Qué es el fenómeno de El Niño y cómo podría afectar a la Argentina
- El Niño es un fenómeno natural asociado al aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial y cambios en la atmósfera. Este fenómeno influye en el clima a nivel global.
- Se espera que en los próximos meses se instaure un episodio de El Niño cuyo efecto de calentamiento junto con el del cambio climático podría elevar las temperaturas a límites aún desconocidos.
- En la Argentina, la influencia de El Niño se caracteriza por lluvias por encima de lo normal en el norte y centro del país. El Servicio Meteorológico Nacional no descarta la posibilidad de tormentas intensas.
A pocos meses de declararse el fin de un fenómeno prolongado de La Niña -asociado a la intensa sequía y falta de lluvias que afectó al país en los últimos 3 años-, la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial comenzó a calentarse más de lo normal con valores superiores a los 0,5° Celsius. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que “las condiciones de El Niño se están desarrollando por primera vez en 7 años”.
Ante esta situación: ¿qué es el fenómeno de El Niño? ¿Cómo podría afectar a la Argentina? ¿Qué consecuencias tendrá sobre el planeta en el contexto de crisis climática que estamos viviendo por el calentamiento global? Te lo contamos en esta nota.
El fenómeno de El Niño: ¿qué es y cómo se declara?
En todo el mundo, los distintos organismos nacionales e internacionales dedicados a monitorear las condiciones climáticas no apartan su mirada de un fenómeno natural llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), una alteración del sistema océano-atmósfera en una zona específica del Pacífico próxima a la línea del Ecuador que influye en el clima en todo el mundo.
El ENOS presenta una fase cálida -conocida como El Niño- a partir del aumento de la temperatura del océano, y otra fría -La Niña- en la que ocurre lo opuesto. Cuando no se da ninguno de los 2 eventos, la fase es neutral.
El Niño ocurre en promedio cada 2 a 7 años, y los episodios suelen durar de 9 a 12 meses. Este evento empezó a ser conocido cuando los pescadores peruanos y ecuatorianos identificaron una corriente cálida que comenzaba a manifestarse en la época navideña y la bautizaron “El Niño Jesús”.
En el último reporte de junio, el Centro de Predicciones Climáticas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) y el International Research Institute for Climate and Society (IRI) de la Universidad de Columbia informaron la probabilidad de un 94% de desarrollo de El Niño durante el trimestre de julio, agosto y septiembre.
En base a las estimaciones del IRI y de la NOAA, el Servicio Meteorológico Nacional informó que el estado actual es una transición a fase Niño. “El Océano Pacífico se está calentando de manera muy rápida y es probable que El Niño ya esté declarado oficialmente en primavera y que empecemos a registrar cambios en los patrones de lluvia”, dijo a Chequeado desde el SMN la meteoróloga Cindy Fernández.
Esta declaración oficial dependerá de los criterios de los servicios meteorológicos de cada país, que varían entre los 4 y 6 meses consecutivos de temperaturas del océano Pacífico ecuatorial superiores a los 0,5° C. “Se espera que para mediados de la primavera ya estemos cumpliendo los criterios de temperatura del océano, que está subiendo muy rápido, y que la atmósfera responda pronto a este calentamiento”, agregó Fernández.
La doctora en Ciencias de la Atmósfera e investigadora en el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Universidad de Buenos Aires, Soledad Collazo, señaló que por lo general se utiliza el Índice Niño Oceánico (ONI en inglés) como medida de la condición de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y sus fases.
“El índice se calcula realizando un promedio de 3 meses de las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial, que debe superar el umbral de 0,5º C y persistir por encima de ese valor por 5 meses consecutivos para definir la ocurrencia de un evento El Niño”, explicó Collazo.
Más allá de los resultados de los modelos climáticos y de la probabilidad alta de tener un 2023 con un fenómeno de El Niño, las especialistas consultadas recomiendan seguir la evolución de la temperatura en el Océano Pacifico ecuatorial en los próximos meses.
“La predicción actual de una transición a El Niño es bastante confiable, por lo que es esperable que El Niño continúe desarrollándose en los próximos meses, y me sorprendería si así no lo fuera”, afirmó a Chequeado Rachel White, científica atmosférica del Departamento de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la Universidad de British Columbia de Canadá. De todos modos, “con un sistema complejo como El Niño, que es una interacción entre la atmósfera y el océano, siempre existe la posibilidad de que ocurra algo diferente”, añadió.
La influencia de El Niño en la Argentina
El conocimiento sobre la influencia de este fenómeno en el país se basa en el registro del Servicio Meteorológico Nacional desde 1962. Para fin del invierno y durante la primavera, que es a partir de cuando se espera tenga efectos El Niño, “el noreste de la Argentina y el centro-este suelen empezar a tener precipitaciones por encima del promedio para la época, aunque no ocurre lo mismo en el centro”, analizó Fernández.
Mientras que para el fin de la primavera y en el verano se espera que las lluvias también aumenten en frecuencia e intensidad en todo el centro y norte del país.
“En estas condiciones también son esperables eventos extremos de lluvia en los que precipitan muchos milímetros en poco tiempo”, alertó la meteoróloga del SMN. En este sentido, las especialistas destacan la importancia de conocer una previsión climática como la actual para tomar acciones de preparación y respuesta.
Según Collazo, en general el fenómeno de El Niño en el país “favorece condiciones más húmedas, sobre todo en la zona del Litoral, por lo que se esperarían precipitaciones por encima de lo normal en esa región”.
En cuanto a las temperaturas, la investigadora expresó que “el fenómeno de El Niño suele estar asociado a temperaturas mínimas más altas y máximas más bajas por un menor enfriamiento por la noche y mayor nubosidad durante el día”.
El fenómeno bajo los efectos del cambio climático
Desde el SMN, Fernández aclaró que el conocimiento que se tiene sobre el comportamiento de fenómenos como La Niña y el Niño “es a partir de las observaciones y datos del pasado en el que no teníamos un planeta tan caliente como ahora, por lo que estamos trabajando con un factor de incertidumbre extra que se genera año a año”.
Así, por ejemplo, Fernández citó un estudio de investigadores de distintos países publicado en la revista científica Nature en el que, con modelos climáticos para simular cómo habrían evolucionado estos fenómenos sin la influencia del cambio climático, observaron que a causa del calentamiento global los eventos de El Niño son más intensos y los de La Niña más frecuentes. También advirtieron una mayor posibilidad de pasar de una Niña fuerte a un Niño de iguales características de un año a otro.
Por su parte, White indicó que aún no está claro el modo en el que estos fenómenos son afectados por el cambio climático: “Algunos modelos sugieren un fortalecimiento, otros un debilitamiento, o un cambio en los patrones de influencia”.
Según los últimos datos publicados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), es probable que las temperaturas mundiales alcancen niveles sin precedentes en los próximos 5 años, impulsadas por los gases de efecto invernadero que retienen el calor y el fenómeno natural de El Niño.
“La formación de un episodio de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y se experimente un calor más extremo en muchas partes del mundo y en los océanos”, afirmó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en el informe del 4 de julio último en el que el organismo anunció la prevalencia de las condiciones asociadas al inicio de un episodio de El Niño.
Taalas advirtió que este anuncio “es la manera de indicar a los gobiernos de todo el mundo que se preparen para limitar los efectos que El Niño pueda tener para nuestra salud, nuestros ecosistemas y nuestras economías”. Y agregó: “Las alertas tempranas y las medidas preventivas para hacer frente a los episodios meteorológicos extremos asociados a este importante fenómeno climático son de suma importancia para salvar vidas y medios de subsistencia”.
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