Luis Scervino, el hombre de la CGT en Salud
Su designación fue interpretada como una concesión del gobierno de Mauricio Macri a la CGT. Luis Alberto Scervino ocupa desde diciembre de 2015 la Superintendencia de Servicios de Salud, un área sensible para el sindicalismo porque maneja el dinero de las obras sociales de los gremios. En octubre de 2016 (último dato de ejecución disponible), este organismo había administrado un presupuesto de $6 mil millones, casi la misma cifra que había ejecutado el Conicet en esa fecha. ¿Quién es el funcionario que maneja el tercer presupuesto más importante de los organismos descentralizados?
El actual superintendente de Servicios de Salud se egresó en 1980 en la carrera de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en 1997 terminó la Maestría en Salud Pública del Centro de Estudios Avanzados Gino Germani. Pero no sólo la medicina es su pasión: es también un fotógrafo avezado. Durante los años ‘90, ocupó diferentes cargos privados y creó empresas relacionadas con la puesta en marcha de planes de salud para obras sociales, como Sistema Integrados de Salud SA.
Pese a estos antecedentes, este técnico, especialista en cirugía vascular, conoce bien al sindicalismo con el que ahora debe negociar: entre 1995 y 2005 trabajó con su empresa Sistema Integrados para gremios ligados con dos poderosos sindicalistas, el camionero Hugo Moyano y el metalúrgico Antonio Caló.
Sin embargo, no fueron solo Moyano y Caló los que posibilitaron que Scervino pudiera acceder a uno de los principales organismos del país. “El doctor Scervino fue director médico de la Obra Social de Trabajadores de Obras Sanitarias desde 2003 hasta 2015”, contestaron desde Prensa de la Superintendencia ante la consulta de Chequeado sobre su relación con el sindicalismo. Dicha obra social está bajo la órbita de José Luis Lingeri, quien dirige el sindicato de Obras Sanitarias desde hace 30 años y durante el menemismo -entre 1997 y 1999- también estuvo al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud.
Scervino fue, además, el miembro fundador junto con Lingeri del Instituto de Investigación Sanitaria de la Seguridad Social (IISSS) de la CGT Balcarce de Caló, creado en 2013 con el objetivo de producir estadísticas y desarrollar investigaciones que permitan defender el sistema de obras sociales.
“En un país donde se ha hecho mucho y aún hay mucho por hacer estamos apoyando al Gobierno nacional que nos ha entregado este tremendo desafío de AySA”, señaló Lingeri en 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner, al ser nombrado miembro del directorio de la empresa Aguas y Saneamiento Argentino (AySA) que había sido estatizada ese mismo año.
Con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, sin embargo, Lingeri tuvo una relación sin diálogo, sobre todo en los últimos años. En una entrevista con el diario La Nación, el sindicalista señaló que “no hubo voluntad política del gobierno para tratar la dichosa deuda que tenían con nosotros en el Banco Nación”. Y, además, agregó: “Ahora logramos destrabar el pago de esta deuda gracias a tener una relación abierta con el presidente Mauricio Macri”.
Con el nombramiento de Scervino, se resolvió la tensión que existía entre los gremios y el Gobierno nacional, que a fines de 2015 acumulaba una deuda de $30 mil millones con los sindicatos, según dijo en la misma entrevista el superintendente de Servicios de Salud. La Superintendencia maneja el Fondo Solidario de Redistribución (FSR), cuya función es reintegrar a las obras sociales el dinero destinado a tratamientos de alta complejidad o medicamentos costosos.
Desde 1998, el organismo encargado de manejar este Fondo era la Administración de Programas Especiales (APE), integrada históricamente por diferentes hombres de confianza de Moyano, como Daniel Colombo Russell, ex apoderado del Sindicato de Camioneros que conduce Moyano; y Christian Asorey, actual yerno del líder camionero. En 2012, en el marco de la disputa entre Fernández de Kirchner y Moyano, la APE fue absorbida por la Superintendencia de Servicios de Salud a cargo de la santacruceña Liliana Korenfeld, que hasta ese momento se desempeñaba como diputada nacional por el Frente para la Victoria.
De acuerdo con su declaración jurada de 2015 presentada ante la Oficina de Anticorrupción, Scervino posee un patrimonio de $2,3 millones (a valor fiscal, que puede diferir con el precio efectivo en el mercado). Este total incluye un inmueble en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un Volkswagen Passat de 2013, y varios depósitos bancarios en el país más uno en los Estados Unidos. A inicios de año, según su declaración, su patrimonio era de $1,2 millones, por lo que en 2015 sus bienes declarados crecieron un 85 por ciento.
Este chequeo contó con la colaboración de Manuel Tarricone.
Fecha de publicación original: 07/02/2017
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