Transporte público: quiénes lo usan más y qué pasa en la cuarentena
Mucho se habla de la “nueva normalidad” que habrá cuando se liberalicen diversas actividades, y sin lugar a dudas el transporte público será uno de los puntos que más cambios tendrá, sobre todo en los grandes aglomerados.
“Cualquier estrategia de reapertura de la actividad económica involucra a un eje de política transversal a todo el mercado de trabajo: la cuestión del transporte público”, destaca un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) realizado por Ramiro Albrieu y Megan Ballesty.
Si bien ya existe un protocolo especial para el transporte público nacional que incluye el uso obligatorio de barbijos o tapabocas, el estudio de Cippec sostiene que el hecho “de que trabajadores y trabajadoras vuelvan a circular por las calles implica repensar el sistema de movilidad en su conjunto”. En ese sentido, el informe destaca que personas con ocupaciones que cuentan con poca interacción en su trabajo se “ven expuestas al riesgo sanitario en el tren, subte o colectivo”.
Un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) mostró que durante el aislamiento la oferta del transporte público se redujo en distintas ciudades de Latinoamérica, entre las que se incluye Buenos Aires. “En términos de frecuencia, el protocolo actual la reduce, definición que debería ajustarse a medida que se incrementen los permisos de circulación”, afirma el estudio de Cippec.
Según el último informe de la Ciudad de Buenos Aires con datos del 20 de mayo, los colectivos trasladaron 2.335.000 pasajeros (una caída de 1% respecto de la semana pasada y 67% menos que un día normal fuera del aislamiento), en el subte porteño viajaron 61 mil personas en todo el día (un 5% de aumento contra la semana pasada, pero un 94% menos que el volumen habitual) y en tren hubo 152 mil viajes (1% más que la semana pasada y 86% debajo del volumen de pasajeros previo a la cuarentena).
Albrieu y Ballesty destacan que “los problemas de aglomeración en transporte público son propios de las grandes urbes urbanas, y no necesariamente representan un problema de magnitud en las ciudades pequeñas o los pueblos”. Así es como en el aglomerado del Gran Buenos Aires -que incluye a la Ciudad y a los partidos del conurbano bonaerense-, el porcentaje de trabajadores que utiliza algún medio de transporte público alcanza al 51% del total de trabajadores de ese aglomerado, mientras que en la región Noroeste del país apenas supera el 15%.
Según un estudio del Instituto de Transporte de la Universidad de San Martín (UNSAM), en el AMBA el mayor medio de transporte es el colectivo (con el 38% de los viajes), seguido de los viajes en autos particulares (37%). Los viajes en trenes (5%), taxis (4%) y subte (2%) son menores, mientras que el 14% restante incluyen trayectos a pie o bicicleta, por ejemplo.
Pero el estudio de Cippec muestra algo fundamental: la dependencia del transporte público es muy dispar, no sólo geográficamente, sino también entre sectores productivos. “Trabajadores de actividades como el servicio doméstico y la construcción suelen tener traslados en transporte público particularmente largos”, sostiene el estudio en base a la Encuesta Nacional a Trabajadores sobre Condiciones de Empleo, Salud y Seguridad (Ecetss) realizada por el Ministerio de Trabajo de la Nación durante 2018 en todo el país.
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Fecha de publicación original: 22/05/2020
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