Más de la mitad de los crímenes de odio contra la comunidad LGBT fueron cometidos en la vía pública

El 55% de los 120 crímenes de odio cometidos en 2021 y relevados por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual y Travesti, y Transexual (LGBTT) fueron cometidos en la vía pública. 

Por otra parte, el 36% de los casos ocurrieron en viviendas, en especial en el hogar de la víctima. Otros lugares destacados por el Observatorio, que depende de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, la Defensoría del Pueblo de la Nación y la Federación Argentina LGBT, fueron establecimientos privados o públicos, como comisarías o penales.

Se entiende como crímenes de odio aquellas agresiones “donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de sus derechos y la violencia contra ellas”.

La mayoría de las víctimas de crímenes de odio son mujeres trans (80%), una tendencia que se repite año tras año (ver acá, acá y acá).

“De todos los crímenes de odio registrados, el 71% de los casos (85) corresponden a lesiones al derecho a la vida, es decir a asesinatos, suicidios y muertes por violencia estructural; y el 29% restante de los casos (35) corresponden a lesiones al derecho a la integridad física, es decir violencia física que no terminó en muerte”, destaca el informe.

Las “muertes por violencia estructural” se caracterizan por fallecimientos en los que “la vulneración sistemática e histórica de derechos generó las condiciones materiales de precariedad en la que se inscriben estos decesos”, describe el relevamiento. Es decir, se consideran evitables.

El 8% de los autores de las lesiones al derecho a la vida y a la integridad física son identificados como integrantes de las fuerzas de seguridad del Estado.

La mayoría de las víctimas de los crímenes de odio registrados tenían entre 20 y 29 años (29,41%) y entre 30 y 39 años (28,43%). Esto se ubica en línea con el resultado del trabajo de otras organizaciones que ubican la esperanza de vida de la comunidad trans en América Latina entre 35 y 41 años.

El relevamiento del Observatorio fue realizado a partir de la información recolectada de medios masivos de comunicación, denuncias recibidas por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y la Federación LGBT+ en todas las provincias del país; y el Centro de Documentación y Situación Trans de América Latina y el Caribe (Cedostalc).

Como consta en el mismo informe, es probable que los casos sean muchos más, teniendo en cuenta que no todos los crímenes de este tipo se denuncian. Además, es importante destacar que -en los casos que sí se registran las agresiones- puede que no se informe la identidad de género y/o la orientación sexual de las víctimas.  

A pesar de ello, la información del relevamiento realizado por el Observatorio año a año es valiosa ya que no existe un indicador oficial que mida la misma problemática a nivel nacional.