CFK: “[Hubo] un crecimiento para el año 2011 de 9,2”
“Ayer escuchaba al señor vicepresidente, en ejercicio en ese momento del Poder Ejecutivo, y al ministro de Economía que anunciaban al país un crecimiento para el año 2011 de 9,2”, afirmó Cristina Fernández en su discurso al retomar el mando el pasado jueves 26 de enero. Pero las cifras sobre crecimiento están cuestionadas.
El crecimiento del PBI puede estar dado por dos variables: el aumento de la producción o el aumento de los precios. Para aislar los efectos de este último, usualmente la cifra del producto en términos nominales -o a valores corrientes-, se convierte en una cifra a precios constantes, usualmente de un año base determinado, que en la Argentina es 1993. La comparación a precios constantes permite entonces determinar el crecimiento real de la economía, sin interferencia de las variaciones de precios. A tal crecimiento real o en precios constantes, se refieren los datos oficiales del 9,2%.
Por añadidura, como resultado de comparar el PBI a precios corrientes -o nominal- y el PBI a precios constantes -o real- surge el llamado Índice de Precios Implícitos (IPI), abarcador de todos los precios de la economía (ver recuadro).
Como regla general, cuando se puede, el PBI, que es igual al valor agregado generado en un año por toda la economía, se calcula en base a cantidades físicas, multiplicadas por sus precios. El caso más “fácil” es el de los granos: el incremento se calcula midiendo cantidades por precios (medidos por la Bolsa de Cereales) del año en curso dividido por cantidades y precios del año anterior. Para saber cuanto fue el crecimiento “real”, o sea sin efecto precios, no hay mayor problema en estos casos, ya que se conoce la cantidad producida.
Pero hay sectores donde la información no está disponible en cantidades físicas sino en valores corrientes (como la facturación). Esto ocurre sobre todo en los sectores de ventas finales (supermercados, por ejemplo) y de servicios (peluquerías, hotelerías, servicios públicos). En estos casos, para hacer la comparación en términos reales (o sea intentando “aislar” el componente incremento de precios, se utiliza como “deflactor” o “aislador” el índice correspondiente a esas actividades, que en estos casos es el IPC de cada una de ellas).
Si el IPC está artificialmente deprimido, como parece ser el caso del publicado por el INDEC desde principios de 2007, pues el resultado en términos de incremento “real” del producto, será mayor que el que debería. Cuando ese resultado se suma al de sectores calculados correctamente, se obtiene un resultado global también dudoso o contaminado por los sectores “manipulados”. Esto puede comprobarse comparando la evolución del IPC con el IPI, que es un índice ex post, que resulta de comparar el PBI nominal del año corriente (precios del año por cantidades del año) con el PBI a precios constantes del año anterior. Como en muchos sectores la manipulación de índices no es posible (se trata de cantidades físicas multiplicadas por precios de mercado públicos), el índice resultante, IPI, ha sido desde 2007 mayor que el IPC, cuando antes de esa fecha tendía a coincidir (la evolución de todos los precios de la economía (IPI) no pueden ser permanentemente distinta que la de los precios al consumidor.)
El Banco Central, por ejemplo, estimó para todo 2011 un IPI del 20,5% respecto del año anterior (Informe de Inflación IV 2011). La consultora Econométrica, por su lado, estimó que el IPI en 2011 aumentó en 19,5%, y el crecimiento del PBI, por lo tanto, habría sido de 7 por ciento.
Otras variables que generalmente crecen a la par del PBI muestran inconsistencias. “Cuando la economía crece, las importaciones crecen en cierta proporción estable”, escribió el economista Jorge Todesca. Y explica: “En 2009, por ejemplo, según las cifras oficiales, la economía creció 0,9% y las importaciones cayeron 22%. Es una inconsistencia y como no hay razones para dudar de las cifras de las importaciones, la explicación hay que buscarla en las magnitudes del PBI.”
Según las últimas cifras del intercambio comercial suministradas por el INDEC, dejando de lado las importaciones de combustibles, el resto de las importaciones creció en el orden del 25%, lo que habla de todos modos, de un crecimiento de la economía, relativamente importante.
Algo similar ocurre si se considera un indicador indirecto de crecimiento físico de la producción, el consumo de energía. Por ejemplo, en 2005, el PBI creció 9,2% y el consumo eléctrico 5,8%, mientras que en 2006 el PBI creció 8,5% y el consumo eléctrico creció más que el del año anterior (5,9 por ciento). En 2011, con cifras de crecimiento parecidas a las de 2005, el consumo de energía creció el 5,1 por ciento.
Fuente: cifras oficiales (INDEC) y FUNDELEC.
En síntesis, el IPC tiene influencia en el cálculo del PBI a precios constantes de algunas actividades. Al mismo, tiempo indicadores indirectos pueden confirmar que hay un incremento en el PBI relativamente alto, aunque probablemente menor que el que dice el Gobierno nacional.
Fecha de publicación original: 01/02/2012
Comentarios
La pregunta sería, ¿por qué se altera el IPC? ¿No nos beneficiará de alguna forma?
Aclaro: Esto no quiere decir que yo esté de acuerdo con este método ;-) Y estoy convencido que en la situación actual esta manipulación trae más problemas que beneficios (pérdida de credibilidad etc.)
Todos sabemos que las cifras del INDEC en materia inflacionaria son irreales, pero el Gobierno nunca lo admitirá; los números del PBI son congruentes con dicha postura.
Por supuesto, y como menciona Bully Budd, las cifras mas realistas son igualmente importantes ... pocos países pueden mostrar un crecimiento del 7% anual en su PBI.
Con respecto a la tan remanida cuestión de "la presidenta", el Diccionario de la Real Academia de la lengua española define el vocablo presidenta como "mujer que preside". Parece ser, entonces, que es la forma femenino correcta del sustantivo presidente.
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