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Cuánto arsénico hay en el agua que tomamos y cuáles son las provincias con mayor exposición

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:

  • Una reciente investigación de la Universidad Nacional de Rosario revela que al menos 17 millones de personas en el país están expuestas a altos niveles de arsénico por consumir agua de la canilla.
  • Según el estudio, La Pampa, Catamarca y Buenos Aires figuran en los 3 primeros puestos del ranking entre las provincias de mayor exposición.
  • La intoxicación con este químico está subestimada en el país, advierte el informe.

Una nueva investigación realizada por el Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) aportó mayor evidencia sobre la exposición que están teniendo los argentinos a altos niveles de arsénico en el agua que consumen de la canilla. Sumado a esto, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) había difundido en las últimas semanas “el mapa del arsénico”.

El estudio de la UNR revela que alrededor de 17 millones de argentinos están expuestos a altos niveles de arsénico por consumir agua de la canilla contaminada. Esta intoxicación, cuando es crónica, puede provocar desde lesiones en la piel, hasta cáncer y malformaciones congénitas. En algunas regiones del país, el hidroarsenicismo es una enfermedad endémica, subestimada por las autoridades sanitarias, advierte la investigación.

¿Cómo se hizo el estudio?

Alejandro Oliva, director del programa de Medio Ambiente y Salud (Promas) del CEI de la UNR, explicó a Ruido que el proyecto surgió de un programa específico de la entonces Dirección Nacional de Investigaciones en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, que en ese momento buscaba indagar acerca de las anomalías congénitas.

“Empezamos a analizar las variables ambientales. Una de ellas fue el arsénico, que está muy relacionado con las anomalías que estábamos investigando”, informó. A partir de ese momento, un grupo de investigación comenzó a buscar estudios que midieran con métodos científicos validados el nivel de arsénico en el país.

Después de analizar 569 publicaciones, se terminó por incorporar los 61 datos de 12 provincias que cumplían con los cuatro estándares de calidad: que la muestra de la población total provincial sea representativa, que los análisis realizados en agua incluyan la base de corte de la OMS (10 microgramos por litro), que el nivel de arsénico se haya medido con la metodología requerida y que el agua analizada provenga de la red domiciliaria que consumen los habitantes de una localidad.

No se tuvieron en cuenta estudios que medían la sustancia en aguas subterráneas.

Así se determinó que alrededor de 17 millones de personas están consumiendo agua con altos niveles de arsénico en las provincias que pudieron ser relevadas.

Ciudades y provincias más expuestas

Las ciudades que menores niveles presentaron fueron aquellas que extraen agua del río mediante acueductos, como Rosario y Santa Fe. Las jurisdicciones que no cuentan con esta infraestructura deberían montar plantas de ósmosis inversa, sostuvo Oliva, pero advirtió que este tema está subestimado por las autoridades sanitarias del país.

El estudio partió de la base de dos indicadores. Por un lado, la representatividad de la muestra en la población. En Santa Fe, La Pampa, Neuquén, Catamarca, Chaco y Córdoba, se lograron resultados representativos en el 70% de la población o más. En el resto de las jurisdicciones, las muestras fueon menos representativas.

El segundo indicador –y el más importante– fue qué porcentaje de la población está expuesta a un alto nivel de arsénico. Los datos fueron significativos. Los mayores índices se encontraron en La Pampa (88% de la población expuesta), Catamarca (79%) y la provincia de Buenos Aires (68%). 

¿Qué se puede hacer para remover el arsénico del agua?

Los municipios planteaban dificultades a la hora de remover el arsénico por el alto costo. “Hasta ese momento, allá por 2010, el único método de remover el arsénico era por ósmosis inversa, un sistema muy bueno pero que consume mucha electricidad y es costoso”, explicó Oliva.

El Código Alimentario Argentino incorporó los valores de la OMS, pero estableció excepciones para aquellas localidades que no pudieran adaptarse a esa normativa. En esos casos el nivel permitido se eleva a 50 microgramos por litro. “Esto generó ambigüedad y trajo aparejados juicios contra las autoridades regulatorias”, explicó el investigador.

El estudio advierte que existen probados riesgos a la salud cuando se sobrepasan los límites establecidos por la OMS.

El destino del arsénico que se logra remover es otro de los inconvenientes, señaló Oliva: “En Europa, se lo destruye con métodos físico-químicos, que también son costosos. Muchas comunas en Argentina lo depositaban sobre el suelo, el lago o los ríos. Y eso se vuelve a absorber en las aguas profundas y el ciclo se repite una vez más”.

¿De dónde proviene el arsénico?

El investigador informó que, en el 90% de los casos, la sustancia proviene de los recursos naturales, a nivel de los acuíferos: “Se genera por el roce o el golpe del agua sobre la roca”. 

Además, un 10% proviene de la actividad humana. Por ejemplo, cuando se utilizaban agroquímicos que contenían esta sustancia o en la industria maderera. Estudios recientes advierten que hoy existe un mayor aporte de arsénico al ambiente, sobre todo, por la actividad minera.

¿Qué daños provoca la exposición prolongada al arsénico?

Cuando la exposición es prolongada, puede provocar daños en la salud de la población, como el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), lesiones en la piel, neoplasias, cánceres o malformaciones en caso de exposición perinatal o durante el primer año de vida de los recién nacidos. “El arsenicismo es una enfermedad endémica, sobre todo en Argentina”, advierte el estudio.

Y sugiere que el problema de la contaminación por arsénico está subestimado en Argentina y que faltan más investigaciones con metodologías que permitan medir los niveles con una mayor sensibilidad. “Este es un tema muy complejo. La solución son los acueductos o las plantas de ósmosis inversas. Hoy hay nuevas metodologías que utilizan energía solar, pero siguen siendo costosas. Lo más importante es que el tema esté en la agenda de nuestros gobernantes”, finalizó Oliva.

Respuestas

La empresa Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), que presta servicios en el Área Metropolitana de Buenos Aires, informó que está garantizada la potabilidad del agua distribuida y que su consumo no representa riesgo para la salud. “En toda el área de concesión las concentraciones de arsénico se encuentran por debajo del valor regulado”, expresaron en el comunicado oficial.

En Córdoba, la concesionaria Aguas Cordobesas dijo que no existen riesgos en su servicio y que el agua que distribuye por sus redes “es potable y no contiene arsénico”. Y que la clave de esa garantía radica en que el abastecimiento para la Capital proviene de fuentes superficiales, de los embalses San Roque y Los Molinos, cuyas características naturales no incluyen presencia de ese mineral.

 

Este contenido es parte de la Red Federal de Periodismo e Innovación (RPI), alianza impulsada por Chequeado que une a medios de 5 regiones del país para contribuir a la expansión del periodismo innovador y contrarrestar los desiertos informativos.

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