¿Quién decide quién paga el impuesto a las ganancias?

El nuevo piso a partir del cual se pagará el impuesto a las ganancias es de 5.782 pesos, para solteros, 20% más que lo establecido hasta ahora. La decisión fue del Poder Ejecutivo, y se implementó a través de una resolución de la AFIP. Parte de la oposición criticó la medida, puesto que había presentado un proyecto de ley previendo un aumento mayor que el del Ejecutivo, pero que no pudo ser aprobado por falta de quórum.

Según la Constitución, los temas tributarios son de competencia exclusiva del Congreso. Es por ello que la AFIP a través de la correspondiente resolución administrativa sólo cambió la retención que hace el empleador del salario del empleado. Es en realidad un diferimiento del pago del impuesto hasta 2012. Es decir, el empleado que gana menos de 5.782 pesos no paga hoy ese tributo, pero de no aprobarse una ley que valide ese piso, los asalariados estarían en deuda con la AFIP. El mismo procedimiento se utilizó en 2010 y se incluyó la actualización en el proyecto de presupuesto de 2011. Al no aprobarse el presupuesto, los números vigentes por ley son los de 2009.

Ricardo Echegaray, director de la AFIP, lo explicó antes de pasar la actual resolución: “Para llegar a una solución, se necesita recurrir a una ley. Podríamos nosotros, sólo por este periodo fiscal, nuevamente recurrir a una resolución administrativa, estableciendo que las empresas comiencen a retener en concepto de impuesto a las ganancias a partir del eventual aumento que se disponga”. Y añadió: “Tenemos un 20% de incremento que se dio el año pasado que no se descontó y lo que se ha hecho fue prorrogarlo para que recién el próximo Congreso lo apruebe, de forma tal que ese Congreso termine estableciendo de manera categórica el cambio”. La maniobra del Ejecutivo es por lo tanto una medida provisoria. El Poder Legislativo, será quien finalmente tenga la última palabra sobre el monto mínimo no imponible definitivo.

La suba del mínimo no imponible significa que 400.000 asalariados dejarán de pagar el impuesto a las ganancias, y que sólo el 10% se verá afectado por él, según los datos que presentó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, al anunciar la medida. El impuesto representa el 17% del total de la recaudación fiscal, según cifras de la AFIP de 2009, un porcentaje menor al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, un grupo de países desarrollados, donde es de un 36 por ciento. Se trata de un impuesto directo sobre los ingresos de los contribuyentes, que en general se cobra según una escala progresiva, o sea que grava más a los ingresos más altos. Los impuestos indirectos, o sea no vinculados con los ingresos de las personas o empresas, como el IVA, al gravar cosas o ventas, resultan de recaudación relativamente más fácil, pero no diferencian entre niveles de ingreso y por lo tanto afectan proporcionalmente más a las personas con menores ingresos.

Desde hace muchos años se viene considerando la necesidad de la reforma del sistema impositivo argentino de manera de hacerlo menos dependiente de impuestos como el IVA y más de impuestos directos, y de eliminar ciertas impuestos de fácil recaudación pero distorsivos, por sus consecuencias poco virtuosas sobre las actividades económicas, pero hasta ahora sin éxito.