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Inflación: en 2024 hubo un reacomodamiento de los precios relativos, con las tarifas en el tope de los aumentos

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Un precio relativo es la relación entre el precio de un bien determinado, con respecto a otro bien o servicio. 
  • En 2024 las tarifas de los servicios públicos, la educación y el transporte fueron algunos de los rubros con mayor aumento, mientras que la vestimenta y los alimentos registraron los menores incrementos. 
  • Sin embargo, entre 2019 y 2023 se dio una situación inversa: los precios de los servicios regulados aumentaron menos que los alimentos, la vestimenta y otros rubros. 

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de diciembre de 2024 fue del 2,7%, acumulando en 2024 un 117,8%. 

En 2024 los rubros que más aumentaron fueron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (248,2%), Comunicación (186,4%) y Educación (169,4%).

Por el contrario, los menores aumentos interanuales se registraron en los rubros de vestimenta (84,5%), electrodomésticos (85,7%) y alimentos y bebidas (94,7%). 

¿A qué se debe esta diferencia entre la variación interanual de cada uno de los rubros? La respuesta se encuentra en el reacomodamiento de los precios relativos.  

¿Qué son los precios relativos?

Como se explica en esta nota, un precio relativo es la relación entre el precio de un bien determinado, con respecto a otro bien. Por ejemplo, el precio de un kilo de pan con respecto al precio de un kilo de carne. 

En cualquier economía los precios no evolucionan de manera uniforme: es común que algunos precios aumenten más que otros, y esto depende de múltiples factores como el clima, la oferta y la demanda y decisiones del gobierno, entre otros. 

Como se destaca en este trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario, “es natural que los precios respondan a sus ofertas y demandas respectivas y, por lo tanto, que haya variaciones de precios relativos. Pero la inflación produce una distorsión mucho mayor”. 

Para medir la variación del precio relativo de un producto frente a otro se debe considerar cuánto aumentó cada uno en un determinado período de tiempo. 

Así, si un kilo de pan aumentó 40% en 2 meses (de $ 100 a $ 140) y un kilo de carne lo hizo sólo 10% en el mismo período (de $ 100 a 110), el precio relativo del pan sobre la carne se incrementó un 27,2%. 

En el hipotético caso de que los ingresos de una familia aumenten en el mismo porcentaje que la inflación y que todos los meses consuman exactamente la misma cantidad de productos, esto implicaría que proporcionalmente se deba destinar más presupuesto al pan. 

¿Cómo se mide la evolución de los precios relativos de la economía?

Al medir la evolución de los precios relativos, el momento en que se realiza la comparación es importante, sobre todo en un contexto de alta inflación y dispersión de precios. 

De este modo, un producto “A” puede haber aumentado mucho con respecto a un producto “B” en el lapso de un año, pero si se toma en consideración un período de 2 años quizás se vea que se trató de una corrección, dado que el precio de “A” se había mantenido congelado el primer año. 

Por ejemplo, entre enero y diciembre de 2024 el precio de la carne y derivados subió un 160%, mientras que las prepagas aumentaron un 235%. Esto significa que el precio relativo de la cuota de las prepagas con respecto a la carne aumentó un 47% en un año.

Sin embargo, entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2023 la carne aumentó 1.523%, mientras que la medicina prepaga tuvo un incremento del 667%. Es decir que el precio relativo de la carne respecto de las prepagas estaba un 128% por encima antes del comienzo de 2024.

De este modo, podría interpretarse que el precio de la medicina privada frente a la carne recompuso parte del desequilibrio que se había generado en los últimos 4 años. 

¿Qué pasó con los precios relativos en 2024?

Como se explica en esta nota, lo que más aumentó en 2024 fueron las tarifas de los servicios públicos, que registraron un incremento del 248,2%. En el otro extremo, en tanto, se ubicó la vestimenta con una suba del 84,5%.

Esto significa que si se toma como punto de partida el mes de enero de 2024, las tarifas aumentaron un 89% más que las prendas de vestir. 

Ahora bien, durante la gestión del Frente de Todos (entre diciembre de 2019 y mismo mes de 2023), las tarifas aumentaron un 577,7%, mientras que la ropa tuvo un incremento de 1467,2%. En este caso, la vestimenta aumentó un 131% por encima de los servicios públicos. 

Otra comparación posible es entre los alimentos y el transporte: en 2024 el transporte aumentó un 137,8%, mientras que los alimentos subieron 94,7% (una diferencia del 22,1%). 

En tanto, durante la gestión de Alberto Fernández (Frente de Todos), los alimentos se incrementaron un 29,1% más que el transporte (1.362,9% contra 1.033,5%). 

Además de las tarifas y el transporte, en 2024 también aumentaron por encima de la inflación general los rubros de Comunicación (186,4%), Educación (169,4%), Restaurantes y hoteles (126,3%), Bebidas alcohólicas y tabaco y Salud (119%). 

A excepción de Restaurantes y hoteles, todos esos rubros habían subido por debajo de la inflación promedio entre 2019 y 2023. Es decir que en el último año recompusieron su valor frente al resto de los rubros en los que el INDEC divide la canasta de bienes y servicios con los que mide la inflación.

Alejandro Giacoia, economista de la consultora Econviews -dirigida por Miguel Kiguel- señaló a Chequeado que “en 2024 hubo un reacomodamiento de precios relativos”. Y agregó: “Muchos precios regulados como por ejemplo, electricidad y gas, prepagas, combustibles, transporte público o telefonía e internet recuperaron bastante terreno con respecto al nivel general, ya que en la gestión anterior habían sido muy atrasados. Otros que estaban adelantados (por ejemplo, vestimenta y vehículos) también fueron corrigiendo”. 

Florencia Fiorentín, economista de la consultora Epyca (que dirige Martín Kalos), coincidió en diálogo con este medio; “Hubo corrección de precios relativos vinculados con los precios regulados, principalmente tarifas y transporte”.

La especialista añadió que, además, “hubo un cambio en la macroeconomía que afectó la evolución de precios: este año el tipo de cambio estuvo mayormente apreciado y hubo un proceso gradual de flexibilización del comercio (importaciones sobre todo). La apreciación cambiaria junto con la apertura pone un límite a los precios de los bienes y servicios transables, porque compiten con los internacionales que tienen un menor precio”.

“En cambio, los no transables -continuó-, mayormente los servicios, tienen más margen de subir porque no les afecta la apreciación y no compiten contra el resto del mundo”. 

Por su parte, Lucio Garay Mendez, analista de la consultora EcoGo (a cargo de Marina Dal Poggetto), dijo a Chequeado que “hubo correcciones importantes en los atrasos que presentaban las tarifas de luz, gas y agua, que se acercaron bastante al costo de producción. Por poner un ejemplo, el precio promedio de la energía eléctrica cierra el 2024 abarcando un 92% de los costos. Los combustibles fueron otro de los precios que se actualizaron, no solo en el precio sino en el impuesto que lo acompaña”.

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