Faltante de leche: claves para entender la situación del sector
- Los supermercados reconocen que no pueden cubrir la demanda de leches en sachet La Armonía, que están en Precios Cuidados.
- Según los datos oficiales, en el primer bimestre de 2019 cayó la producción de leche por cuestiones estacionales y climáticas, y el aumento de las exportaciones.
- La mayoría de la leche producida en el país se destina a producir quesos y sólo un cuarto del total se usa para elaborar leche fluida.
En los últimos días circularon por redes sociales quejas (ver acá y acá) por faltantes de leche y algunos casos en los que, por esto, en varios supermercados limitaron la cantidad de sachets que podían comprar los clientes. En esta nota, claves para entender la situación del sector lácteo.
El caso de La Armonía y los alimentos en base a leche
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), organismo público y privado dependiente de la Subsecretaría de Lechería de la Nación, aseguró en un informe que la inflación y la devaluación de 2018 impactaron en los bolsillos de los hogares y en este contexto los consumidores se desplazaron “hacia marcas más baratas y hacia las promociones”.
Dentro de este grupo, se destaca el sachet de litro de La Armonía, que se vende a $25,5 en el marco del programa Precios Cuidados. Para dar una idea de cuán barata es esta marca sirve una referencia: los datos oficiales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires midieron en febrero que un litro de leche común entera se vendía en la Capital en promedio a 32,5 pesos.
Esta diferencia explica por qué subió la demanda de leche La Armonía -fabricada por Mastellone Hnos, la misma empresa que maneja La Serenísima-. La propia página de Precios Cuidados informa que las cadenas de supermercados Carrefour, Coto, El César, Jumbo, La Anónima y Walmart informaron faltantes de esta leche en algunas de sus sucursales esta semana.
Además, el informe de OCLA destaca, en relación al impacto en el bolsillo de los hogares por la inflación y la devaluación, “la proliferación de productos sustitutos o elaborados a base de lácteos” que tienen influencia en los segmentos de precios más bajos.
Juan Grabois, titular de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), criticó que se consuma “alimento lácteo a base de leche”. Sobre esto, Raúl Catta, presidente de la Asociación de Productores de Leche (APL), aseguró a Chequeado que estos tipos de productos están hace años en el mercado y que si se venden más es por una cuestión de precios, ya que son más baratos que la leche. En este sentido, Catta agregó que “es una bebida nutricionalmente equilibrada”, pero que “no es lo mismo que la leche”.
Uno de los ejemplos que circuló es el caso de La Suipachense. Esta semana el Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires suspendió la elaboración de este producto porque “se utilizaban en su etiqueta vocablos en su denominación que podrían inducir al consumidor a una confusión o un error al momento de la compra en góndola”. O sea, se presentaba al producto como leche, pero la etiqueta no sostenía lo mismo.
¿Para qué se usa la leche en la Argentina?
Vale aclarar que no toda la leche del país se usa para consumir de forma líquida. Del total de la leche producida en 2018, la mayoría se utilizó para producir quesos (casi 45%), mientras que cerca del 20% se destinó a la elaboración de leche fluida.
Lo destinado a leche fluidas se dividió prácticamente en mitades entre la producción de refrigeradas (sobretodo en sachet) y no refrigeradas (sobretodo en cartón). Sin embargo, esta relación no fue siempre igual. En los últimos años fue disminuyendo la producción de leches refrigeradas (sachet) y aumentando la de no refrigeradas (cartón).
Menos producción y más exportación
Si bien en 2018 la producción de leche (en todos sus formatos) aumentó cerca de un 4%, a fines del año se fue desacelerando y el primer bimestre de 2019 comenzó con caídas de la producción de entre un 8% y 10% interanual, según los datos oficiales del OCLA.
El mismo estudio citado sostiene que esto se relaciona con varias causas. Primero, una cuestión estacional (habitualmente la producción alcanza un piso mínimo en abril). Segundo, condiciones meteorológicas adversas. Y a esto se le suma una mejora en el plano internacional (tanto por un tipo de cambio más alto como por mejores precios internacionales), que genera una fuerte puja de la demanda entre el mercado interno y el exterior.
Esto último ya impactó el año pasado. En 2018 aumentaron fuertemente las exportaciones (un 30% en dólares) y eso generó que las ventas al exterior pasaran de representar el 14,5% de la producción de leche en 2017 al 20,7% en 2018. En cuanto a los productos exportados, casi la mitad se trató de leche en polvo, mientras que un cuarto fueron quesos.
Fecha de publicación original: 27/03/2019
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