Vacunación: los distritos del interior bonaerense avanzan más rápido que los del Conurbano

En las últimas semanas, nuestro país aceleró el proceso de vacunación con la llegada y distribución de millones de dosis de vacunas. De acuerdo con los datos oficiales, al 11 de junio se habían aplicado 15,7 millones de vacunas, de las cuales 12,5 millones pertenecen a la primera dosis.

La Provincia de Buenos Aires, en tanto, llevaba aplicadas al 8 de junio último más de 5,3 millones de vacunas -entre la primera y la segunda dosis-, con una importante aceleración en el ritmo de vacunación a partir del 31 de mayo: pasó de un promedio de 31.500 vacunas aplicadas diariamente entre el 24 y el 30 de mayo a 92.800 en los 7 días siguientes.

En este contexto, si bien la Provincia cuenta con casi el 25% de su población vacunada con al menos la primera dosis de la vacuna, existe una importante disparidad entre los distritos, con un mayor avance de la campaña de vacunación en el interior bonaerense que en el Conurbano, donde vive gran parte de la población provincial y las necesidades básicas insatisfechas son mayores.

Cómo avanza la vacunación en la Provincia

Con 5,3 millones de vacunas aplicadas al 8 de junio último, la Provincia de Buenos Aires cuenta con 2.459 vacunados con al menos 1 dosis cada 10 mil habitantes, según los datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Sin embargo, al interior de la Provincia hay grandes disparidades en cuanto al porcentaje de la población inoculada. En La Matanza, por ejemplo, fueron vacunados con la primera dosis el 14,2% de sus más de 2,2 millones de habitantes. En el otro extremo, Pila -uno de los distritos bonaerenses con menos habitantes- ya inoculó al 54,9% de las 4 mil personas que viven allí.

La situación de La Matanza se repite en la mayoría de los municipios del Conurbano: 13 de ellos se ubican entre las 15 localidades con menor porcentaje de habitantes vacunados, por debajo del promedio provincial del 24,6%.

En total, en los 24 distritos del Conurbano 2.546.783 personas habían recibido al menos una dosis al 8 de junio, mientras que 525.128 completaron su esquema de vacunación. Esto significa que hay en ese territorio 2.261 vacunados con al menos una dosis cada 10 mil habitantes, y que 466 cada 10 mil recibieron ambas aplicaciones.

En el interior, por su parte, se aplicaron 1.765.865 vacunas de la primera dosis y 517.283 de la segunda. En este caso, 2.813 cada 10 mil personas tienen al menos una dosis, mientras que 824 completaron el esquema.

Las razones de la dispersión

Entre los distritos con mayor porcentaje de población vacunada con al menos una dosis aparecen Pila (54,9%), Tordillo (50,4%), Alberti (42,6%), Monte Hermoso (41%) y General Guido (39,9%). Se trata de municipios que no superan los 10 mil habitantes.

En el otro extremo, en tanto, se encuentran La Matanza (14,2%), Villarino (16,6%), José C. Paz (17%), Presidente Perón (17,9%), Ezeiza (18,1%) y Tigre (18,3%).

El jefe de Asesores del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Enio García, indicó a Chequeado que una de las razones que explica esta diferencia tiene que ver con el factor poblacional. “La cantidad de población es un factor importante, porque las postas tienen más o menos la misma capacidad de vacunación. Claro que en municipios más grandes hay más postas, pero por una cuestión de escala no es suficiente para poner todos en el mismo ritmo”, explicó.

Por su parte, el físico Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ex subsecretario de Evaluación Institucional del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación entre 2014 y 2015, indicó a este medio que el fenómeno depende de la distribución demográfica y el perfil etario de la población.

“La distribución etaria entre los distintos municipios del Gran Buenos Aires es muy diversa: Vicente López tiene más porcentaje de mayores de 65 años que la Ciudad de Buenos Aires. Y eso no es para nada así en Merlo. El porcentaje de la población mayor de 65 años no es el mismo en todos los municipios del Gran Buenos Aires ni en todos los del interior”, aseguró.

Además, Aliaga apuntó que “en los pueblos muy chicos, por una cuestión de logística, se mandó una cierta cantidad de vacunas porque no se podía fraccionar en menos. Eso, en ocasiones, superaba a los grupos prioritarios, y siguieron vacunando”.

Esto se debe, fundamentalmente, a que el reparto de las dosis que fue distribuyendo la cartera nacional no fue en función de cada grupo objetivo, sino considerando la población total de cada distrito o la unidad mínima de embalaje (400 o 900 dosis por conservadora), como se puede ver acá, acá o acá.

Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.