Presupuesto: las diferencias entre las predicciones y la realidad
Axel Kicillof, el ministro de Economía de la Nación, presentó ayer el proyecto de la ley de leyes, que marca cuáles serán los recursos con los que contará el Gobierno nacional el próximo año y cuáles serán los gastos y cómo se repartirán. Para elaborar el presupuesto el Gobierno debe hacer ciertas proyecciones, como cuál será la actividad económica del país, cómo evolucionarán los mercados internacionales, cuál será el aumento de precios en el país y otras variables que pueden afectar a la recaudación y al gasto.
Se trata de proyecciones en base a lo que se estima que ocurrirá y están, por lo tanto, sometidas a revisión. Este es un proceso normal de elaboración de un presupuesto, pero en el caso de los últimos presupuestos nacionales se observan diferencias muy marcadas todos los años entre lo que se proyectó y lo que realmente ocurrió. Para 2016 se estima un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 3% y una inflación del 10,4%, entre otros.
Entre 2004 y 2009, por ejemplo, se proyectó de manera sistemática un crecimiento económico del 4%, cuando hasta 2008 el crecimiento observado no estuvo nunca por debajo del 6,8 por ciento. Esto implicaba que muchos de los recursos generados por ese mayor crecimiento no estaban asignados por el presupuesto y, por lo tanto, podían ser distribuidos por el Poder Ejecutivo Nacional gracias a modificaciones presupuestarias. “En el período 2003-2008 se subestimó la recaudación, lo que permitió la asignación de los recursos extra sin pasar por el Congreso”, explicó en este chequeo Carlos Martínez, economista y profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).
En los últimos años, sin embargo, la tendencia ha sido contraria: se subestimó el crecimiento del gasto público, lo cual reflejaba un menor déficit del que finalmente se registró.
Un análisis del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) del Presupuesto de 2015 señaló que “como resultado de proyecciones de gastos e ingresos irreales, el PPN [Proyecto de Presupuesto Nacional] estima un resultado financiero de casi -$50.000 millones. Sin embargo, las estimaciones de Cippec indican que el déficit financiero superaría los -$183.000 millones”.
Los resultados, hasta julio de 2015 publicados por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), muestran que “al finalizar el mes de julio la Administración Nacional arrojó un resultado financiero deficitario del orden de los $ 98.400 millones”. En esta línea concluyó que “estos resultados están muy lejos de los que surgen del cálculo de recursos y las autorizaciones de gastos vigentes del Presupuesto 2015”.
“Todos los años a partir de 2008 el resultado fue peor al previsto en el presupuesto, y en los últimos años fue bastante peor. Hasta 2014 incluso se preveían superávits cuando en realidad se terminó con déficits”, señaló la economista Luciana Díaz Frers. Y agregó: “Las mayores diferencias se observan en la estimación de los gastos, y sobre todo en el rubro de los subsidios, que aumenta mucho durante el año y termina superando las estimaciones del presupuesto”.
El informe de Cippec concluye que “el presupuesto nacional perdió su rol de principal instrumento económico financiero de las finanzas públicas nacionales, como resultado de su formulación a partir de supuestos macroeconómicos irreales y del recurso a modificaciones discrecionales por parte del Poder Ejecutivo”.
En cuanto al cumplimiento de este presupuesto por parte del próximo gobierno y la factibilidad de las metas previstas por el equipo económico de Kicillof, Díaz Frers explicó que dependerá en buena parte de la política que se decida para los subsidios, que son determinantes para el gasto.
De todas maneras, el Ejecutivo tiene posibilidades de modificar el presupuesto durante el año gracias a las reasignaciones presupuestarias que le permite la ley 26.124. “En la práctica el presupuesto pasa a tener un valor simbólico porque después puede ser modificado, con lo cual no es realmente un compromiso de lo que tendrá que hacer el próximo gobierno”, precisó el economista del Plan Fénix Ariel Setton.
Queda por verse aún si se prorrogará la Ley de Emergencia Económica, que vence a fines de 2015 y da al Ejecutivo una serie de prerrogativas, como la posibilidad de fijar las tarifas de servicios públicos.
Esta nota contó con la colaboración de Catalina Roig (@cataroig) y Santiago Lilo (@santiagolilo).
Fecha de publicación original: 17/09/2015
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