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¿Por qué para el campo?

La Mesa de Enlace convocó a un paro en la comercialización de cereales y oleaginosas, entre el lunes 17 y el domingo 24 de enero, tras una ronda de negociaciones con el Gobierno. Los medios opositores presentaron la convocatoria como una especie de remake del recordado paro del campo de principios de 2008, en aquellos días en contra de la resolución 125, que establecía retenciones móviles a las exportaciones de soja.

En este caso, el conflicto se centra en el trigo. La principal diferencia entre la soja y el trigo es que mientras uno -la soja- se exporta casi en su totalidad, buena parte del trigo se consume en el mercado interno (este año, con record de producción, se exportará algo más de la mitad).

El Estado suele intervenir activamente, con medidas como retenciones y cupos de exportación para hacer menos tentadora la posibilidad de exportar y asegurar así el abastecimiento local, además de evitar que los precios se incrementen fronteras adentro.

Estas medidas del Estado son el centro del conflicto. En especial, los cupos de exportación.

Para asegurar el abastecimiento del mercado interno, el Gobierno estableció un sistema de cuotas a la exportación. Otorga permisos para vender al exterior el trigo una vez cubiertos los 6 millones de toneladas, que se estiman necesarios para la demanda interna (este año se cree que la cosecha total será de entre 14 y 15 millones de toneladas).

Los productores de trigo se quejan de que este control sobre las exportaciones disminuye el precio que cobran por el cultivo. Y que, para peor, con lo que cobran por el trigo financian las campañas de la soja y el maíz.

Pero el Gobierno defiende su política, además, como una herramienta para mantener precios bajos en el mercado doméstico, y argumenta que, de no hacerlo, los precios de los alimentos se dispararían.

Para la Mesa de Enlace, el hecho de no poder ofrecer su producto en el mercado internacional libremente, obliga a los productores a venderlo a los molinos locales o a las empresas exportadoras. Pero los cupos impuestos por el Estado hacen que las exportadoras tengan un límite respecto de lo que pueden comprar. El resultado es una oferta de trigo mayor que la demanda: el precio del cultivo, se cae.

Juan Balbín, vicepresidente de Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), explicó a Chequeado.com: “Hoy se están pagando US$ 60 menos por tonelada que los precios internacionales. Y esa diferencia no se la quedan ni el Estado ni los consumidores, sino los molinos y las exportadoras”.

El Gobierno, por su parte, argumenta que exportadoras y molinos deberían pagar a los productores, en todos los casos, el precio “FAS teórico”. Se trata de un valor indicativo, elaborado por el Ministerio de Agricultura, que parte del precio de referencia internacional del que se descuentan retenciones y costos de embarque. Según el Gobierno, toda transacción debería regirse por este valor, y ser denunciada cuando no es el caso.

Los productores dicen que en la práctica esto no se cumple, y exigen un mercado abierto, que permita competir a distintos compradores sin imponer límites. Esto, en su opinión, no amenazaría el consumo interno: “En 120 años de mercado abierto nunca faltó la harina en la Argentina. ¿Por qué pasaría ahora?”, argumenta Balbín.

Vale aclarar que los cupos existen desde 2006. Pero este año habrá una cosecha record de trigo y con precios internacionales muy altos.

Finalmente, tras negociaciones entre el Gobierno y la Mesa de Enlace, llevadas a cabo anteayer, se anunció la liberación de exportaciones hasta 7 millones de toneladas, lo cual implicaría en principio, la liberación de todo el excedente exportable. “Con los 7 millones de toneladas liberadas [a la exportación] no hay ninguna razón para que al productor no se le pague el FAS teórico”, dijo el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez.

Sin embargo, los productores decidieron igualmente convocar el paro de comercialización de granos. ¿Por qué?

En un comunicado oficial, la Mesa de Enlace, planteó que el anuncio “no resuelve el objetivo solicitado del normal funcionamiento de los mercados trigueros”. Y agrega que el anuncio de la apertura del saldo exportable “esconde la mezquindad de mantener cupos funcionales a los grupos concentrados de la molinería y la exportación”.

Para la entidad, es necesario que se liberen los mercados y se acaben los cupos de exportación. De mantenerse las cuotas, “las exportadoras compran a su ritmo, según los cupos que se van dando de a poco, cuando la oferta es mucha, y eso les da mayor margen para fijar el precio”, explicó el dirigente de Aacrea.

El Gobierno propone como solución, además de la liberación de la cosecha restante, un crédito a tasa cero, que les permitiría a los productores retener el cereal por un tiempo, hasta que puedan venderlo a mejores precios.

“En general, entre un 50% y 70% de la cosecha de trigo se vende en el mes que sigue a la cosecha”, explicó Balbín, y agregó: “Se necesita la ganancia del trigo para poder empezar la siembra de maíz, girasol, soja y sorgo”.

El crédito propuesto por el Gobierno está pensado para evitar a los productores ese apuro por vender, y para que puedan comercializar su producción más adelante en una mejor situación. A esto, los dirigentes rurales responden diciendo que no quieren créditos, sino vender su cosecha ahora, en un mercado libre.

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Comentarios

  • Diego Sanchez15 de enero de 2011 a las 8:44 amPatronales
    Hola, amigos. Hace poco los conoci, y a pesar de no escribir mucho, quisiera pedirles que en lugar de decir "campo" digan las patronales agropecuarias, segun lo dicho por el gran Hugo Pressman.
    Gracias.
    Diego

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