10.000”.

Los datos de 2013 aún no están disponibles, por lo que es imposible comprobar que el dato citado por la Presidenta sea real (normalmente el Ministerio de Salud de la Nación tarda hasta un año en publicar las estadísticas oficiales del país).

De todas maneras, es cierto que se observa una reducción en los últimos tres años para los cuales hay datos. La comparación con 2009, sin embargo, resulta engañosa: es el año con mayor tasa de mortalidad materna desde 1990, en gran parte por el efecto de la gripe porcina AH1N1, según lo señala la Organización Panamericana de la Salud. Se trata además de un indicador que fluctúa bastante entre años: así, el número absoluto va entre 410 mujeres fallecidas en 2009 a 258 en 2012.

A pesar de la baja, la Argentina sigue estando lejos de los mejores países de Sudamérica. Mientras en Chile y Uruguay la tasa de mortalidad materna por cada 100 mil nacidos vivos es de menos de 23, en la Argentina es de 69, al igual que en Brasil.

Durante los últimos años evolucionaron también los tipos de muerte materna, explicó Silvina Ramos, codirectora del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva de Argentina (OSSyR): “Aumentó la proporción de muertes por causas indirectas, es decir que son muertes relacionadas a patologías anteriores de la mujer que se agravan con el embarazo, y las causas directamente relacionadas con el embarazo disminuyeron”.

“Queda la preocupación sobre si esas mujeres fueron informadas acerca de los riesgos que corrían al inicio de su embarazo, ya que dentro de nuestro marco legal, si hay riesgo para la vida de la madre, ésta puede abortar”, agregó Ramos.

Por otro lado, Zulma Ortíz, experta en Salud de UNICEF, señaló que “la mayoría de las muertes maternas suceden en países en desarrollo. Sin embargo, eso no significa que sólo las mujeres de los países en desarrollo tengan complicaciones médicas durante o después del embarazo. Las mujeres de cualquier país y de cualquier tipo de población pueden desarrollar complicaciones, pero es menos probable que en los países en desarrollo obtengan tratamiento rápido y adecuado”.

Sobre este punto, Ramos explicó que dado que en el país la gran mayoría de los partos ocurre en instituciones hospitalarias, las mejoras deberían pasar por una mayor preparación del personal y disponibilidad de todos los elementos en caso de ser necesaria una intervención.

“En el hospital tiene que haber, por ejemplo, un anestesista por si debe hacerse una cesárea, o un banco de sangre. También tiene que haber medios disponibles para trasladar a la mujer si tiene que ser transportada a otra institución”, indicó.

El promedio nacional, además, esconde las enormes variaciones entre las provincias, que para 2012 fueron desde el 1,6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al 7,7 de Formosa (ver datos). Acá puede verse el mapa de la mortalidad materna en la Argentina, con datos de 2011.

Ortiz también señala que se trata de “un problema social, en la medida en que su ocurrencia está ampliamente relacionada con pobreza y marginación. También es un problema de salud pública debido a que refleja las deficiencias en el acceso y la calidad de los servicios de atención a la salud materna que son ofrecidos a la población”.

Paola Bergallo, docente e investigadora en temas de derecho a la salud y género de la Universidad de Palermo: “Las muertes maternas son considaradas una violación a los compromisos legales de proteccion de derechos humanos asumidos en los tratados de derechos humanos. De hecho, el Comite de Naciones Unidas que monitorea el cumplimiento de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por su siglas en inglés, que está incorporada a nuestra Constitución) ha sancionado a Brasil en el caso Alyne por la falta de políticas para la prevención de la muerte materna -en un caso tipico de los que se asume componen las cifras argentinas”.

El caso de Alyne Pimentel Teixera fue el primero en el que la ONU condenó a un Estado por un caso particular de mortalidad materna, por no haber garantizado la atención médica adecuada, que resultó en la muerte de la joven embarazada de 28 años.