“Turismo de vacunas”: claves para entender el fenómeno
- A pesar de que el Gobierno nacional desalienta los viajes al exterior y ante el ritmo lento de vacunación, el llamado “turismo de vacunas” desde la Argentina parece aumentar cada vez más hacia países como los Estados Unidos, donde un gran porcentaje de la población ya está vacunada.
- No sólo se trata de un fenómeno local. Los turistas viajan desde países donde el ritmo de vacunación es lento hacia otros que buscan reactivar su sector turístico.
- Los expertos consultados por Chequeado remarcan que el fenómeno del “turismo de vacunas” evidencia la desigualdad ya existente en el acceso a la salud.
Ante el ritmo lento de vacunación -y a pesar de que el Gobierno nacional desalienta los viajes al exterior-, el llamado “turismo de vacunas” desde la Argentina parece aumentar cada vez más. El anuncio del ex presidente Maurico Macri de su vacunación en Miami profundizó el debate sobre este fenómeno. ¿Qué países ofrecen “turismo de vacunas ”, qué ocurre en la Argentina con los vuelos y qué opinan los expertos?
Vacunas para reactivar el sector turístico
La pandemia impactó fuertemente en el turismo internacional y el sector intenta repuntar en varias ciudades del mundo a través del ofrecimiento de vacunas contra la COVID-19 para los visitantes. En algunos países el fenómeno se da porque sobran dosis y, en otros, a pesar de que todavía falta vacunar a una gran parte de la población local.
Por ejemplo, en el estado de la Florida, en Miami, Estados Unidos, la vacunación contra la COVID-19 está habilitada para no residentes desde el 29 de abril último, algo que en la práctica facilita el turismo sanitario. En el caso de la vacuna de Pfizer se administra a mayores de 12 años, mientras que en el caso de las vacunas de Moderna y Johnson & Johnson a mayores de 18 años. Esta última requiere una sóla dosis, lo que es más conveniente para los visitantes.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio adelantó hace 15 días en conferencia de prensa que está trabajando para traer de vuelta a los turistas en su temporada de verano y que la ciudad ofrecerá vacunas para los visitantes en puntos turísticos como Times Square.
En Alaska, el gobernador Mike Dunleavy anunció también que cualquier turista que visite ese estado este verano en los principales aeropuertos podrá obtener una vacuna contra la COVID-19 gratis. Houston, Dallas y Las Vegas son otras de las ciudades estadounidenses que los turistas eligen para inocularse. Los Estados Unidos tiene casi al 60% de la población vacunada con al menos una dosis, según datos oficiales recopilados en la base Our World in Data (OWD) de la Universidad de Oxford.
Comparación de población vacunada con una o dos dosis en países seleccionados para la contextualización. Fuente: Our World in Data (OWD) de la Universidad de Oxford.
El fenómeno no se da únicamente en la Argentina. Peruanos, mexicanos y colombianos viajan diariamente a los Estados Unidos con el objetivo de vacunarse, ante la ralentización de la campaña de vacunación en sus países.
Incluso del otro lado del Atlántico, y a pesar de tener sólo un 10% de su población vacunada, en Rusia también se anunció un programa para vacunar a extranjeros con la Sputnik V a partir de julio próximo. También países pequeños, como Maldivas y San Marino, ofrecen paquetes turísticos para la inoculación.
Más vuelos, aunque sin registro de vacunados en el exterior
La venta de pasajes en la Argentina aumentó en los últimos meses y el Hot Sale lo reflejó: Miami fue el destino más “clickeado”. Según datos de Aerolíneas Argentinas brindados a Chequeado, una de las dos líneas -junto con American Airlines- que vuelan actualmente hacia los Estados Unidos, se pasó de un 52% de ocupación de los vuelos en el primer trimestre del año, a un 61% en abril, 100% en mayo y un 75% junio hasta el momento.
Por otro lado, las frecuencias semanales también aumentaron fuertemente: pasaron de 4 en el primer cuatrimestre, a 6 en mayo y 9 en junio próximo. Para llegar a territorio estadounidense, la línea de bandera ofrece por el momento sólo vuelos a Miami.
Según estadísticas de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), 20 mil personas viajaron entre Estados Unidos y la Argentina en marzo y 21 mil lo hicieron en abril último, cuando en 2020 los números habían sido 70 mil y 1.700, respectivamente. Al incluir todos los destinos internacionales, 73 mil pasajeros se trasladaron en el cuarto mes del año, mientras que 12 mil lo hicieron en el mismo mes de 2020.
Aunque este dato no permite determinar cuánta gente de la que salió del país se fue a vacunar, sí permite ver un aumento de traslados hacia el exterior frente al mismo período de 2020, a pesar de las recomendaciones oficiales de no viajar y los requisitos vigentes para ingresar al país que exigen al menos 3 test de coronavirus.
¿Por qué no hay datos de las personas que se vacunaron en otros países? El Gobierno nacional no tiene registro. Según explicaron a Chequeado desde la Dirección Nacional de Migraciones, la declaración jurada que se requiere para entrar al país no incluye ninguna pregunta acerca de la vacunación. Desde el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Carla Vizzotti, confirmaron que no cuentan con registro de vacunados fuera del país.
Es decir, no existe ningún tipo de control sobre si las personas que se vacunaron en el exterior se pueden volver a inocular en el país. Sobre este punto, Lautaro De Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), remarcó a Chequeado que no está permitido la combinación de dosis de vacunas diferentes, con lo cual, se debe terminar el esquema completo, con la cantidad de dosis requeridas en cada vacuna.
Además, el especialista enfatizó la importancia de seguir con las medidas de cuidado si se viaja al exterior -distancia social, lavado de manos y/o alcohol en gel, uso de barbijo-, tanto en los aeropuertos y en los traslados como durante toda la estadía, para evitar el contagio del coronavirus.
Un fenómeno que evidencia la desigualdad ya existente
La vacunación del ex presidente Mauricio Macri en Estados Unidos -que contó en un posteo del 9 de abril último- generó aún más debate en la sociedad sobre este fenómeno. No se trata de la primera figura pública que cuenta que lo hizo: celebridades como Jorge Rial y la abogada Ana Rosenfeld forman parte del abanico de famosos que se acercaron a territorio estadounidense para vacunarse, aunque no sin recibir fuertes críticas.
“Quienes se van a vacunar a otro país no están saltándose la fila o haciéndolo vía amiguismos. Se trasladan a un lugar donde las vacunas no escasean. Sin embargo, quienes no pueden hacerlo sí están sujetos a la poca disponibilidad que tenemos en la Argentina”, opinó Adolfo Rubinstein, ex secretario de Salud durante el gobierno de Cambiemos. En el país, según datos oficiales recopilados en OWD, sólo se vacunó un 18% de la población con una dosis.
Para Eduardo Rivera López, investigador en Bioética de la Universidad Torcuato Di Tella e investigador independiente del Conicet, “lo que hace ruido con la gente que se va a vacunar a otro país es la desigualdad de recursos (en este caso, sanitarios) que esto revela. Pero esa misma desigualdad se puede ver en muchos otros casos: gente con dinero que va a tratarse por enfermedades a otros países, etcétera”.
“En este caso específico, si la persona va a un país en donde no hay escasez de vacunas, no debería haber una objeción. Esa persona no solamente no le quita la vacuna a nadie, sino que usa una vacuna menos que, en la situación de escasez local, implica que alguien más pueda ser vacunado. Además, el hecho de ser vacunado trae un beneficio social, en términos de reducir la probabilidad de contagiar a otras personas”, agregó el especialista.
Ignacio Maglio, jefe del Departamento de Riesgo Médico Legal del Hospital Muñiz, coordinador del área de Promoción de Derechos de la Fundación Huésped y asesor del Ministerio de Salud, opinó que “hay un trasfondo ético y uno jurídico” en el debate.
“De acuerdo a un fundamento desde una óptica utilitarista, uno podría decir ‘el que tiene plata puede vacunarse y no molesta a nadie’. Pero yo creo que si se profundiza un poco más el análisis desde la perspectiva ética-jurídica, uno está convencido de que el derecho a la salud es un derecho que tiene que estar disponible para cualquier persona independientemente de su capacidad de bolsillo. Entonces esto muestra la inequidad y la injusticia en términos de accesibilidad. Reproduce la desigualdad ya existente”, apuntó.
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Fecha de publicación original: 22/05/2021
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