Espert: “Casi un tercio de la población argentina en los últimos 30 años ha estado bajo la línea de pobreza”
- Un estudio muestra que en los últimos 26 años la pobreza promedio fue del 36,7%.
- Sin embargo, este promedio esconde una fuerte variación en el tiempo. Si bien el índice nunca fue menor al 25%, llegó a superar el 60%.
El candidato a presidente José Luis Espert mencionó en el segundo debate presidencial obligatorio realizado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) que “el promedio de la pobreza en los últimos 30 años en la Argentina ha sido muy estable. 30 años con pobreza estable en 30%. Casi un tercio de la población argentina en los últimos 30 años ha estado bajo la línea de pobreza.” ¿Qué dicen los datos?
En la Argentina, la comparación de la tasa de pobreza a lo largo del tiempo no es sencilla, dado que el INDEC cambió en más de una ocasión la metodología que usa para medir el fenómeno, como se mencionó en un informe previo. Un nota técnica reciente del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) construyó una serie temporal comparable entre 1992 y 2018 (considerando la ausencia de datos para el segundo semestre de 2015 y el primer trimestre de 2016) para 10 aglomerados urbanos del país que, si bien no son representativos de la totalidad de la población a nivel nacional, tienen un peso poblacional lo suficientemente importante para permitir estimar la evolución del indicador en las últimas tres décadas.
De este análisis, se desprende que la pobreza por ingresos fue del 36,7% en promedio en los últimos 26 años (tomando como base los valores anuales simples), en línea con el comentario del candidato de que alrededor de un tercio de los argentinos ha estado en esta situación en los últimos 30 años.
Sin embargo, este promedio enmascara una alta variación en el tiempo en el índice, por lo que, en realidad, no es preciso afirmar que la pobreza “ha sido estable”. Si bien la tasa nunca fue inferior al 25% en la serie temporal mencionada, sí tuvo picos en torno al 65% en los meses siguientes a la crisis económica y social de 2001-2002. En los años más recientes, la pobreza descendió sostenidamente desde su máximo en la serie hasta 2011, cuando el descenso se estancó hasta fines de 2013, y luego el indicador comenzó a subir de nuevo.
Durante la administración de Macri la pobreza descendió en el segundo semestre del año 2017 hasta 25,5%, 3,4 puntos por debajo del valor correspondiente al mismo semestre en 2016 en la serie (28,9%). No obstante, esos puntos de mejora comenzaron a perderse en el primer semestre de 2018 cuando, en base al informe, la cifra se eleva al 27,9%. Esto, sin embargo, no capturó en su totalidad el efecto de la crisis cambiaria, aumento de la inflación y retracción de la actividad económica imperante. Según anticiparon los autores Leonardo Gasparini, Leopoldo Tornarolli y Pablo Gluzmann, este impacto solo se terminaría de ver más adelante, cuando estuvieran disponibles las estadísticas correspondientes al segundo semestre de 2018. En efecto, según los datos de la EPH recientemente comunicados por el INDEC (en este caso, para 31 aglomerados urbanos), el 32,0% de la población estaba en situación de pobreza por ingresos en la segunda mitad de 2018. En la primera mitad de 2019, la cifra continuó aumentando y alcanzó al 35,4% de la población.
Cabe mencionar que los índices oficiales en la Argentina descriptos hasta ahora contemplan sólo una dimensión de privaciones: los ingresos. Desde una perspectiva multidimensional, sin embargo, complejizar el debate acerca de la pobreza exigiría contemplar también vulneraciones relativas al acceso a la educación, la salud y una vivienda, entre otras.
Las mediciones oficiales disponibles tampoco tienen en cuenta una dimensión adicional: aquella correspondiente a la cronicidad o persistencia en el tiempo de la pobreza para muchas de las personas afectadas, como también remarcan los autores del informe y un reciente memo elaborado por CIPPEC y PNUD, con el apoyo técnico del CEDLAS. Desde este enfoque, es preciso tener en cuenta las características específicas de las personas en situación de pobreza crónica.
Un análisis de este tipo permite sumar una mirada que describe las características sociodemográficas, laborales y educativas de las personas en situación de pobreza crónica: aquellas que no “salen y entran” de la pobreza, sino que, incluso en períodos de crecimiento económico, no logran alcanzar umbrales de bienestar y ejercicio de sus derechos. Complejizar la mirada de la pobreza, tanto en términos de dimensiones de vulneraciones como de dinámica intertemporal es clave para construir diagnósticos sólidos para diseñar estrategias integrales que permitan reducir sostenidamente su incidencia.
Fecha de publicación original: 21/10/2019
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