¿Qué características tienen los créditos del FMI a los que podría acceder la Argentina?

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, anunció que la Argentina inició negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo. En un mensaje grabado en la Casa Rosada y en medio de una nueva suba del precio del dólar, el mandatario sostuvo que el contexto internacional “está cambiando” y que la política de su Gobierno “depende mucho del financiamiento externo”.

¿Cómo es el proceso para obtener dinero del Fondo?

Según describe el propio organismo, el FMI pone a disposición sus fondos ante una solicitud de uno de los Estados miembros. Los países pueden solicitar asistencia ante una situación “real o potencial” de crisis en la balanza de pagos, es decir, “si no dispone o podría no disponer de financiamiento en montos suficientes y en condiciones accesibles para hacer frente a sus pagos internacionales netos”.

Para obtener el préstamo, el país debe presentar una “carta de intención” al Directorio del FMI, en el que puede especificar, dependiendo del tipo de préstamo, qué políticas va a tomar para revertir esta situación en la balanza de pagos. “Una vez que el Directorio aprueba el acuerdo, los recursos del FMI se entregan normalmente en desembolsos periódicos a medida que se va ejecutando el programa”, explica el FMI.

¿Qué líneas de crédito podría utilizar la Argentina?

Según publicó Clarín, la Argentina podría solicitar US$ 30 mil millones. Una de las líneas de crédito del FMI es la llamada Línea de Crédito Flexible (LCF). Es un servicio que el FMI introdujo en 2009 para incentivar a los países a solicitar asistencia “antes de entrar en una verdadera crisis”. Por eso, está destinado a naciones con “una tradición de políticas y fundamentos económicos muy sólidos”.

De acuerdo con datos del FMI, actualizados al 30 de abril último, Colombia y México son los dos países con créditos de este tipo vigentes. Esta línea, sostiene el Fondo, garantiza “acceso amplio e inmediato a los recursos del FMI sin condiciones continuas”. El reembolso del dinero debe realizarse en un período de 3 a 5 años.

Otra posibilidad es que la Argentina recurra a la Línea de Precaución y Liquidez (LPL). Se trata de un fondo preventivo para países con economías sólidas, pero que tienen determinadas debilidades que no les permiten llegar a acceder a la LCF. En este tipo de acuerdos el país solicitante se compromete a corregir las vulnerabilidades detectadas al momento de aprobar el acuerdo.

Tienen una duración de seis meses a dos años, y en casos en que el préstamo sea de uno a dos años, el FMI realiza exámenes semestrales a cargo del Directorio para evaluar el cumplimiento de los objetivos. Los desembolsos de dinero se realizan de forma semestral, con la misma periodicidad que los exámenes. El único país que cuenta con un crédito vigente de este tipo es Marruecos.

Otra opción es la de los Acuerdos de Derecho de Giro, conocidos como Stand-By. “Todos los países miembros que enfrenten necesidades de financiamiento externo son elegibles para acceder a un Acuerdo Stand-By”, sostiene el Fondo. De las tres líneas de crédito mencionadas, sin embargo, el acuerdo Stand-By es el que fija más condiciones a los países.

Los países deben cumplir “metas cuantitativas” y “los desembolsos del FMI están supeditados” al cumplimiento de esas metas, que pueden estar enfocadas en las reservas internacionales de un país, su nivel de déficit o el endeudamiento público, entre otras variables. La frecuencia de las revisiones del FMI se establece en forma flexible de acuerdo a la “solidez de las políticas del país”. Actualmente, Irak, Jamaica y Kenia tienen vigente este tipo de créditos.

El equipo económico encabezado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viajará esta noche a Washington para reunirse con las autoridades del FMI.