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Esta nota tiene más de un año

Billetes nuevos: cuánto cuesta reemplazar a los animales por los próceres

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El diputado radical Luis Petri señaló en redes sociales que costaría $ 6 mil millones reemplazar la totalidad de los billetes de $ 1.000, $ 500 y $ 200 que hay en circulación.
  • Los especialistas consultados advierten que nunca se cambian todos los billetes al mismo tiempo, sino que se hace gradualmente.
  • A poco más de 3 años del lanzamiento de la serie de animales, hoy esos billetes representan el 37% de los 5.443 millones de billetes que circulan.

A raíz de la intención del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de reemplazar los billetes con figuras de animales autóctonos por una nueva serie con próceres y referentes de la cultura argentina, circularon en redes sociales cifras sobre cuánto costaría reemplazar los billetes. “Voy a solicitar al BCRA se abstenga de reemplazar los billetes teniendo en cuenta su costo, $ 6 mil millones, y la emergencia promovida por el oficialismo”, dice el tuit que publicó el 8 de enero último el diputado Luis Petri (UCR), que cosechó 3.900 retuits y 8.900 “Me gusta”.

De dónde surgen esos números

“Los datos que nosotros teníamos son coincidentes con los que tenía una consultora que publicó La Nación”, aseguró Petri a Chequeado. En el artículo periodístico publicado el 28 de noviembre último, se hizo el ejercicio hipotético de lo que costaría reemplazar la totalidad de los billetes de $ 1.000, $ 500 y $ 200 que hay en circulación, los 3 valores en los cuales la imagen de los animales autóctonos no conviven con la serie anterior (porque no había billetes de la vieja serie de esos valores).

A su vez, el dato de lo que costaría imprimir cada billete surgió de un cálculo que elaboró el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, en base a información que en su momento aportó el BCRA. “Lo que hicimos fue actualizar el costo de noviembre de 2017 por la variación de precios y el dólar”, explicó Caamaño, en diálogo con este medio, quien aclaró que ellos no hicieron ningún informe al respecto.

Ese mes, con motivo del lanzamiento del billete de $ 1.000, el organismo monetario había informado que el costo unitario de cada billete de $ 100 era de $ 1,47; los de $ 200 y de $ 500 costaban aproximadamente $ 1,65 cada uno y el de $ 1.000, cerca de $ 1,90. Con esto, a fines de 2017 imprimir cada billete costaba, en promedio, aproximadamente $ 1,66.

Así, la actualización de Caamaño llega a la conclusión de que el costo promedio de cada billete es de $ 4,63. Ese monto, multiplicado por el circulante total de billetes de $ 1.000, de $ 500 y de $ 200 (1309,5 millones de billetes), arroja una cifra de $ 6063 millones.

Cómo se reemplaza una serie de billetes

Lo que está en discusión, sin embargo, no es la cuenta de lo que saldría reemplazar todos los billetes -que en todo caso podría dar un número cercano al que tuiteó Petri-, sino el modo y el tiempo en que normalmente se cambia de serie. En rigor, lo que muestra la historia es que nunca se rescató toda la moneda que está en circulación para introducir un nuevo motivo, salvo en los casos en los que se modificó la denominación, como en el proceso de cambio del Austral al Peso Convertible.

Nunca se cambian todos los billetes al mismo tiempo; es un despropósito hacerlo así. Lo lógico es hacerlo gradualmente”, advirtió Caamaño.

En la misma línea, Martín Kalos, economista jefe de Elypsis, explicó a este medio que cuando se reemplaza una serie por otra “se van emitiendo billetes nuevos en la medida en que los billetes gastados van de vuelta al Banco Central”.

Por su parte, Petri reconoció que el número que aportó en su tuit suponía un reemplazo total de los billetes de animales en circulación, aunque sostiene que esa fue “la primera versión” que había trascendido desde el Gobierno nacional. “En notas, con voces en off que se consultaban desde la Casa Rosada hablaban que se iba a reemplazar todo, hasta se hablaba que este proceso podía demorar 6 meses”, aseguró el diputado a Chequeado.

Lo cierto es que la primera nota periodística en la que se habló de la idea del Gobierno de cambiar la serie de los animales autóctonos de los billetes fue en la entrevista que el 17 de noviembre último Alberto Fernández, cuando todavía era candidato, ofreció al diario Página 12. Luego, un mes más tarde fue el titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce quien en una entrevista con Crónica HD, confirmó el anuncio y aportó más detalles sobre el proceso, que incluirá además la incorporación de billetes de $ 2.000 y de $ 5.000.

En aquel reportaje, 20 días antes del tuit de Petri, Pesce detallaba que el recambio se haría “sin apuro, porque hay billetes impresos, hay billetes imprimiéndose y no vamos a gastar el dinero que nos cuesta fabricar esos billetes”. En el entorno de Pesce agregaron que nunca pensaron en tirar los billetes que están en stock, ni el papel que está en stock, ni la tinta que está en stock. “Pesce fue secretario de Hacienda, no hace ese tipo de cosas”, sostuvieron.

Cómo podría ser el ritmo de reemplazo

Si bien es imposible anticipar el modo en que se irán renovando la serie actual con nuevas impresiones, un modo de aproximarse a ese número es ver el ritmo en que fueron ganando terreno los billetes de animales autóctonos que impulsó el ex titular del Central, Federico Sturzenegger, a 3 años de su lanzamiento.

Así, según datos aportados por el BCRA a Chequeado, de los 5.443 millones de billetes que hay en circulación, unos 2.034 millones de billetes corresponden a la familia de los animales autóctonos, lo que representa el 37,3%.

Más allá de que en los billetes de $ 200, $ 500 y $ 1.000 la totalidad de lo emitido tiene en su frente imágenes de la nueva serie, en los de $ 20 -que salieron a la cancha en octubre de 2017- apenas el 26,1% tiene la ilustración del guanaco. Además, el cóndor andino ($ 50) o la taruca ($ 100) -que se lanzaron en octubre y diciembre de 2018, respectivamente- apenas representan el 1,4% y 0,23% de los billetes de esas denominaciones que hoy hay en circulación.

Con estos números, y estimando un costo de $ 4,63 por billete, se puede proyectar que sólo en 2 años y 2 meses, si se imprime el 26,1% de la masa actual se gastaría unos $ 203 millones para sacar a la calle unos 43,9 millones de billetes de baja denominación, como los de $ 20. En tanto, el BCRA gastaría $ 7,6 millones para introducir 1,6 millones de billetes de $ 50 y otros $ 26,4 millones para emitir 5,7 millones de $ 100, ambos en poco más de un año.

Para los billetes de $ 200, $ 500 y $ 1.000, que no conviven con billetes viejos en circulación, el gasto total en impresión sería de $7.520 millones, pero en un lapso de más de 3 años, ya que los 2 primeros comenzaron a emitirse en junio y octubre de 2016, mientras que el de mayor denominación debutó en noviembre de 2017. Esto daría un total de 7.757 millones si se reemplazan todos los billetes en un plazo de entre 2 y 3 años y medio.

De todos modos, más allá de esta aproximación, es incierto determinar con exactitud el gasto en emitir una nueva serie por 2 factores. Por un lado, no se sabe con qué velocidad se irá reemplazando una serie de billetes con otra nueva, ya que depende del ritmo de emisión, del deterioro de cada billete y de las necesidades de la sociedad de utilizar los papeles de mayor denominación, algo muy atado a la evolución de la inflación.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el BCRA gasta prácticamente lo mismo en emitir una serie (la de animales) u otra (la de próceres), salvo que el billete nuevo requiera un costo adicional excesivo, algo poco probable al ser relativamente nueva la familia de animales autóctonos.

 

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Comentarios

  • Huguito31 de mayo de 2022 a las 10:01 amLa derecha en el planeta pretende despersonalizar todo lo que signifique pertenencia u orgullo nacionalista de los pueblos. En el caso argentino incluye además de anular identidad e historia que los gobiernos populares magnifican para continuar el camino que iniciaron los próceres que la convirtieron en república, los poderosos conservadores cuando ocuparon gobierno siempre operaron abiertamente o desde las sombras para que el ciudadano común se olvide de bandera, blasones, himnos y toda otra conquista que identifique a ese pueblo, como por ejemplo la "desmalvinización" que pretendió el ex presidente Macri y su gobierno para que los argentinos nos olvidemos de la gesta que en 1982 reafirmó la soberanía con la muerte de 649 soldados sobre las Islas Malvinas de Argentina ante el invasor Reino Unido, y que solapadamente y solo por gestos sutiles en los medios de comunicación o con su presencia e las embajadas a la vista de todos, han pretendido imponer que esa lucha fue inútil porque (y como siempre) han demostrado comulgar con las intenciones de los imperialismos. Todo lo que signifique valor popular en ideas, políticas, economía, patriotismo, etc. será combatido por estos espacios, que encima poseen el poder real con un ejército de empresarios, políticos, militares y jueces que volcaron, vuelcan y volcarán con todas las herramientas que tienen, por siempre a favor de esa minoría poderosa. Con esto de los billetes, cosa que no debió ocurrir nunca hace preocupar a los que comulgan con ellos, o mejor dicho a los que quieren escucharlos, para que todos crean que es un maléfico plan "populista" de recordar a próceres lavando el cerebro de los incautos que el mercado es sinónimo de libertad, canto de sirena que vuelca a su dominio lo que debe decidir por la mayoría cada estado.
  • Pedro20 de abril de 2023 a las 12:23 pmPor fin después de más de 3 años de gobierno se les cayó una idea!!! Cómo no se dieron cuenta antes que cambiando las figuras de los billetes se terminaba con la inflación, con la desnutrición, con más de 40% de pobres, con la indigencia del 80% de los jubilados. Por fin nos vamos a parecer a Suiza

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