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Murió Claudio Bonadio, uno de los jueces más antiguos y denunciados de Comodoro Py

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Llevaba más de 25 años como juez federal porteño, cargo al que llegó luego de ser funcionario del gobierno de Carlos Menem.
  • Instruyó la causa de los “Cuadernos de la corrupción” y otras contra la ex presidenta Fernández de Kirchner, e intervino en 2 ocasiones en la causa AMIA.
  • Acumuló decenas de denuncias ante el Consejo de la Magistratura, pero sólo tuvo 2 sanciones disciplinarias.

Murió esta mañana el juez federal Claudio Bonadio. Según informaron diversos medios, su salud había empeorado en los últimos meses luego de haber sido intervenido quirúrgicamente por un tumor en la cabeza. El magistrado llevó adelante varias de las causas más emblemáticas de corrupción contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre ellas, la causa conocida como los “Cuadernos de la corrupción”. Un repaso por su trayectoria.

Inicios

Nació el 1° de febrero de 1956 y se crió en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires. Estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y obtuvo su título en 1988, con 32 años.

Su llegada a la Justicia fue antecedida por un paso por la política. Bonadio ocupó cargos en el gobierno de Carlos Menem bajo el ala de Carlos Corach. Primero en la Secretaría General de la Presidencia. Allí, Corach fue subsecretario y nombró a Bonadio subsecretario adjunto. Luego, en 1992, Corach fue nombrado secretario de Legal y Técnica y nombró a Bonadio subsecretario de Asuntos Legales.

De Casa Rosada a Comodoro Py

En paralelo a su trabajo en la Secretaría Legal y Técnica, Bonadio obtuvo acuerdo del Senado para ser juez federal de Morón en 1993. En esa época los postulantes no concursaban para ser jueces: ni se analizaban y calificaban sus antecedentes académicos y laborales como ahora, ni rendían examen ni pasaban una entrevista oral previo a que su pliego fuera al Senado. Recién en 1994 se reformó la Constitución y se dispuso la creación del Consejo de la Magistratura, el órgano que tiene a cargo la realización de concursos de oposición y antecedentes para ocupar los juzgados vacantes. En ese entonces, el Presidente proponía un nombre para determinada vacante, enviaba su pliego al Congreso y el Senado daba acuerdo o rechazaba. Con eso alcanzaba para ser juez.

Bonadio, sin embargo, nunca asumió como juez federal de Morón. El gobierno de Menem amplió de 6 a 12 el número de juzgados federales en lo Criminal y Correccional de la entonces Capital Federal, los que investigan los casos de corrupción, entre otros tipos de delitos. Como Bonadio ya tenía acuerdo para un juzgado de igual instancia, aunque de otra jurisdicción, en junio de 1994 Menem lo nombró por decreto como titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 11, el que ocupó durante más de 25 años.

Una de las escenas más recordadas de la vinculación entre la Justicia federal y el gobierno de Menem se produjo en 1996. Domingo Cavallo, al poco tiempo de renunciar al cargo de ministro de Economía de la Nación, denunció ante la prensa que el entonces ministro del Interior, Corach, le había escrito en una servilleta los nombres de los jueces federales que respondían al Gobierno. Allí figuraba el de Bonadio, según declaró Cavallo.

Atentado, apartamiento y detenciones

El magistrado estuvo más de una vez vinculado a la causa por el atentado a la sede de la AMIA, donde murieron 85 personas. No al expediente principal, sino a 2 expedientes distintos de encubrimiento. El primero, iniciado en 2000, incluía a jueces, fiscales, jefes de inteligencia, funcionarios del Poder Ejecutivo y el propio presidente Menem por el armado de pistas falsas en la investigación del atentado. Pero en 2005 la Cámara Federal apartó a Bonadio de la investigación, entre otros motivos, porque entre los imputados estaba Corach, quien había sido su jefe a principios de los ‘90. La Cámara advirtió que Bonadio debió haberse excusado de intervenir en esa investigación.

Una década más tarde le tocaría analizar otro encubrimiento. El fiscal federal Alberto Nisman, días antes de morir, había presentado una denuncia contra la entonces presidenta Fernández de Kirchner por el presunto encubrimiento de los acusados iraníes en la causa AMIA. Bonadio, a quien Nisman había denunciado por amenazas en 2010, logró quedarse con la investigación de esa causa por un expediente paralelo que tramitaba en su juzgado contra el entonces canciller, Héctor Timerman. En diciembre de 2017, el juez procesó con prisión preventiva a la ex presidenta, que ya tenía fueros por haber sido electa senadora. También detuvo a Carlos Zannini, ex secretario de Legal y Técnica, y dictó la prisión domiciliaria para Timerman, que estaba enfermo de cáncer. Esta causa ya está en la etapa de juicio oral.

Un final frenético

En los últimos años su trabajo se focalizó en la investigación de las causas que involucran a funcionarios de las presidencias de Néstor Kirchner y Fernández de Kirchner. A la actual vicepresidenta le dictó 7 procesamientos, varios de ellos con prisión preventiva, que no se hizo efectiva por los fueros que la protegen. La causa más resonante es la llamada causa “Cuadernos de la corrupción”, en la que se investigan presuntos sobornos vinculados a la obra pública. También la procesó en la causa conocida como “Dólar futuro”, la causa por la denuncia de Nisman y otros expedientes que se desprenden de la causa “Cuadernos”.

También instruyó la causa por la tragedia de Once, en la que murieron 51 personas el 22 de febrero de 2012, y distintos expedientes contra ex funcionarios como Amado Boudou, Ricardo Jaime y Guillermo Moreno. En medio del avance de las investigaciones, Fernández de Kirchner llegó a llamar a Bonadio públicamente “juez pistolero”: en 2001, el magistrado mató con su arma Glock calibre 40, que figura en sus declaraciones juradas patrimoniales, a 2 delincuentes que lo abordaron en la calle en el barrio de Florida.

El control disciplinario

A lo largo de su carrera como juez, Bonadio acumuló decenas de denuncias en su contra ante el Consejo de la Magistratura. Muchas relacionadas a su enfrentamiento con el kirchnerismo en los últimos años, pero también otras vinculadas a cierta arbitrariedad y poco apego a los procedimientos que algunos abogados han denunciado. Casi todas las denuncias, sin embargo, fueron desestimadas.

Existen 2 casos en los que el Consejo aplicó una sanción. En el primer caso, en 2009, se le aplicó a Bonadio una sanción disciplinaria, que sólo se trató de una advertencia. El segundo caso se produjo en 2014, cuando el plenario del Consejo le aplicó una reducción del 30% de su salario por su actuación en las causas “Tandanor” y “Yoma”, en las que había sobreseído, entre otros, a Corach, su anterior jefe.

La sanción fue impulsada por el kirchnerismo y coincidió temporalmente con varias medidas de prueba que el juez dispuso en esos días en la causa “Hotesur”, en la que está procesada la actual vicepresidenta por presuntas maniobras de lavado de dinero. Bonadio apeló esa sanción y en agosto de 2015 la Corte Suprema de Justicia de la Nación le dio la razón y dejó sin efecto la multa.

El juez integró el Consejo Asesor Permanente de la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para la Nueva Argentina, una organización que integraban figuras relevantes de la política, como Miguel Pichetto, quien desde su lugar en el Consejo de la Magistratura colaboró para que no avanzaran las denuncias en su contra, pero también funcionó como freno en el Senado a los pedidos de desafuero efectuados por Bonadio contra Fernández de Kirchner.

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