Macri: “[Vamos a] bajar la inflación a un dígito”
“Teniendo un gobierno que va a fijar reglas de juego claras, va a bajar la inflación a un dígito”, prometió el presidente de la Nación, Mauricio Macri, durante el debate presidencial de 2015 en el que enfrentó ideas con Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria.
Este año se observa una tendencia a la desaceleración con respecto al año anterior, aunque tanto en 2016 como en 2017 se incumplieron las metas oficiales establecidas.
El Jefe de Estado no fijó un plazo para el cumplimiento de esta promesa, aunque dos publicaciones oficiales (una de 2016 y otra de 2017) del Banco Central de la República Argentina (BCRA) pronostican que la inflación de un dígito se alcanzará en 2019, último año de la gestión actual.
Para llegar a este objetivo, la entidad monetaria que preside el economista Federico Sturzenegger estableció metas de inflación (con un piso y un techo) para cada año que ayudarían a reducir paulatinamente el nivel general de los precios. Sin embargo, y aunque en 2017 se registra una tendencia a la baja con respecto al aumento de 2016, el Gobierno nacional no pudo cumplir con las metas en ninguno de los dos años de gestión.
Para 2016, el Banco Central proyectó que la inflación anual se ubicaría entre el 20 y el 25 por ciento. Según datos del índice de precios de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (IPC-CABA), durante el primer año de gestión de Macri la inflación en ese territorio fue del 41%, mientras que la Dirección Provincial de Estadística de la provincia de San Luis midió una inflación del 31,4 por ciento.
Se trata de los IPC que el INDEC decidió tomar como oficiales en el marco de la declaración de la “emergencia estadística” declarada entre diciembre de 2015 y mayo de 2016, período durante el cual el instituto oficial nacional no difundió un índice de precios propio. En cuanto a fuentes alternativas, como el IPC 9-Provincias, que calcula el Centro CIFRA de la CTA; el IPC-Congreso, realizado primero por el partido Unión por Todos y luego por el Frente Renovador; y la consultora Estudio Bein & Asociados, en todos los casos las mediciones estuvieron por encima del 30 por ciento.
En cuanto a 2017, el Banco Central proyectó una inflación anual que se ubicaría entre el 12 y el 17 por ciento. Los datos de los primeros diez meses del año (último dato disponible) muestran una desaceleración de los precios con respecto al mismo período del año anterior, pero faltando dos meses para que finalice el año la meta que se propuso la entidad monetaria para todo el año ya había sido superada: en octubre el INDEC marcó una inflación acumulada del 19,3%; el IPC-CABA, del 20,6%, y el IPC-San Luis, del 19 por ciento.
Consultado por Chequeado, desde el Ministerio de Hacienda respondieron que no les “preocupa que la inflación de 2017 no finalice dentro de la meta de este año” ya que “no es anormal que en una economía que viene de años de alta inflación, cuando se intenta reducirla, no se cumplan las metas durante los primeros períodos”. Además, destacaron: “Lo importante es que la trayectoria de la misma durante el proceso es descendente”.
Sumado a esto, en noviembre y diciembre se espera un incremento en el nivel de los precios por los aumentos de servicios públicos, como el gas y la luz, y las naftas. Eugenia Arioua, economista de Ecolatina, que dirige Santiago Paz, y profesora en la materia Finanzas Públicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó a este medio que “debido al incremento en tarifas y combustibles, diciembre presentará una inflación superior a la media”.
Entre las causas de por qué no se cumplió con la meta, Arioua sostuvo que “la alta inflación de 2016, rondando el 40%, provocó que fuera casi una misión imposible el objetivo de 12-17% para 2017”, y agregó que “no existen casos de metas de inflación a nivel mundial que hayan logrado reducir la inflación tan drásticamente”.
Emiliano Libman, doctor en Economía y profesor de Macroeconomía en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, coincidió con que “la meta impuesta por el Gobierno era demasiado ambiciosa. Es difícil reducir la inflación rápidamente desde niveles del 35% cuando, a la hora de negociar contratos, la inflación de los períodos anteriores toma una relevancia significativa”.
Además, Libman explicó en una nota en el blog especializado Alquimias Económicas que “las metas de inflación parecen dar un muy buen resultado para mantener una inflación baja y estable una vez que la inflación ya es baja”, pero concluyó que “parece difícil que el mero anuncio de un sistema de metas sea suficiente como para lograr que los agentes incorporen en sus contratos una pauta de inflación más baja”.
En el primer año de Cambiemos, la inflación interanual creció con respecto a 2015 y superó la previsión oficial, por eso su promesa fue calificada como INCUMPLIDA. Este año se observa una tendencia a la desaceleración con respecto al año anterior, aunque tanto en 2016 como en 2017 se incumplieron las metas oficiales establecidas, por eso se modificó la calificación de este chequeo a EN PROCESO, DEMORADA.
Todavía faltan dos años -los que le restan a Macri de su mandato actual- para poder corroborar si el Jefe de Estado cumplirá o no con la promesa de bajar la inflación a un dígito anual.
EN PROCESO, DEMORADA: se avanzó poco o nada en las medidas necesarias para cumplir con el compromiso, pero todavía podría lograrse en el resto del período de mandato.
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