¿Cómo se propaga el coronavirus en un colectivo?

El coronavirus, como explicó la Organización Mundial de la Salud (OMS), se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar.

Aunque también hay evidencia que señala que la transmisión aérea (por aerosoles) puede ocurrir en circunstancias especiales como espacios cerrados, exposición prolongada a partículas respiratorias y ventilación inadecuada, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.

En este sentido, Damián Ramajo y Santiago Corzo, doctores en Ingeniería Mecánica e investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Centro de Investigación de Métodos Computacionales de la Universidad Nacional del Litoral, realizaron un estudio con el fin de conocer cómo se propaga el nuevo coronavirus dentro de un transporte público.

“Nuestro estudio se centró en lo que ocurre en un colectivo. Vimos que existían estudios en ómnibus urbanos y en aviones, por ejemplo, pero faltaba el caso de este transporte”, explicó Ramajo a Chequeado.

Este estudio reciente -que se hizo utilizando herramientas de simulación computacional y que aún no fue publicado en una revista científica- tiene como finalidad analizar el transporte de partículas producidas al hablar, toser o estornudar en un recinto cerrado -específicamente como lo es un colectivo-, a fin de comprender la propagación del virus.

En esta nota se explican los aspectos claves analizados: el efecto del aire acondicionado, la distribución de gotitas producida al toser o estornudar y la concentración de aire exhalado por los pasajeros al hablar.

Cómo influye el sistema de renovación del aire de un colectivo en la propagación del virus

El sistema de renovación de aire de los colectivos está estrechamente vinculado con la propagación del coronavirus en estos espacios.

Ramajo explicó a este medio que, a diferencia de otros espacios cerrados o de los sistemas que existen en un avión o un hospital, “los colectivos poseen un sistema de renovación del aire que no filtra el virus. Por lo tanto, se renueva poco el aire y el virus sigue circulando”. Es decir, el virus recircula constantemente y esto aumenta la probabilidad de contagio dentro de un colectivo.

Del mismo modo, un estudio chino realizado en conjunto por el Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Zhejiang y el Centro Municipal de Ningbo para el Control y la Prevención de Enfermedades halló que en un viaje de 50 minutos en ómnibus una mujer con COVID-19 contagió a otros 23 pasajeros, incluso a aquellos que no estaban sentados cerca de ella. Los investigadores apuntan a la posibilidad de que el virus se extendiera por medio del aire acondicionado, el cual circulaba de manera ininterrumpida en el interior del vehículo.

Por otro lado, el estudio argentino analiza si la presencia o no de aire acondicionado modifica las probabilidades de contagio. “Sin aire acondicionado lo que vemos es que se genera una ‘pluma de concentración’, con alta concentración de aire exhalado y que afecta a varias personas que están alrededor del infectado. Lo que hace el aire acondicionado es distribuirlo por todo el colectivo bajando la concentración”, analizó Corzo en una entrevista para El Litoral. Es decir, el aire acondicionado favorece su propagación, aunque reduce notoriamente la concentración.

Por último, Ramajo señaló que para bajar la probabilidad de contagio en los colectivos es necesario “garantizar la renovación de aire. De este modo, el grado de contagio sería bajo y más aún en un viaje corto como es el urbano”.

Qué ocurre con las partículas producidas al hablar, toser o estornudar

La principal diferencia que existe si una persona infectada habla, tose o estornuda en un colectivo es la cantidad y el tamaño de las partículas que se propagan.

El estornudo genera grandes gotas que viajan hasta 2 metros y caen sobre las superficies en menos de 2 segundos, generando grandes zonas de contaminación, aunque por el tamaño de las gotas, el aire acondicionado no afecta la distribución de las mismas.

La tos, en cambio, genera gotas más pequeñas que sí son fácilmente transportadas por la circulación del aire acondicionado, aunque luego de los 20 segundos, la mayor parte de las gotas se evapora.

Es decir, “la tos es más local y el estornudo es más lejano. El estornudo cae más rápido, la tos queda en el aire”, explicó Ramajo.

Estudio de propagación de patógenos en colectivos. Simulación de un pasajero estornudando.

En cambio, cuando un pasajero infectado habla genera una gran cantidad de aire exhalado que rápidamente se propaga a lo largo del colectivo, por lo que el aire acondicionado favorece su propagación, aunque reduciendo notoriamente la concentración, cuestión muy relevante ya que aminora la concentración de virus.

Estudio de propagación de patógenos en colectivos. Simulación de un pasajero hablando durante 1 minuto.

“El uso de barbijo, un sistema que renueve el aire y no hablar son 3 medidas importantes para mitigar. Si bien el uso del barbijo no lo incorporamos al estudio, obviamente que cambia su uso. Los caseros tienen una retención del 50%. El infectado larga la mitad y se retiene el 30%. Reducís la carga que está exhalando y, por lo tanto, baja el riesgo”, finaliza Ramajo.

Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.