Dujovne: “La inversión en la Argentina estuvo estancada”

En el marco de la presentación del Proyecto de Presupuesto 2018, el ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, remarcó en una entrevista con el programa “No Somos Nadie” de radio Metro que el texto oficial prevé que la inversión llegue al 17% del Producto Bruto Interno (PBI), lo cual la haría crecer por primera vez desde 2013, y aseguró que “la inversión en la Argentina estuvo estancada”. ¿Qué muestran los datos?

Esteban Fernández Medrano, economista de la consultora privada MacroVision, explicó a Chequeado que “para medir la inversión total en la Argentina el indicador que usualmente se usa es la inversión que calcula el INDEC cuando mide el Producto Bruto Interno”. Técnicamente a esta inversión se la denomina Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) y muestra el gasto realizado en construcciones o bienes de capital necesarios para producir bienes y servicios en el país, como maquinaria productiva.

En este sentido, si se analizan los datos oficiales del INDEC recalculados por la nueva gestión de Jorge Todesca desde 2004 (primer año con datos oficiales), se ve una fuerte baja en 2009 luego de la crisis financiera internacional y que desde 2012 hubo un estancamiento de la inversión que promedió el 16% del PBI a valores corrientes y el 20% si se analiza el producto con pesos constantes.

Emiliano Libman, economista y profesor de Macroeconomía en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), destacó a este medio que las causas, a grandes rasgos, fueron “el agotamiento de un proceso de crecimiento excesivamente dependiente del mercado interno”, que se manifestó en “el atraso cambiario, la pérdida de reservas y el cepo, que dificultó la importación de bienes de capital y además le quitó razones a los empresarios para invertir capital a largo plazo”.

Para analizar un período mayor de tiempo a las cifras que registra el INDEC se pueden usar los datos del Banco Mundial, que están disponibles desde 1960. Estas cifras muestras que, en promedio, la inversión argentina representó desde 1960 a 2016 un 20% del PBI, aunque en los últimos años -entre 2009 y 2016- el promedio bajó al 17 por ciento.

Estos porcentajes muestran un atraso en la inversión nacional si se compara con la región y otros países. Si se toman las cifras de 2015 (último año con datos de la mayoría de las naciones), la FBCF significó un 17% en la Argentina, mientras que el promedio sudamericano fue de 21% y el promedio mundial del 24 por ciento.

Igualmente, es importante destacar que el atraso nacional en este indicador no es algo nuevo: el último año en el que la Argentina tuvo una inversión como porcentaje del PBI mayor al promedio sudamericano fue 1984, mientras que la última en la que superó el promedio mundial fue 1978.

En 2016, primer año como presidente de Mauricio Macri, la FBCF como porcentaje del producto bajó (0,6 o 1 punto porcentual según si se toman precios constantes o corrientes). En este sentido, Fernández Medrano sostuvo que “2016 fue un año de recesión y, por lo general, en las recesiones la inversión suele caer en términos del PBI porque suele ser más volátil que otros componentes del producto, como por ejemplo el consumo o las exportaciones”.

Sin embargo, las cifras alternativas muestran un gran crecimiento en 2017. Según un indicador propio del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala ligada a ATE, que toma datos de fuentes oficiales y privadas, el índice de inversión acumulado en los primeros siete meses de 2017 es el mayor por lo menos desde 1997 (primer año de la serie).

Según la previsión del Gobierno plasmada en el Presupuesto 2018, en 2017 la inversión alcanzaría el 15,7% del PBI (subiría 0,9 puntos porcentuales respecto 2016). Además, si la previsión del presupuesto de llevar la inversión al 17% del producto en 2018 se cumple, sería la proporción más alta desde 2011.

“Además de la suba de la construcción, también se observa una mejora en la incorporación de equipo durable de producción nacional e importado, destacándose entre estos últimos los vehículos automóviles, tractores, partes destinadas a motores, generadores, grupos electrógenos y productos de industrias químicas y conexas”, concluye el ITE.