Claves sobre la eliminación de las PASO y las elecciones de medio término

Desde hace varios meses la posibilidad de suspender las elecciones Primarias, Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de 2023 forma parte del debate entre el oficialismo y la oposición, e incluso hacia adentro de la coalición gobernante. En este contexto, el ministro del Interior de la Nación, Eduardo “Wado” De Pedro, irrumpió con su idea de modificar el calendario electoral para anular las elecciones de medio término. Esto implicaría que en la Argentina se celebren elecciones cada 4 años y no cada 2 como ocurre hoy.

“Se estuvo discutiendo y trabajando informalmente con varios sectores, ante la impresión de que entre las intermedias y las generales se está siempre en campaña, lo que complica las decisiones a mediano plazo”, señaló el ministro.

A continuación, algunas preguntas y respuestas para entender qué puede implicar esta propuesta y cuáles son las diferencias con la posibilidad de la eliminación de las PASO.

1. ¿Qué son las elecciones de medio término?

Así se le llama a los comicios intermedios, los que se celebran entre una elección presidencial y la siguiente. Son elecciones en las que a nivel nacional sólo se renueva una parte del Congreso y no los cargos ejecutivos.

En estos comicios se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, algo que también sucede cuando se eligen cargos ejecutivos, aunque en los años de elecciones presidenciales se votan todos los cargos simultáneamente.

En las elecciones de medio término siempre en todos los distritos se eligen diputados nacionales, ya que cada provincia renueva a la mitad de sus representantes en la Cámara baja, que tienen mandato de 4 años, según la Constitución nacional. No ocurre lo mismo con los senadores, que tienen mandato de 6 años y se renuevan por tercios. Es decir, en cada elección sólo 8 de las 24 jurisdicciones del país (las 23 provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) eligen senadores nacionales.

“La renovación parcial de las cámaras legislativas tiene como finalidad moderar el impacto de las elecciones generales en la conformación de mayorías generando una inercia donde las tendencias políticas imperantes en el momento de la elección tengan un impacto relativamente reducido en cada ocasión”, explicó a Chequeado Alejandro Tullio, especialista en Elecciones y ex director de la Dirección Nacional Electoral entre 2001 y 2015.

2. ¿Qué es necesario para eliminar las PASO?

El Código Nacional Electoral es una ley, y una ley se modifica con otra ley, votada por ambas cámaras del Congreso. En resumen, si el oficialismo o la oposición quisieran eliminar las PASO deberían enviar un proyecto de ley al Parlamento y modificar el Código Nacional Electoral o la ley que creó las elecciones primarias en 2009.

Sin embargo, hay una exigencia a tener en cuenta. Los proyectos de ley de cualquier índole se aprueban con mayoría simple, es decir, la mitad más uno de los presentes a la hora de votar. Pero el artículo 77 de la Constitución nacional establece que “los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos deberán ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las Cámaras”. Se entiende por mayoría absoluta a la mitad más uno del total de los miembros de la Cámara (no de los presentes).

Esto significa que en la Cámara de Diputados se deben reunir al menos 129 votos y en el Senado, al menos 37, la mitad más uno en ambos casos. La eliminación de las PASO, por ejemplo, no puede ser aprobada en la Cámara baja por 100 votos afirmativos a 99 negativos: debe reunir, por exigencia constitucional, un apoyo de al menos 129 diputados.

El 26 de octubre último, 4 diputados nacionales de los bloques Juntos Somos Río Negro y Frente de la Concordia Misionero, ambos aliados del oficialismo, presentaron un proyecto de ley para derogar las PASO. Entre sus considerandos, señalan que “se ha desvirtuado la finalidad de las PASO” y que esta elección primaria “incrementa innecesaria y considerablemente el gasto electoral”, entre otros factores.

Los autores del proyecto destacan también que la oposición presentó iniciativas similares: señalan que el texto retoma otro proyecto que perdió estado parlamentario y que fue presentado por el diputado Pablo Tonelli (PRO) en 2019.

Actualmente, el Frente de Todos no cuenta con los votos necesarios para una reforma como esta, que requiere de la mayoría absoluta en ambas cámaras. En la Cámara baja cuenta con 118 votos (es decir que le faltan 11) y en el Senado, en la suma de sus 2 bloques (Frente Nacional y Popular y Unidad Ciudadana) tiene 35 votos, es decir que le faltan 2.

3. ¿Se pueden eliminar las elecciones de medio término?

Sería más complejo que eliminar las PASO y se requerirían pasos institucionales con mayor consenso. ¿Por qué? Porque para eso se necesitaría ya no una ley del Congreso sino una reforma de la Constitución nacional. Así lo señaló a Chequeado Silvana Yazbek, abogada y directora Ejecutiva del Instituto de la Democracia y Elecciones (Idemoe).

El texto constitucional, en su artículo 50, tiene previsto que la Cámara baja “se renovará por mitad cada bienio”. Y en su artículo 56 establece que “el Senado se renovará a razón de una tercera parte de los distritos electorales cada dos años”.

Para reformar la Constitución se necesita una ley del Congreso que declare “la necesidad de reforma”. Esa ley debe ser aprobada por las “2 terceras partes, al menos, de sus miembros” y la reforma debe ser efectuada por “una Convención convocada al efecto”, según establece el artículo 30 de la Carta Magna.

“Si bien en principio tiene un aspecto positivo para evitar tener que organizar elecciones cada 4 años, y ello da mayor viabilidad parlamentaria al gobierno, [con la propuesta de De Pedro] se pierde la función de contrapeso que puede ejercer el Congreso cuando, a partir de una votación adversa en la elección intermedia, pierde las mayorías legislativas”, afirmó Tullio.

Y concluyó: “En este tema hay una tensión entre una visión utilitaria, que podría llegar a despertar tendencias hegemónicas, y una versión republicana, que pone el acento en la capacidad de control que debe tener el Congreso”.