La Nación denuncia una invasión de bolivianos, peruanos y paraguayos
El 6 de septiembre último, la nota principal de la tapa de La Nación fue: “Los extranjeros son mayoría en las villas y en planes sociales porteños”. La volanta decía: “Marginalidad en aumento”. Y, más abajo, en el copete, “predominan los paraguayos y los peruanos; del interior vienen cada vez menos”.
Dicha nota -que fue publicada en versión on line con el título de “Hay mayoría de extranjeros en las villas”-, desató una oleada de comentarios racistas en la web del matutino. Pero además de mostrar diversas inexactitudes en la interpretación de las estadísticas, no deja en claro su objeto, ya que los extranjeros tienen derecho a habitar nuestro territorio y a cobrar planes sociales, en el marco de nuestras leyes.
En 2001, según el último censo nacional, los extranjeros representaban el 11% de la población de la Ciudad de Buenos Aires y el 7% de la del conurbano. En ese contexto, 13.000 extranjeros sobre 26.000 habitantes de las villas 31 y 31 bis no parecen constituir una cifra en absoluto significativa. Por el contrario, el hecho de que exista una sobrerrepresentación de extranjeros en las villas -especialmente de determinadas nacionalidades- demuestra que tienen menos oportunidades que los nativos. Y esto sin plantear quién les alquilaría una vivienda fuera de la villa y cómo podrían conseguir un garante.
Para la especialista en migraciones María Inés Pacecca, investigadora del Instituto de Ciencias Antropológicas (UBA) y consultora internacional en temas de inmigración, “el artículo tiene como argumento de fondo la idea de que los extranjeros provenientes de países latinoamericanos, especialmente de Bolivia, Paraguay y Perú, se benefician de manera ilegítima de recursos y planes sociales a los que no deberían tener acceso. Este argumento se sostiene en otros dos subargumentos: el de la invasión de bolivianos, paraguayos y peruanos, y el de su depredación de beneficios sociales”. Vale recordar que, según la Constitución Nacional (artículo 20), los extranjeros que habitan nuestro territorio gozan de los mismos derechos que los nativos.
Los prejuicios y resquemores hacia los inmigrantes no son nuevos en la Argentina. Hace 100 años los recién llegados europeos no habitaban villas, sino conventillos en condiciones de hacinamiento, y debían soportar todo tipo de abusos y arbitrariedades, al punto que en 1907 se desató una huelga de inquilinos, además de soportar todo tipo de ataques xenófobos.
En la nota “Un compendio de inexactitudes”, se detalla, punto por punto, algunas de las omisiones y errores más graves del artículo de La Nación.
Fecha de publicación original: 15/09/2010
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