Wikileaks: qué hay detrás de la polémica
Más allá del excesivo acento en lo local puesto por algunos diarios argentinos, el escándalo provocado por Wikileaks está en boca de todo el mundo. En ese contexto, la Argentina ocupa una posición irrelevante, y los pedidos de informes del Departamento de Estado sobre nuestro país no difieren en general de lo que ocurre con el resto. Otros documentos, como aquellos relacionados con las naciones de Medio Oriente, son infinitamente más delicados.
¿Qué es Wikileaks?
Es un sitio de internet participativo, que busca recolectar información que las organizaciones o gobiernos no hacen pública. Su método es apelar a que funcionarios o empleados con acceso a esos documentos, los filtren al sitio. Este luego los verifica, los clasifica y los publica. Según su fundador y director, el australiano Julien Assenge, se asegura el anonimato de las fuentes de información.
El sitio se financia a través de donaciones anónimas, y cuenta con 12 profesionales y 800 colaboradores, según datos brindados por el propio Assenge, en una entrevista al diario español El País. Su fundador, periodista y hacker antes de fundar Wikileaks, tiene 39 años y ha cambiado el país de residencia varias veces, en los últimos años. Ultimamente vivía en Suecia -en donde está acusado por la violación de dos mujeres- pero su paradero es un misterio.
¿Por qué un escándalo involucra a Wikileaks por estas horas?
El sitio publicó anteayer 250.000 documentos de la cancillería estadounidense. Son cables privados, que enviaron embajadores y funcionarios sobre distintos gobiernos alrededor del mundo. En ellos están incluidos comentarios anecdóticos sobre la personalidad de los líderes, pero también cuestiones más delicadas como, por ejemplo, el apoyo de países árabes a EE.UU. para frenar las aspiraciones nucleares de Irán.
El sitio formó alianzas con varios periódicos para publicar la información al mismo tiempo. Cada diario tuvo tiempo de clasificarla y ordenarla antes de publicarla. Los periódicos son: El País, de España; The Guardian, de Inglaterra; el New York Times, de Estados Unidos; Le Monde, de Francia; y Der Spiegel, de Alemania.
Esos documentos se suman a otras publicaciones polémicas que el sitio viene filtrando desde 2006. Las más escandalosas fueron:
En abril de 2010 difundieron un video en el que puede verse a soldados americanos mientras matan a 12 civiles iraquíes desde un helicóptero. Entre ellos, dos periodistas de la agencia de noticias británica Reuters, además de heridas a dos niños. Durante el video, en el audio se aprecia cómo los soldados insultan y se rían de los iraquíes.
La publicación de 92.000 documentos confidenciales del ejército americano sobre la guerra de Afganistán, en julio de 2009. En ellos se daban detalles sobre la guerra. Por ejemplo, eventos confusos en la que se disparaban entre aliados y, sobre todo, pruebas de la relación que existía entre miembros del servicio secreto pakistaní, una aliado de Estados Unidos, con los talibanes.
La última gran publicación antes de la actual fue en octubre de este año, cuando se dieron a conocer 400.000 documentos sobre la guerra en Irak, mostrando las violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo el ejército de Estados Unidos y las empresas de seguridad privadas.
¿Por qué lo hacen?
El fundador de Wikileaks defiende su política con el argumento de que su sitio hace lo que otros medios dejaron de hacer: investigar. Para Assange, muchos de los periodistas se quedan sólo con las fuentes oficiales y no buscan más allá. Además, sostiene que, ante todo, prima el derecho a la libertad de expresión y de información. Y aunque reconoce que hay ciertos secretos legítimos, como el del historial médico de una persona, no cree que los “secretos de Estado” pertenezcan a esa categoría.
En la justificación que publicó el diario estadounidense The New York Times, de la difusión de este último grupo de documentos, se explica: “[Porque no hacerlo] sería darle al gobierno poder de veto sobre lo que los ciudadanos pueden saber”. Y agrega: “[Los documentos] contribuyen a entender cómo se hace la política exterior americana, cuán bien está funcionando, qué tipo de relaciones tenemos con aliados y adversarios.” De todas maneras, el matutino negoció con el gobierno de Estados Unidos no publicar las partes que podrían ser dañinas a los intereses de Estado.
¿Cuál fue la reacción del gobierno norteamericano?
Previendo el escándalo, el gobierno norteamericano se comunicó con sus pares en todo el mundo para advertirles y disculparse por la información cuya difusión era inminente. Sin embargo, es creciente el escándalo por el episodio.
Argumentos a favor y en contra
Quienes defienden el proyecto lo ven como un baluarte de la libertad de expresión y el acceso a la información para los ciudadanos. Es un garante de transparencia que devela los oscuros secretos de los gobiernos. Aparece, además, en un contexto en que la prensa tradicional quedó muy deslegitimada por no haber investigado más sobre las supuestas armas de destrucción masiva que justificaron la invasión de Irak por parte de Estados Unidos, y que resultaron inexistentes. Wikileaks se presenta entonces como el espacio que vendría a suplir esa falta de investigación, apelando a la consciencia de quienes trabajan dentro del gobierno, pero quieren alertar al público de lo que se está haciendo.
Sus detractores los critican por distintas cosas. Una, es la no protección de sus fuentes, contraria a lo que predican. Fue el caso de Bradley Manning, el analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, que filtró el mencionado video del ejército en Irak, en el que soldados norteamericanos mataron a civiles. El analista está ahora preso.
En una carta abierta dirigida al fundador del sitio cuando se publicaron los 92.000 documentos sobre la guerra de Afganistán, Reporteros sin Fronteras criticó el trabajo del sitio. Entre otro aspectos, condenó la publicación de los nombres de cientos de personas que colaboraron con la coalición de la OTAN.
Criticó, además, el método elegido: “Publicar indiscriminadamente 92.000 informes de terreno clasificados refleja un problema de metodología y, por ende, de credibilidad. El trabajo periodístico incluye la selección de información. El argumento con el que ustedes se defienden, específicamente que Wikileaks no está hecho con periodistas, no es apropiado. Wikileaks es una fuente de información y, como tal, está sujeta a las mismas reglas de publicación responsable que cualquier otro medio.”
Otros detractores ven en Wikileaks un generador de grandes operaciones publicitarias, pero que no necesariamente entrega nueva información. En el caso de las filtraciones de Irak, por ejemplo, dicen que la mayoría de las ONGs estaban al tanto de las violaciones de derechos humanos y del número de muertos, lo que el sitio presentó como si hubiera revelado una gran novedad.
¿Qué tiene que ver la Argentina con Wikileaks?
Entre los miles de documentos filtrados, algunos hacen referencia a nuestro país. De todos ellos, los diarios locales hicieron foco en aquellos referidos a la presidenta Cristina Fernández, aunque sin poner en contexto la escasa relevancia de dichos informes en el total. La Nación, por ejemplo, abrió la portada de su edición de ayer con un titular de enormes letras que decía, textualmente, “Preocupación por Cristina Kirchner” y, al igual que el resto de los diarios, mencionó un cable del Departamento de Estado Norteamericano, que incluía un supuesto pedido a la embajada norteamericana en Buenos Aires sobre la salud mental de la mandataria. Toda esta información tomada del diario El País. Con el correr de las horas se conoció el texto completo del cable que, en realidad, pide informes sobre cómo controla la ansiedad y el estrés la presidenta argentina y la marcha de la afección gastrointestinal de Néstor Kirchner.
La verdad es que existen cientos a miles de informes sobre gobiernos de todo el mundo y, más allá del enfoque excesivamente localista de cada diario, los provenientes de la Argentina no se destacan especialmente del resto.
Comentarios
Si haberlos leído pensamos parecido. http://ow.ly/3hs5N
hay cosa de las que hay que dudar, si tomaramos frases de rockefeller diciendo que internet no deberia haberse inventado, claro nadie queire que sepan los sucios manejos del poder, y si le sumamos que vienen haciendo intervenciones cada dias mas fuertes con respecto a la red.
No resulta extraño que en medio de rumores de guerras (creadas por la elite) salgan con informes confidenciales sobre tareas tras la cortina de UK y USA.
Ya veo noticias futuras en donde usarán algun desliz de Wikileaks argumentando que la información libre es peligrosa y que genera conflictos diplomáticos en el mundo y nos pongan el cepo en nuestra pseudo libre internet.
Quieren el poder absoluto y si los dejamos lo van a obtener.
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