¿Cuál es la diferencia entre el liberalismo y el libertarismo?
- El presidente electo de la Nación, Javier Milei (La Libertad Avanza), se ha definido en diversas oportunidades como un “economista liberal libertario”.
- El liberalismo plantea la autolimitación del Estado. El liberalismo libertario es una filosofía minoritaria, que tiene 3 claves: la no intervención del Estado en materia económica; la no interferencia en los cuerpos y la no intervención en materia internacional.
- Según los especialistas consultados, el libertarismo cree que el respeto por los derechos individuales conduce a un Estado mínimo que debe limitarse a proteger la vida, la integridad corporal y la propiedad privada. Para liberales como John Locke, en cambio, el Estado no solo no es un enemigo sino que puede ser también un aliado.
El presidente electo de la Nación, Javier Milei (La Libertad Avanza), quien llegará a la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre, se ha definido en diversas oportunidades como un “economista liberal libertario”.
Pero, ¿qué significan estos términos? ¿Qué es el liberalismo y qué se entiende por libertarismo? Te lo contamos en esta nota.
Qué plantea el liberalismo
“El liberalismo es una filosofía política nacida en el siglo XVII en Inglaterra y en Francia, que surgió como una reacción al absolutismo monárquico. John Locke, un exponente fundamental de esta teoría, defendía la defensa de la libertad, de la propiedad y de la autonomía, y un concepto fundamental es el de ‘dejar hacer’, que significa que no haya intervención del Estado en el plano comercial pero tampoco en la vida en general. Eso sería el liberalismo clásico en un sentido filosófico”, explicó a Chequeado Luis Diego Fernández, profesor de las Licenciaturas en Historia y en Ciencias Sociales de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y autor de Utopía y mercado, un libro sobre la ideología libertaria.
Fernández explicó que el liberalismo plantea la autolimitación del Estado. Es decir, “el Estado tiene que limitarse a determinadas funciones, sobre todo a la protección del derecho de los individuos y dejarlos hacer”, sumó.
Con este punto de partida, Julio Montero, filósofo, politólogo y profesor asociado en la Universidad de San Andrés (UDESA), explicó a este medio que surgieron distintas interpretaciones de la teoría de Locke, una de las cuales es el libertarismo. “De un mismo origen, que es Locke, dependiendo de la interpretación de sus ideas, algunos llegan a un liberalismo más igualitario, en donde el Estado no solo puede sino que debe redistribuir la riqueza para justificar la existencia de los derechos de propiedad, y otros a un liberalismo de tipo libertario, en donde el Estado no puede o no debería redistribuir a través de los impuestos”, explicó.
El libertarismo, una filosofía minoritaria
El liberalismo libertario que plantea Milei nació en la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial. Fernández señaló que se trata de “una filosofía minoritaria, que sintetiza 3 tradiciones de pensamiento: por un lado, el liberalismo clásico, la no intervención en materia económica del Estado y un mercado desregulado; la no interferencia en los cuerpos, la autonomía, algo que viene del anarquismo individualista estadounidense; y la no intervención en materia internacional. Se trata de una no interferencia en el cuerpo, en el mercado y en los países extranjeros”.
Además, como explicó Montero en este artículo, los libertarios creen que el respeto por los derechos individuales conduce a un Estado mínimo que se limita a proteger la vida, la integridad corporal y la propiedad privada. Para liberales como Locke, en cambio, el Estado no solo no es un enemigo sino que puede ser también un aliado.
Respecto a los alcances de la propiedad privada, el libertarismo tiene una concepción negativa del derecho. “Según el libertarismo, cada uno hace lo que quiere con su cuerpo y sus capacidades. Nadie, ni siquiera el Estado, puede interferir usando la fuerza contra las decisiones que las personas toman respecto de cómo usar su cuerpo y sus capacidades y la única restricción es respetar el igual derecho de los demás”, detalló Montero en diálogo con Chequeado.
Fernández señaló a este medio que, si bien Milei dice ser un liberal libertario, “forma parte de una escisión que es el paleolibertarismo, una tendencia al interior del libertarismo que combina el liberalismo económico -ultraliberal en lo económico, de retiro del Estado- pero desde el punto de vista de las posiciones individuales, morales y sociales”.
“Si bien el paleolibertarismo critica la autoridad del Estado, busca restaurar las autoridades sociales, como por ejemplo la familia tradicional, el sacerdote, el pastor, instituciones intermedias que ellos van a plantear necesarias para mantener jerarquías. Al Estado va a buscar disolverlo, desplomarlo, pero no la autoridad, que va a ser reivindicada”, explicó Fernández.
Este también se diferencia del anarcocapitalismo, pronunciado por Milei en distintas ocasiones. “El anarcocapitalismo cree que no debe existir el Estado y que ninguna autoridad debe utilizar la coacción para implementar leyes o normas. Cada persona tiene la obligación de respetar el derecho de los demás y cada persona tiene el derecho de defender sus derechos frente a potenciales ataques, mediante la contratación de agencias de seguridad privadas”, señaló Montero.
Neoliberalismo y libertarismo no son lo mismo
Frente a la filosofía que plantea Milei, existen algunas diferencias con el neoliberalismo, propio de la década de los ‘90 en la Argentina. “El neoliberalismo es menos restrictivo que el libertarismo. En primer lugar, el neoliberalismo es una receta económica, un conjunto de recomendaciones para lograr ciertos objetivos, mientras que el libertarismo es una doctrina moral. El neoliberalismo es mucho más flexible en el sentido de que el tamaño del Estado va a depender de lo que se pueda financiar sin generar desequilibrios macroeconómicos”, explicó Montero.
Por su parte, el especialista explicó que, según el libertarismo, idealmente el Estado debería cobrar impuestos solo para seguridad, defensa y justicia. Cualquier impuesto que cobre para cualquier otra cosa lo volvería un estado ilegítimo. “El neoliberalismo es más flexible: si se tiene un equilibrio macroeconómico y se financia un sistema de educación pública, por ejemplo, un neoliberal no debería objetar nada”, sumó el especialista.
Fecha de publicación original: 01/12/2023
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