“Los empresarios argentinos no hacen política”
En su gira por China junto a la presidenta Cristina Fernández, el empresario Franco Macri afirmó que ponía “las manos en el fuego” por el Gobierno y que estaba seguro de que el kirchnerismo no tenía nada que ver con el procesamiento de su hijo Mauricio en la causa del espionaje telefónico en dependencias del Gobierno porteño.
La declaración fue largamente analizada por los medios y desmiente al propio Franco Macri cuando asegura que los hombres de empresa argentinos “no hacen política”. Pero, más allá de su actual apoyo al Gobierno, hay datos de su historia pública que desmienten con creces esa afirmación.
socma, el grupo empresario liderado por Franco Macri, tuvo un papel muy activo en la política argentina de los últimos 25 años. Su participación se dio mediante el apoyo financiero y técnico a distintas corrientes partidarias y la participación directa de sus ejecutivos en diversas gestiones gubernamentales. A principios de los años 80, Macri promovió activamente la conformación de una línea interna del justicialismo. Así lo recordaba el propio empresario en una entrevista de 1992:
“Llegué a la conclusión, en mi madurez de empresario, que no podía existir una democracia si un partido como el peronismo seguía proscripto. Y pensé que para que el peronismo pudiera integrarse al país era necesario que se renovara el viejo peronismo en el cual no creía ni yo ni muchos y, entonces, decidí apoyar jóvenes políticos que por su calidad moral, por su inteligencia, por su modernidad prometían para el futuro y constituyeron el que se llamó peronismo renovador. En ese momento fue evidente mi apoyo a ellos, que fue el apoyo a Grosso, a Bordón, a De la Sota.” (Revista Noticias, 1-11-92)
En la década de 1990, Macri fue un importante aliado del gobierno de Carlos Menem:
“Yo me jugué a favor de Menem, pero no solamente ahora sino cuando nadie creía en él. Fue una decisión muy valerosa mía. Y eso que de este gobierno no recibí nada. (…) Menem es un iluminado, creo en él ciegamente.” (Revista Somos, 14-1-91).
Durante los primeros años del gobierno menemista, algunos de los principales directivos de las empresas de Macri pasaron a ser funcionarios públicos: Carlos Grosso fue designado intendente de la ciudad de Buenos Aires, Orlando Salvestrini fue secretario de Hacienda porteño y Carlos Manuel Ramallo se desempeñó como subsecretario en el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación. Y, por supuesto, su hijo Mauricio, quien atendió la empresa familiar hasta que decidió incursionar en la política y hoy es el jefe de Gobierno porteño, y probablemente el primer convencido de que su padre mintió en aquella entrevista de La Nación.
Fecha de publicación original: 11/08/2010
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