Núcleo de la Tierra: qué dice el último hallazgo científico y por qué no es correcto afirmar que se detuvo
- En los últimos días se publicó un artículo en la revista especializada Nature Geoscience sobre el comportamiento de la capa interna de la Tierra.
- El estudio sugiere que el núcleo se puede haber pausado hasta alcanzar la misma velocidad de rotación que las capas externas; o que incluso rote ligeramente más lento que ellas.
- Especialistas advierten que esto no tiene un efecto específico en nuestra vida diaria y que se necesitan más estudios para confirmar esta hipótesis.
En los últimos días, un nuevo estudio científico que analizó cambios en el núcleo terrestre tuvo una amplia repercusión en los medios argentinos e internacionales.
Se trata de un trabajo realizado por los investigadores Yi Yang y Xiaodong Song de la Universidad de Pekín (China) que fue publicado en la revista científica Nature Geoscience.
En general, se aseguró que el núcleo de la tierra “se frenó” o que ahora “gira en el sentido contrario”. Sin embargo, esto no es específicamente lo que plantea la investigación, sino que se trata de una mala interpretación de sus conclusiones, según explicaron diversos especialistas.
A continuación te explicamos cuáles fueron los resultados del estudio y qué significa el hallazgo para nosotros y para el planeta.
¿Qué es el núcleo de la Tierra?
La Tierra está compuesta por una serie de capas. En el centro, se encuentra el núcleo interno, una esfera sólida de hierro y níquel, que a su vez está rodeada por el núcleo externo, que está compuesto por materiales similares pero fundidos, según explicó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).
Esta institución, equivalente al Conicet argentino, agregó que: “los movimientos de convección en esta capa fluida, unidos a la rotación terrestre, generan el campo magnético que protege nuestro planeta de partículas que llegan del Sol y del espacio”.
Los investigadores Alberto Molina Cardín, Marina Puente Borque, Pablo Rivera Pérez del Instituto de Geociencias del CSIC indicaron: “Lo primero que hay que dejar claro es que el núcleo no se ha parado. La Tierra con todas sus capas está rotando de forma que tarda aproximadamente 24 horas en dar una vuelta completa. Hasta ahora se pensaba que el núcleo interno rotaba un poco más rápido que el manto y la corteza (a esto se le denomina “superrotación”), de forma que iba adelantándose en torno a una décima de grado cada año”.
Los hallazgos de este nuevo estudio sugieren la posibilidad de que el núcleo se haya pausado hasta alcanzar la misma velocidad de rotación que las capas externas; o que incluso rote ligeramente más lento. Estas diferencias de velocidades relativas son muy pequeñas.
El proceso de investigación
Para su análisis, los investigadores de la Universidad de Pekín tomaron información de terremotos originados en las Islas Sandwich del Sur y la contrastaron con la señal que registró un observatorio en Alaska (Estados Unidos).
Los investigadores españoles describen que sus pares chinos “pudieron analizar el tiempo que tardaban en llegar las ondas que habían atravesado el núcleo terrestre siguiendo siempre las mismas trayectorias. Observaron que las ondas tardaban un tiempo distinto en cruzar el núcleo en diferentes épocas”.
Es decir que, si frente a las mismas ondas emitidas y registradas en la superficie se obtuvieron resultados distintos del núcleo según la época, se infiere que las ondas atravesaron diferentes zonas del núcleo porque este está girando a otra velocidad.
Maurizio Mattesini, catedrático de física de la Tierra de la Universidad Complutense de Madrid (Esapaña), explicó en diálogo con el diario El Mundo: “Esta investigación china es interesante, pero es una evidencia más del desacople que hay en la velocidad relativa del núcleo respecto del manto. Hay décadas en las que el núcleo iba un poco más rápido que el manto, otras en las que iba más despacio, y en algunos intervalos iba a la misma. Es algo de lo que tenemos evidencias desde 1996”.
Además, Mattesini agregó: “En 2013 hubo un artículo en la misma revista que ya detallaba cómo unas décadas iba más rápido y otras más despacio. Y ahora, estos científicos han hecho una actualización, diciendo que desde 2009, se está ralentizando un poco, que es algo que concuerda perfectamente con lo que ya se sabía”.
Por su parte, Augusto Rapalini, investigador superior del Conicet y director del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advirtió sobre los errores con los que se difundieron los resultados de la investigación reciente.
“Aquí hay un concepto erróneo desde el punto de vista desde donde se observa el cambio de velocidad terrestre. Es como el efecto del auto en la ruta. Uno pasa a un auto porque va más rápido. Pero eso no significa que el auto que uno pasó se detuvo o que comenzó a ir para la dirección opuesta”, explicó a Infobae.
Además, el especialista agregó: “Es como clavar un banderín en el núcleo interno y observarlo desde la superficie. Si ésta va en una velocidad más rápida, no significa que el banderín va para atrás. Puede ocurrir que la velocidad del núcleo interno sea más lenta que la que la observamos en la superficie”.
Una hipótesis que necesita aún ser comprobada
En su estudio, los investigadores de la Universidad de Pekín aseguran que estos cambios en la rotación del núcleo de la tierra “coinciden con cambios en otras observaciones geofísicas, especialmente la duración del día y el campo magnético”.
Sin embargo, esto no quiere decir que vamos a notar que nuestros días son más cortos. Como la especialista en geofísica Beatriz Benjumea le explicó a Maldita Ciencia, el cambio en la duración del día “no afecta directamente a la sociedad”.
En esa misma línea, el geólogo y divulgador científico Nahúm Méndez aclaró en su cuenta de Twitter: “¿Puede tener esto un efecto en la duración de los días? Si. ¿Perceptiblemente? No. ¿Hay de qué preocuparse? Tampoco. Es una noticia muy interesante, pero sin duda, nada de lo que tengamos que alarmarnos”.
Como sucede comúnmente con el conocimiento científico, los estudios plantean hipótesis y aportan evidencia a favor y en contra. Esto no significa que inmediatamente después de la publicación de un estudio se genere consenso sobre sus hallazgos.
Al respecto, Mattesini señaló en diálogo con Maldita Ciencia que las conclusiones del estudio “son interesantes pero hay que tomarlas con cautela ya que existen trabajos de otros grupos de investigación que defienden que no existe esta diferencia de rotación entre el núcleo interno y el manto”. Y agregó: “Son hipótesis que están ahí y hay que considerarlas todas al mismo nivel”.
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